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Si Jesús estuviera hoy con nosotros, ¿sería como los ministros actuales?

  • Fecha de publicación: Jueves, 11 Octubre 2012, 02:02 horas

     Hagamos un ejercicio.  Imaginemos que hoy tenemos en nuestro medio cristiano a un predicador sin igual, un hombre espectacular, lleno de misterio y elocuencia.  Su nombre: Jesús de Nazaret.

   ¿Qué sucedería si alguno de nosotros le hiciera llegar una invitación para un evento cristiano?  ¿Se escandalizaría si la respuesta fuera esta?

     Junto con esta carta, agradecemos la disposición de contar con nuestro amado Jesús en vuestro Congreso “Alcanzando a los inicuos con el evangelio de la gracia redentora celular de especialidades infantiles, en el último siglo antes de la parusía del Reino Eterno de los santos de las últimas semanas… con Propósito!!!”.

Como nosotros no somos una empresa, sino un ministerio, queremos informarle que la presencia de nuestro gran predicador de multitudes Jesús de Nazaret en vuestro evento no se traduce en un “sueldo u honorarios”, sino en una ofrenda de amor, que sea digna de él.  Pero sí tenemos algunas mínimas condiciones que queremos dejar en claro antes de que se concrete la invitación.

1. Con respecto a la ofrenda
No ponemos cifra, pero sugerimos que en vista de la proyección de nuestro ministerio a las naciones, creemos que el mensaje de nuestro amado hermano, en el mercado se avalúa en 1000 a 1500 dólares.
En caso que ustedes no puedan pagar una suma similar, dejaremos en oración su invitación, le informaremos después de conversarlo en la mesa de los doce y barajaremos entre las veinte invitaciones que le llegan todos los días a Mega eventos.

2. Con respecto a la estadía y plenaria
Nuestro amado Jesús no realiza sus traslados por tierra, sino únicamente en avión.  En caso de concretarse la visita, les pedimos que tengan en cuenta doce pasajes aparte de nuestro Predicador, ya que él viaja con una comitiva de guardaespaldas y representantes que lo acompañan a donde vaya.  En caso de no poder costear los doce, solicitamos que puedan costear el traslado de sus tres representantes: Pedro, Juan y Jacobo.

Nuestro ministerio reserva el vuelo en clase Premium, luego ustedes reembolsan el costo del pasaje por cuenta corriente.

Nuestro Líder Jesús necesita hospedarse en un “Hotel cómodo y bueno”, antes y durante el evento.  No permitimos que nadie se acerque a las inmediaciones del hotel para pedir oración o preguntarle cuestiones teológicas.

Con respecto al “Hotel cómodo y bueno”, nos referimos a un hotel que cuente como mínimo con tres estrellas.  Por favor, no insista, no queremos que se aloje en casa de pastores o líderes de la iglesia, por muy adinerados que sean, no queremos que nuestro líder se sienta incómodo durmiendo en camas ordinarias, sacos de dormir o en establos con paja (al parecer tiene un trauma de niño con la paja y los establos).

Al terminar su participación, nuestro líder no permitirá que se acerquen personas a molestarlo, no deseamos abuelitas que se acerquen solicitando oración (no faltan aquellas que les duele hasta las moléculas y viven esperando que se ore por ellas), niñas pidiendo sacarse una foto, jóvenes pidiendo que les firmen sus Biblias (Qué!!! y ni las leen).

Inmediatamente al terminar su predicación, tendrán que sacarlo por una puerta lateral y llevarlo al hotel, así evitará el contacto con el público.
Con respecto a la plenaria, exigimos que mientras nuestro líder predica, tengan una pantalla gigante enfocando su persona.

3. Con respecto a los milagros                                                                                     
Si las personas que desean milagros cuentan con menos de 500 dólares, sólo podremos realizar milagros tales como: Tapar muelas, bajar fiebres, sanar gripe, desinflar hemorroides, expulsar pequeños demonios, como el demonio de hipo, de pichí, de eructo, de sueño y pokemones varios.

Si las personas que desean milagros cuentan con 500 dólares a 1000, realizamos milagros más espectaculares como: Convertir el agua en ron, hacer aparecer un bife chorizo para 5000 personas con postre incluido y un cafecito, hacer llover pepitas de oro, reprender demonios más grandes como el cuco, la llorona y diáconos varios.

Si la ofrenda supera los 2000 dólares: Abrimos el mar, transportamos en el espíritu a Cancún por un fin de semana con todos los gastos pagados, sanamos enfermedades terminales, resucitamos a algunos muertos y “despachamos a algunos vivos” (políticos especialmente), realizamos cirugías estéticas sin láser ni bisturí.  Además entregamos un pack para predicadores con efectos especiales para sus mensajes, tales como: contrato con el Espíritu Santo para que haga llorar a la gente después de la predicación, que los haga reír en medio, chaqueta ungida para quien la tome salte dos metros hacia arriba y caiditas varias.

Sin más, esperamos que la visita de nuestro Magnánimo predicador pueda concretarse y ustedes puedan vivir una experiencia sin igual.

  Atentamente
  Judas Iscariote
  Gerente Ejecutivo
  “Ministerio Jesús para las naciones”

Gracias Señor Jesús porque tú no viste la billetera de nadie ni su cuenta corriente para realizar milagros.

Gracias porque no tuviste reparo en dormir entre gente rica y recostar tu cabeza junto a aquellos que sólo tenían piedras como almohadas.

Gracias porque compartiste cenas abundantes con los ricos como Zaqueo, pero también quisiste beber agua de la mano de gente pobre y desvalida como la samaritana.

Gracias porque en ausencia de barcas, camellos (y aviones), llenaste de polvo tus preciosos pies.

Gracias porque aún cansado después de una jornada de enseñanzas y “Plenarias” al calor de una humilde casa de pescador, te entregaste por completo a los que iban hacia ti con enfermedades y demonios que atormentaban sus vidas y los acogiste hasta la madrugada, sin regañar que te llevaran al “hotel”.

Gracias porque NO fuiste como los supuestos ministros actuales, cuya misión es engañar a cuantos puedan, sino que nos enseñaste cómo vivir, nos enseñaste el amor de Dios y lo demostraste con tu vida, tu muerte colgado de una cruz y tu victoriosa resurrección.

Gracias porque se te presentó la oportunidad de “Saltar del pináculo del templo” e impresionar a multitudes, porque también se te ofreció “El poder de todos los reinos” para someter con tu autoridad a las naciones, pero decidiste abrazar la fría cruz y olvidado por tus amigos y por el mundo, te alzaron clavado y torturado, en el más absoluto abandono, subiste a tu humilde trono de madera y desde ahí nos invitas a tomar ese camino.

Cualquier parecido a la realidad, mera coincidencia.

Nos llamamos «Cristianos»; ¿Nos parecemos a Él?

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