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Un misterio: Babilonia la grande

  • Fecha de publicación: Miércoles, 14 Mayo 2008, 19:01 horas

Además de la Torre de Babel, la cual según los arqueólogos estaba localizada en el territorio de Babilonia, leemos la palabra "babilónico" por primera vez en Josué 7:21, donde dice refiriéndose a los despojos de que se apropiara Acán durante la toma de Jericó: "Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tome; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello".

 La última vez que se menciona a Babilonia en la Biblia es en Apocalipsis 18:21: "Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada".

En esta serie de mensajes vamos a concentrarnos en "un misterio: Babilonia la Grande", la cual sólo aparece una vez en la Biblia. "Y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA" (Ap. 17:5).

Es bien claro cuando leemos acerca de Babilonia, que todo lo que concierne a ella involucro un fuerte aspecto religioso. Cuando estudiamos a Babilonia en el Antiguo y Nuevo Testamentos, podemos hacer tres distinciones:

1. La identidad política: Babilonia como el primer imperio mundial gentil.

2. La identidad religiosa: Babilonia opuesta al Dios de Israel.

3. Y Babilonia misteriosa, que afecta al mundo entero.

Debemos también señalar la diferencia distintiva entre Babilonia y Babilonia misteriosa. La primera no es anticristiano, sencillamente porque en ese tiempo no existía la iglesia. Por consiguiente, la Babilonia de los tiempos antiguos representa la imitación del Dios de Israel, el Creador de los cielos y de la tierra. En contraste, Babilonia misteriosa, imita tanto a Israel como a la Iglesia, aunque ninguna de las dos tiene futuro, porque el futuro pertenece a Israel y a la Iglesia verdadera.

La conquista de Jericó

A la conquista de la ciudad de Jericó, Israel experimentó grandes milagros, Uno de ellos fue que atravesaron el río Jordán en seco. "Y aconteció cuando partió el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, con los sacerdotes delante del pueblo llevando el arca del pacto, cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron como un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar de Arabá, al mar Salado, se acabaron, y fueron divididas; y el pueblo pasó en dirección de Jerícó" (Jos. 3:14-16).

Conforme los israelitas se aproximaban a la ciudad fortificada de Jericó fueron testigos del involucramiento directo de Dios, quien les dio instrucciones para que no atacaran de inmediato. Debían darle la vuelta varias veces a la ciudad, una vez cada día, tal como dice el registro bíblico en Josué 6:12 y 13: "Y Josué se levantó de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca de Jehová. Y los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuerno de camero, fueron delante del arca de Jehová, andando siempre y tocando las bocinas; y los hombres armados iban delante de ellos, y la retaguardia iba tras el arca de Jehová, mientras las bocinas tocaban continuamente".

A no dudar, este comportamiento bien extraño debe haber confundido en gran manera a los habitantes de Jericó. Sabían que Israel había llegado. Leemos en la Escritura, en Josué 2:9, que Rahab la ramera le dijo a los dos espías que enviara Josué, que el temor de ellos había caído sobre los habitantes de esa ciudad. ¡Sabían que había llegado el tiempo en que iban a ser juzgados! Sin embargo, lo extraño que observamos es que a pesar de todo no hubo señal alguna de arrepentimiento de parte de la población. Sólo esperaron temerosos por el juicio que les iba a sobrevenir.

¡Qué cuadro profético más increíble de nuestro tiempo! Sabemos que las personas hoy sienten más temor que nunca antes. Es cierto que hoy en día se están librando diversos enfrentamientos en el mundo, que casi a diario tienen lugar catástrofes naturales, algunas de menor importancia y que en varias áreas del mundo hay hambre y epidemias. Pero vivimos en una paz simulada, especialmente desde que la Unión Soviética dejó de existir y de ser una amenaza aparente. A pesar de todas las personas tienen miedo. Los cristianos sabemos que esto se debe a la venida del juicio venidero que enfrentará el mundo cuando el Señor Jesucristo retorne literalmente a Jerusalén.

El pueblo de Jericó observó con temor cómo Israel marchaba alrededor de la ciudad, días tras día, por espacio de seis días. "Al séptimo día se levantaron al despuntar el alba, y dieron la vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta alrededor de ella siete veces. Y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad... Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron" (Jos. 6:15,16,20). El juicio sobre la ciudad de Jericó llegó de súbito y muy probablemente en una forma diferente a la que ellos esperaban.

Podemos muy bien imaginar cómo se sentía el pueblo de Israel, cómo debieron sentirse al ver que Dios los había guiado hacia la victoria en una forma milagrosa, sobre unos enemigos temibles.

La tragedia en Hai

Pero esta victoria total y milagrosa sobre Jericó hizo que Josué actuara en forma presuntuosa: "Después Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que estaba junto a Bet-avén hacia el oriente de Bet-el, y les habló diciendo: Subid y reconoced la tierra. Y ellos subieron y reconocieron a Hai. Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, sino suban como dos mil o tres mil hombres, y tomarán a Hai; no fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos" (Jos. 7:2,3).

Cuando tuvo lugar el enfrentamiento, los soldados victoriosos de Israel fueron hechos añicos delante de sus enemigos. "Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales huyeron delante de los de Hai. Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua" (Jos. 7:4,5). Cuando esta terrible noticia llegó a oídos de Josué, leemos acerca de su reacción en el versículo 6: "Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas. Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregamos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán!" (Jos. 7:6,7).

Josué estaba completamente devastado, y siguió diciendo: "¡Ay Señor! ¿qué diré, ya que Israel ha vuelto la espalda delante de sus enemigos? Porque los cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos rodearán, y borrarán nuestro nombre de sobre la tierra; y entonces, ¿qué harás tú a tu grande nombre?" (Jos. 7:8,9). Pero... ¿Cuál fue la respuesta del Señor? "Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres. Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyerais el anatema de en medio de vosotros" (Jos. 7:10-12).

Aquí se expone totalmente la seriedad del pecado. Dios no le prestó mucha atención a la oración de Josué, sino que rechazó su plegaria diciendo: "¿Porqué te postras así sobre tu rostro?". De hecho, cuando exclamó "Levántate", estaba diciéndole tácitamente: "¡Deja de orar!". Luego pasó a revelarle la causa de la derrota de Israel. Fue muy significativo que el Señor le dijera: "Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé..." Pero... ¿Por qué no dijo más bien:"Acán ha pecado" o "Una familia ha pecado"? ¡No, eso no fue lo que declaró Dios, sino que le atribuyó el pecado a toda la nación! Esto es un asunto muy serio. La trasgresión de Acán, un hombre de la tribu de Judá fue una tragedia para todo Israel.

El pecado afecta la Iglesia

Este incidente debe dejarnos bien claro, que el pecado asimismo constituye una gran tragedia entre la Iglesia de Jesucristo hoy. Pablo le escribió a los Romanos: "Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros" (Ro. 12:5). También a los Corintios les escribió sobre la unidad perfecta del cuerpo de Cristo: "Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio de beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?" (1 Co. 12:12-17).

Creo que en nuestro día estamos tomando muy a la ligera las cosas de la Iglesia. Nuestro mal comportamiento es un compromiso y la falsa tolerancia obstaculiza la labor del Espíritu Santo en la iglesia, tal como era en el principio. Así como Israel no pudo ejecutar juicio sobre Hai debido al pecado en medio de ellos, el Espíritu de Dios de la misma forma no puede obrar cuando se tolera deliberadamente el pecado en la iglesia.

Juicio instantáneo en la Iglesia

Veamos un ejemplo en la Escritura que destaca la urgencia de una vida pura y santa. En el capítulo 5 de Hechos está registrada la historia de dos creyentes, Ananías y Safira, quienes vencieron su heredad y trajeron el producto de la venta como una donación para la iglesia. Sin embargo, antes de entregar el dinero se quedaron con algo para sí mismos. El apóstol Pedro de inmediato reconoció la situación y leemos en Hechos 5:3-5: "Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino gran temor sobre todos los que lo oyeron".

Ellos le mintieron al Espíritu Santo, le mintieron a Dios y como resultado fueron juzgados de inmediato. Lo mismo le ocurrió a Safira, la esposa de Ananías, cuando hizo su aparición más tarde. "Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendiste en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido"(Hch.5:7-11). Una vez más vemos el juicio instantáneo que tuvo lugar dentro de la iglesia.

Lo ocurrido a Ananías y Safira deja claro, que la primera iglesia era muy diferente y que no puede compararse a la iglesia de Jesucristo de nuestros días. Durante esos primeros días de la iglesia, su fundamento era Jesucristo y los apóstoles. Nada podía edificarse sino era purificado por el fuego del Espíritu de Dios. Sin embargo, este no es el caso en el día de hoy cuando nos encontramos en la etapa final de la iglesia. La Biblia compara el cuerpo de Cristo a una casa de Dios o a un templo espiritual. El apóstol Pedro declaró: "Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocío santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo" (1 P. 2:5).

Cada uno de nosotros individualmente es una "piedra viva". Dios no permitiría que una "piedra viva" no genuina fuera parte del templo espiritual de la iglesia, la que se encuentra en su fase de construcción final. El cimiento ya está puesto, se le construyeron las paredes al igual que el techo. Ahora toda la "basura" que se ha acumulado tendrá que descartarse para que así puedan aplicarse los toques finales antes que la casa esté lista para ser ocupada.

Asegúrese por lo tanto de ser una "piedra viva" que no se descubra que es una simple imitación hecha de materiales de deshecho, algo que debe rechazarse y tirarse a la basura. Durante la etapa de formación de la iglesia primitiva, ocurrían cosas que no pasan hoy. Y me pregunto: ¿Si Dios ejecutara su juicio instantáneo sobre la iglesia, cuántos de nosotros no moriríamos de inmediato mientras cantamos "Salvador a ti me entrego y obedezco sólo a ti; mi guiador, mi fortaleza, todo encuentra mi alma en ti. Yo me entrego a ti; yo me entrego a ti..." No importa cuán grande pueda ser esa mentira. Mientras cantamos que nos entregamos completamente a Dios, muchos están reteniendo para sí su billetera, su tiempo y muchas cosas más. Sin embargo, hoy nadie cae muerto en nuestros templos. Pero... ¿por qué? Porque el Espíritu de Dios, el Espíritu de juicio no está presente en la iglesia.

Pero hay otro resultado de esto que le ocurriera a Ananías y Safira, porque dice Hechos 5:13 que "De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente". Esto quiere decir, que sólo los creyentes verdaderos en el Señor Jesucristo sólo "las piedras vivas genuinas" eran miembros de la iglesia, porque los demás no se atrevían a unirse. En nuestros días está ocurriendo exactamente lo opuesto. Nosotros hacemos hasta lo imposible por ganar el apoyo de miembros adicionales y si los ingresos bajan, algunos no vacilan incluso hasta en buscar la ayuda económica de personas con antecedentes dudosos o de usar cualquier clase de "música" como señuelo con tal de atraer a una multitud.

La distinción que debemos hacer aquí es la predicación del Evangelio a través de varios medios a esos que están en tinieblas y la enseñanza del Evangelio a la Iglesia de Jesucristo, la cual consiste exclusivamente de creyentes que han experimentado el nuevo nacimiento. No sería justo que dijera ahora, que está y que no está permitido hacer en una reunión evangélica. He visto a predicadores y ministros que usan métodos que no acepto, pero que a pesar de todo predican el Evangelio. Y dondequiera que se predique el Evangelio me regocijo.

El apóstol Pablo le escribió a los Filipenses sobre este asunto y dijo: "Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún" (Fil. 1: 1 5-18).

El manto babilónico que codició Israel

Acán de la tribu de Judá confesó: "Pero vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ellos. Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda; y he aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello" (Jos. 7:21,22).

Acán vio los tesoros de Babilonia y los "codició". Lutero traduce diciendo que "por codicia fue tras ello". Este pecado resultó en la muerte de 36 hombres de Israel terminando finalmente con la muerte de Acán y su familia. He hablado deliberadamente del asunto de Acán e incluí a Ananías y Safira del Nuevo Testamento para demostrar que el espíritu materialista siempre estuvo presente cuando Israel entró en la tierra prometida y continúo hasta el tiempo en que se estableció la iglesia. Como veremos más adelante el mundo materialista de hoy representa el espíritu de Babel, es decir, de "un misterio: Babilonia la Grande..."

Gobernantes del mundo

Es importante enfatizar que el rey Nabucodonosor era el gobernante ordenado del
mundo gentil. Por Jeremías 27:6 sabemos que fue Dios quien escogió a Nabucodonosor, ya que dice: "Y ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan" (Jer. 27:6).

Ese fue el tiempo cuando Israel dejó de existir como una nación en la tierra prometida. Las diez tribus que constituían el reino de Israel estaban dispersas y sólo un remanente de cada una de ellas llegó a Jerusalén y se integra en las tribus de Judá. Pero el resto de las diez tribus perdió su identidad y aparentemente se entremezclaron con los gentiles.

El otro reino, llamado "Judá", al cual pertenecía Benjamín, al igual que la mayoría de la tribu de Leví y el remanente de las otras tribus, fue derrotado por el rey Nabucodonosor. Él le puso fin a la existencia del reino de Judá como una identidad nacional en la tierra prometida. Por la desobediencia de Israel, Dios le dio a los gentiles un gobierno que por derecho le correspondía a ellos. En este caso al rey Nabucodonosor.

Permítame demostrarle por la Escritura, por qué he dicho que la intención de Dios era que Israel gobernara al mundo. Dice Deuteronomio 15:6, "Ya que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones, mas tú no tomarás prestado; tendrás dominio sobre muchas naciones, pero sobre ti no tendrán dominio". Para confirmar la intención de Dios para Israel, permítame citar otra Escritura: "Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra" (Dt. 14:2).

Sabemos, claro está, que Israel continuó rebelándose y que Dios no pudo cumplir sus intenciones con su pueblo en ese tiempo. Realmente ellos nunca gobernaron sobre las naciones del mundo como una entidad nacional. Aunque durante el gobierno de David y más tarde el de su hijo Salomón, Israel alcanzó su mayor gloria, esto de ninguna manera se refiere al cumplimiento de las profecías que acabo de citar, es decir, que no ha gobernado a las naciones del mundo. Por consiguiente, podemos decir con seguridad que esto todavía es cosa del futuro.

Sin embargo, Dios le prometió a Israel que a pesar de su rechazo, desolación y dispersión, habría un retorno. Como dice su Palabra: "Entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios". Una vez más debemos señalar que esto aún no ha ocurrido. Todavía hay millones de judíos en dispersión, en Estados Unidos, en lo que fuera la Unión Soviética y otros países.

Israel iba a gobernar las naciones, pero fracasó. Como resultado, Dios los rechazó, pero dio la promesa clara de que un día lo volvería a recoger. Luego el Señor se volvió a los gentiles y designó a Nabucodonosor como gobernante del mundo. Incidentalmente, necesitamos mencionar un paralelo que tuvo lugar más tarde en la historia. Cuando Jesús llegó para establecer el reino de Dios en la tierra, dice la Biblia, que "A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron" (Jn. 1:11).

Cuando Jesús completó su obra al morir sobre la cruz del Calvario, lo enterraron y resucitó de los muertos el tercer día, los apóstoles predicaron el Evangelio de la resurrección y el reino de Dios primero a los judíos. Ahora, por casi 2.000 años el Evangelio ha sido predicado a los gentiles y millones tras millones se han salvado y se han sumado a la iglesia. Pero nuestro tiempo es limitado. En la Biblia no hay ninguna promesa de que las naciones gentiles van a gobernar al mundo. En otras palabras, el tiempo de los gentiles y el tiempo de la iglesia depende de que Dios rechace o vuelva a aceptar a Israel. ¡El tiempo de la Iglesia de Jesucristo comenzó el día de Pentecostés y se completará en el rapto!

El poder gentil

El capítulo 3 de Daniel comienza con estas palabras: "El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia" (Dn. 3: l). Nabucodonosor fue el primero de los gobernantes mundiales gentiles. Cuando examinamos su vida y reino, notamos que al igual que Israel, también se rebeló contra el Dios vivo. Él ya había tenido la experiencia maravillosa de que le interpretaran su sueño. Daniel le dijo a Nabucodonosor, que él era el principio, la cabeza de oro: "Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y donde quiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro" (Dn. 2:37,38).

Pero aparentemente esto no fue suficiente para el rey Nabucodonosor. Instituyó su propia religión y su propio dios - que en este caso era una imagen de oro de sí mismo. Las medidas de su imagen eran 60 codos de alto y 6 codos de ancho. En esto reconocemos la tendencia diabólica hacia el mal. Sabemos por la Escritura que la imagen final hará que todas las personas en la tierra reciban su marca y su número. Este medio personal de identificación se convertirá en una necesidad. La Biblia dice: "Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis" (Ap. 13:16-18). Al iniciador de este sistema se le llama la "Bestia" y su número es el "666".

Las Naciones Unidas de Babilonia

En la imagen de Nabucodonosor vemos la recurrencia del número seis: 60 codos de alto, 10 veces seis, y seis codos de ancho. Él era el gobernante mundial con un sistema político bajo su control. En el capítulo 3 de Daniel vemos a las Naciones Unidas o nuevo orden mundial en acción. Dice la Escritura: "Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los magistrados y capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces y todos los gobernantes de las provincias, para que viniesen a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado. Fueron, pues reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándese a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo" (Dn. 3:2-6).

Esto fue un involucramiento total: políticos, economistas, intelectuales, oficiales del gobierno en las diferentes áreas, todos reunidos con el propósito de adorar una imagen. Pero... ¿Qué estaban adorando? Adoraban una estatua de oro de 60 codos de alto por seis codos de ancho. Obviamente, Nabucodonosor pudo haber usado un material mucho menos costoso, pero escogió oro porque de acuerdo con la interpretación que le diera Dios a través de Daniel de su sueño, él era la cabeza de oro. Vemos entonces que Nabucodonosor se incorporó a sí mismo en la adoración de la imagen de la bestia. ¡En otras palabras deseaba convertirse en Dios!

Más tarde, cuando Daniel identifica en detalle las características del Anticristo, dice: "Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá" (Dn. 11:36). Note también que esto fue una reunión internacional, porque el texto de la Escritura menciona a "pueblos, naciones y lenguas". Vemos entonces aquí a las Naciones Unidas de la antigüedad. Es aparente, que tal vez hasta tuvieron que traducir el idioma babilonio, para que todos los demás allí reunidos pudieran entender el mandato de Nabucodonosor. La unidad de los pueblos quedó demostrada en que todos adoraron a esta imagen de 60 codos de alto por seis codos de ancho.

Unidad a través de la religión

Por la historia sabemos que la religión siempre ha desempeñado un papel importante en la unidad y diversidad de los pueblos. En tiempos más primitivos, la historia registra que una facción guerrera atacaba y sojuzgaba a un grupo de personas, saqueaba la ciudad o nación y se llevaba a sus dioses. Esto también se halla registrado en el tiempo de Israel. Cada ciudad o grupo de personas tenía sus propios ídolos. Ese era el centro de la unidad de ellos. Creían en un ídolo, le ofrecían sacrificios y pensaban que al hacer esto podían derrotar a la oposición. Por consiguiente, era muy importante que Israel destruyera todos los ídolos con los que llegaba a estar en contacto mientras conquistaba la tierra prometida.

Podemos escudriñar los libros de historia, remontándonos hasta donde queramos y en cada grupo de personas encontraremos ídolos o ciertas acciones religiosas definidas como la fuerza unificadora de esos pueblos. Sabemos que las naciones que constituyen la Europa de hoy, libraron muchas guerras terribles las unas contra las otras, principalmente debido a la religión. La iglesia católica que se convirtió en sinónimo de política, gobernaba virtualmente a toda Europa y esos que se oponían los trataban mal, los perseguían y a menudo les daban muerte.

La infame guerra de los 30 años que tuviera lugar entre 1618 a 1648, se debió a la religión. Comenzó como una guerra civil religiosa entre los protestantes y los católicos romanos en Alemania, e involucro a los Habsburgos de Austria y a los príncipes de Alemania. El emperador alemán quedó reducido a una sombra, y por más de 200 años Alemania permaneció dividida entre los gobernantes locales y Francia emergió como el poder dominante en Europa.

La religión mediante tolerancia

Por consiguiente, a fin de unir al mundo, es esencial tener un sistema religioso.
Pero como es imposible unirlo religiosamente debido a las enseñanzas diversas de las varias religiones, el primer paso hacia la unidad es la "tolerancia". Hoy, esta tolerancia es el mantra que se repite como una salmodia a través de todo el mundo.

Claro está hay áreas de severos conflictos, principalmente debido al fundamentalismo islámico, pero basados en la Escritura profética, sabemos que llegarán a algún tipo de convenio, hasta tal punto que el islamismo tolerará otras religiones. Las cosas han llegado a tal punto, que hace varios años me enteré que en Alemania, en la ciudad de Grevenbroich, varias iglesias católicas, luteranas y algunas independientes, ¡recolectaron dinero para comprarle un candelabro colgante a la nueva mezquita islámica!

Y decía un artículo publicado en el periódico Daily News del 4 de enero de 1997 a este respecto: "El reverendo Tim McDonald no tiene problema al permitirle a los budistas que adoren a otra divinidad en su Iglesia bautista anexa. Konomu Utsumi, un monje budista de Japón, estableció un pequeño templo con una mezquita dorada a Buda en el anexo de la Primera Iglesia Bautista Iconium hace cinco años. McDonald dijo: 'Ellos adoran un ídolo de oro, pero ese dios tiene algunos de los principios de amor y compasión como nuestro Dios que no vemos' ".

Religión a través del ecumenismo

El ecumenismo religioso es la onda del momento. Muchos hacen la pregunta: "¿Qué debemos hacer nosotros como creyentes?". Mi respuesta es: "Cumpla el mandamiento del Señor y predique el Evangelio a todas las criaturas en todas partes". Cuanto tenga lugar la plenitud de los gentiles, la iglesia del Señor Jesucristo será arrebatada en el rapto. Sin embargo, debo enfatizar que los que creemos en el Señor Jesucristo, bajo ninguna circunstancia podemos participar de este ecumenismo. Debemos hacer una distinción clara entre la Iglesia de Jesucristo, la que está integrada por todos los creyentes que han experimentado el nuevo nacimiento y el "ecumenismo" en general, el cual incluye a todas las religiones del mundo.

La unidad perfecta

La Iglesia de Cristo ya está perfectamente unida, no bajo los auspicios de cierta denominación o convención, sino que la iglesia que consiste de cada persona que ha experimentado el nuevo nacimiento a través del Espíritu de Dios está perfectamente unida en el Señor Jesucristo. De tal manera, que cualquier intento por unir a la Iglesia de Jesucristo está condenado al fracaso. Pero... ¿por qué? Porque la Iglesia ya alcanzó hace mucho tiempo unidad perfecta por el Señor Jesucristo.

La promesa de la unidad dentro de la Iglesia de Jesucristo es exclusivamente para los creyentes y no para esos "que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella" (2 Ti. 3:5). Pero... ¿Cuál es esa "eficacia"? ¡El poder de perdonar los pecados! El Señor Jesucristo dice en el capítulo 14 de Juan: "No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mi. En la casa de mi Padre muchas moradas hay, sí así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os prepararé lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Jn. 14:1-3).

Esta Escritura es muy clara. Está dirigida a los cristianos, no a cierta iglesia, organización, denominación o convención, sino a cada creyente que ha experimentado el nuevo nacimiento. En la oración del Señor, nuestro sumo sacerdote Jesús, revela nuestra unidad perfecta. "La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mi, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mi me has amado" (Jn. 17-.22,23).

Unidad religiosa

Las organizaciones y movimientos que andan en pos de la unidad, ciertamente están haciendo un trabajo que es digno de encomio. Están uniendo a las personas, haciendo que se entiendan mejor los unos con los otros, intercambiando conocimiento religioso y filosófico y por medio de eso creando una nueva atmósfera de confianza y compañerismo. Pero debo enfatizar nuevamente que esto no tiene relación alguna con la Iglesia verdadera de Jesucristo. De hecho, es la gran imitación, en donde yace el mayor engaño de todos los tiempos. Esta unidad aparente de todos los pueblos del mundo, se está expresando hoy en globalismo.

No podemos negar su éxito, tampoco las "buenas intenciones" de esos que apoyan el globalismo. Las naciones alrededor del mundo están comenzando a prosperar y los ciudadanos individualmente tienen más libertad y están disfrutando de mayor prosperidad que nunca antes. Pero esta estructuración de la unidad en religión, economía y en política es sólo una imitación de la cosa real.

Unidad horizontal y vertical

Quiero aprovechar esta oportunidad para preguntarle: "Hermano, Hermana: ¿Está usted luchando en pos de la unidad?". La unidad a que me refiero es en Espíritu y en verdad. ¿Está dispuesto a aceptar la crítica? ¿La verdad duele? Si su respuesta es "Sí", entonces está en el sendero correcto, avanza hacia la unidad perfecta en el Señor Jesucristo.

La única forma como podemos y debemos acercarnos los unos a los otros como creyentes que hemos experimentado el nuevo nacimiento, es mediante nuestra convivencia íntima con el Señor. En otras palabras, nuestra unidad debe ser vertical, no horizontal. El mundo y las muchas organizaciones y movimientos que están tratando de alcanzar la unidad, trabajan horizontalmente. Pero finalmente todo esto conllevará a la catástrofe más grande que el mundo jamás haya conocido. Muchos tal vez ahora pregunten: "Pero... ¿Habrá realmente unidad en el mundo?". La Biblia dice en forma repetida que "¡Sí!", que "Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia" (Ap. 17:13).

Vemos la economía, la política y la fuerza militar unida en una. Pero... ¿Hasta dónde nos llevará esto? Apocalipsis 13:8 nos ofrece la respuesta: "Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el Libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo". La paz sobre la tierra debe ser una realidad, de otra manera el sistema del Anticristo no podrá establecerse plenamente. Los profetas de la antigüedad declararon a menudo que habría paz en la tierra. El Nuevo Testamento lo confirma: "Que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán" (1 Ts. 5:3). Primero habrá paz, paz sobre toda la tierra, como la calma que presagia una gran tormenta.

Unidad musical

Después de que Nabucodonosor reuniera a los pueblos, naciones y lenguas del mundo para un servicio religioso global, leemos acerca de tres judíos que se rehusaron a participar de la adoración: Sadrac, Mesac y Abed-nego, quienes fueron acusados así ante Nabucodonosor: "Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que han levantado" (Dn. 3:12). No hay evidencia alguna en la Escritura de que otras personas no adoraran la imagen. Sólo estos tres judíos son identificados por nombre.

Paz ecuménica

El asunto de estos tres jóvenes era de vida o muerte. Nabucodonosor estaba furioso porque alguien se atrevió a objetar sus órdenes, pero aparentemente se dirigió a ellos en una forma conciliatoria: "Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado?" (Dn. 3:14). Luego leemos en el versículo 15: "Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorarais, en la misma hora seréis echado en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?"

Seis instrumentos musicales

Parece muy significativo que la Escritura mencione seis instrumentos musicales, con los cuales se llamaba a la gente del mundo para que adorase la imagen. Sabemos por el libro de Apocalipsis que el clímax del mal se encuentra revelado en un número, en el 666. La unidad musical de que nos habló el profeta Daniel hace 2.600 años, se ha convertido una realidad en nuestro día. Hace sólo unos cien años, cada nación y grupo de personas tenían su propia música, Si la música era realmente excepcional entonces se escribía y la ejecutaban músicos profesionales en diferentes países, incluso por todo el mundo.

Todo esto ha cambiado en forma drástica en nuestro día, La música de Rock and Roll se ha convertido en el ritmo estándar para los jóvenes alrededor del mundo. Virtualmente podemos escuchar esta música en todas partes: En América del Sur, Europa, Asia o África. El Rock and Roll tiene un poder unificador que nunca antes habíamos visto. Pese a ser la música más primitiva inimaginable para un mundo moderno, ha trascendido todas las fronteras culturales y ha penetrado globalmente la civilización.

La simplicidad y monotonía del Rock and Roll está reforzada por la simplicidad del idioma inglés, el cual es muy mecánico en contraste con otros idiomas europeos. En la mayoría de los casos, las canciones de rock no hay necesidad de traducirlas. Sus palabras sin sentido carecen de significado alguno y sólo sirven como ruido unificador. Es por eso que en la mayoría de los casos no se traduce. Sin embargo, el aspecto impactante de todo esto, no es que el mundo esté más unido a través de la música, sino que este ritmo también se ha infiltrado en círculos cristianos y ahora está bien de moda en iglesias que dicen ser bíblicas. Estamos viendo entonces el espíritu de los últimos días, el cual está uniendo a la humanidad, está obrando en forma poderosa.

El "misterio: Babilonia la Grande" es el espíritu de los últimos días que busca unir a las personas en todos los niveles y en todas las sociedades. Así como la salvación proviene de cierto lugar geográfico y fue identificada específicamente por Jesús cuando dijo, "la salvación viene de los judíos" (Jn. 4:22), de la misma manera el engaño de los últimos días de "Babilonia" también proviene de un lugar geográfico. Procedamos a continuación a identificar la fuente de origen del "misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA" (Ap. 17:5). Hay cuatro puntos mediante los cuales podemos identificarla:

1. Los mártires de Jesús

2. Apocalipsis 17:6 dice refiriéndose a Babilonia: "Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro". Aquí se describe a Babilonia como a una mujer, que está ebria con la sangre de los mártires de Jesús. Sabemos por la Escritura que en la ciudad de Jerusalén se ha derramado mucha sangre, y que Esteban fue el primer mártir de Jesús. Pero hay otro lugar donde también se derramó mucha sangre de mártires y es la ciudad de Roma.

La ciudad con siete montes dice la Escritura: "Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene siete cabezas y los diez cuernos. La bestia que has visto, era, y no es; y está por subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo a la bestia que era y no es, y será. Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer" (Ap. 17:7-9).

Aquí tenemos una identificación topográfica de Babilonia: siete montes. Hay un buen número de ciudades en el mundo que aseguran hallarse construidas sobre siete montes, pero no hay otra tan famosa como Roma y que, además, se le llame "la ciudad de las siete colinas". Cualquier otra ciudad construida sobre siete montes fracasaría en cumplir con el primer criterio - porque no sabemos de ningún otro lugar en el mundo en que se haya derramado sangre de mártires.

3. Unidad política, económica y religiosa Y dice la Escritura sobre este otro indicador que identifica a Babilonia: "Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites" (Ap. 18:3).

Esta también es otra identificación significativa porque las naciones del mundo, con todos sus presidentes, primeros ministros, reyes, reinas o dictadores, tienen relación con "la mujer". Y me pregunto: ¿Existe otra nación en el mundo que albergue una organización global, la que además de ser de naturaleza religiosa, también sea política? Sólo hay una y es Roma. El Vaticano es reconocido oficialmente como un estado soberano por las prestigiosas Naciones Unidas. Virtualmente cada nación en el mundo tiene relaciones diplomáticas con el Vaticano.

También debemos añadir a este punto que la civilización romana tal como la conocemos hoy como una democracia se remonta históricamente al imperio romano de la antigüedad. Las riquezas del mundo se deben al sistema romano el cual es practicado hoy globalmente.

4. La gran ciudad en llamas Y leemos sobre este cuarto indicador: "Y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desoladas" (Ap. 18:18,19).

Cuando llegue finalmente el juicio sobre Babilonia, el lugar donde los mártires de Jesús derramaron su sangre y los políticos del mundo le rendían homenaje a la ramera, la ciudad de los siete montes arderá en llamas y serán visibles desde lejos, a través del mar Mediterráneo. "Los mercaderes de estas costas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos" (Ap. 18:15-18).

Pero resumamos todo lo estudiado: Primero va a establecerse la paz mundial que está gastándose hoy en día. Pero vuelvo a enfatizar, se trata de una paz falsa que conllevará a la gran tribulación y culminará con la aparición del Señor Jesucristo sobre el monte de los Olivos. Cuando tenga lugar este juicio leemos que dice Apocalipsis 18: 20: "Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella".

Todo esto acrecienta nuestra comprensión de la Escritura, la que enseña que los santos, esos que han nacido del Espíritu de Dios, serán arrebatados antes de que comience la gran tribulación. De hecho, la tribulación es un resultado de la remoción de los santos sobre la tierra, para que así las tinieblas puedan prevalecer globalmente y la obra del engaño logre la paz falsa, la prosperidad y la unidad mundial. Viendo que muchas de estas cosas están sucediendo ya hoy, " ...erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca" (Lc. 21:23).

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