Menu

Escuche Radio América

Vientos de Apostasía - Es una obra para los cristianos confundidos a raíz de tantas...

Índice del artículo

Capítulo I 

¿Qué señal habrá de tu venida?

Faltando ya muy poco para que el Señor cumpliera su misión de llevar nuestros pecados en el Calvario, una triple pregunta de sus discípulos motivó esta solemne respuesta del Salvador.

El diálogo es breve, pero muy significativo: “Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Respondiendo él les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán (Mat. 24:1-5).

No me cabe la menor duda de que en estas pocas palabras, “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas y qué señal habrá de tu venida; y del fin del siglo?” (Mat. 24: 3b), tenemos un bosquejo completo de los principales acontecimientos proféticos en un correcto orden cronológico. Después de que les mostró la singular construcción del templo y demás edificios en sus proximidades, Jesús les dijo que vendría el día cuando el templo sería destruido hasta no quedar de él piedra sobre piedra. El Señor no les dijo cuándo sucedería esto, pero hoy sabemos que ocurrió en el año 70 de nuestra era, cuando los ejércitos del general romano Tito, quien en el año 79 se convirtiera en emperador de Roma, sitiaron la ciudad y la tomaron. Hay descripciones escalofriantes de lo que ocurrió entonces. Flavio Josefo, el historiador judío, ofrece muchos detalles sobre el sitio de la ciudad y cómo cayó finalmente en manos de los romanos. Algunos historiadores dicen que cerca de un millón trescientos mil judíos murieron en manos de los romanos.

Ese mismo día, momentos antes, Jesús, previendo todo cuanto les esperaba, les dijo: “¡Jerusalén, ¡Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que a ti son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de las alas y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor” (Mat. 23:37.39).

Esta declaración de Jesús se cumplió con exactitud. No solamente Jerusalén y el templo judío fueron destruidos, sino que a diferencia de las otras diásporas, cuando los judíos fueron dispersados, expulsados de su territorio, esta vez tuvieron que huir por todo el mundo.

En relación a esto mismo, Jesús también les dijo: “Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea huyan a los montes; y los que en medio de ella; váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Mas ¡ay de las que estén encinta, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra; e ira sobre este pueblo. Y caerán afilo de espada; y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan”

Es admirable la exactitud con que se cumplieron estas palabras, pues todo cuanto Jesús dijo aquí ya es historia. Jerusalén fue rodeada por los ejércitos extranjeros - los romanos. Israel fue dispersado por todo el mundo y los judíos vivieron sin patria, sin nación propia, hasta hace menos de medio siglo, pues recién en el año 1948 se restablecieron en la tierra de sus antepasados. Sin embargo, les tomó algún tiempo para recuperar toda la ciudad de Jerusalén, la cual cayó bajo su dominio en la guerra de los seis días, en junio de 1967. Pero... ¿Podemos asegurar que Jerusalén ya no está más “hollada por los gentiles”?

Muchas cosas más sucederán en esa diminuta nación, pero lo que ahora nos interesa es lo que Jesús le dijo a sus discípulos a modo de respuesta a su triple pregunta. Ellos querían saber cuándo serían destruidos Jerusalén y su templo y cuándo serían dispersados los judíos por todo el mundo. El Señor, sin embargo, no les dio fecha exacta.

Hoy, mirando retrospectivamente, notamos que cuando Jesús estuvo ante Pilato, y cuando éste le presentó al pueblo, manifestando que era inocente, esa multitud sin saberlo, “profetizó en coro” diciendo: “Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos”(Mat. 27:25).

Efectivamente, sin que se percataran de esta trágica profecía colectiva, unos 37 años después, cuando muchos de ellos todavía vivían y sus pequeñuelos de brazos estaban en sus 37 a 40 años de edad, llegó el derramamiento de la sangre de ellos y de sus hijos.

Pero lo que más nos llama la atención es la segunda parte de la triple pregunta de los discípulos: “¿Y qué señal habrá de tu venida?”. Esta “venida” abarca el rapto de la Iglesia, lo mismo que su venida con la Iglesia para establecer el Reino Milenial. Ambos eventos están incluidos aquí, ya que en la parte final de la pregunta ellos le interrogan sobre “el fin del siglo”, que corresponde el juicio de los impíos ante el trono blanco. Nuestro análisis se concentra ahora en la respuesta de Jesús a la “Señal” (singular) que ellos le plantean. Es como si lo discípulos no quisieran saber de las “señales”, sino de una señal específica.

En el mismo capítulo Jesús menciona otras “señales” que anunciarían la proximidad de su venida, como por ejemplo, “guerras y rumores de guerra... se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares” (Mat. 24:6,7). Sin embargo, Jesús primero les dio “la señal”, para que ellos, que en ese momento representaban a los cristianos, a la iglesia, pudieran reconocer fácilmente cuándo estaría ante las puertas el día de su regreso, que comenzaría con el rapto. Ésta es la solemne advertencia del Señor: “Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre; diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán”.

Jesús les hizo ver que la característica principal de que el tiempo de su gracia estaba llegando a su fin, sería la invasión de falsos predicadores, falsos maestros de la Biblia, falsas iglesias, falsos mesías y falsos cristianos. También Jesús destacó que muchos serían desviados y seguirían a estos falsos “cristos”. Aunque la cuestión hambre, guerras, terremotos y pestes, todo es horrible, estas experiencias, sin embargo por lo general purifican la iglesia. Cuando hay serios aprietos, ya sean sociales, políticos, económicos, problemas de salud física, enfermedades y todo cuanto nos conduce a un callejón incierto, lo que ocurre con los cristianos es que en tales circunstancias se acercan más al Señor. Pero cuando hay salud, cuando disfrutamos de paz en el país, cuando la economía sigue creciendo, cuando nuestro trabajo no está en peligro, por lo general se debilita la vida espiritual. Pero cuando nos vemos rodeados de inseguridad, amenaza de guerra, alguna enfermedad incurable o la muerte inesperada de algún ser querido, entonces sí, buscamos refugio en Dios.

Los discípulos querían que el Señor les diera una sola señal, porque seguramente esperaban simplificar el trabajo al reconocer el verdadero peligro, justo antes del regreso del Salvador. Jesús les dijo que tuvieran cuidado con las falsas doctrinas, falsos predicadores, falsos teólogos, falsos maestros, falsos evangelistas y falsas iglesias.


Capítulo II

A la luz de  la Biblia

Pero... ¿Cómo puedo saber yo si lo que una persona predica y enseña es falso? Él usa la Biblia, menciona a Jesús, da gloria a Dios, nombra mucho el Espíritu Santo, ora como corresponde, tiene miles de seguidores. Es probable que parezca difícil desenmascarar el fraude de estos días, pero tenemos a nuestro alcance un medio que no falla. Todo cuanto alguien enseña, predica o hace, debe examinarse siempre a la luz de la Palabra de Dios, la Biblia. Si resiste este examen, es bíblico, pero si no lo resiste, entonces es antibíblico y debe ser rechazado inmediatamente. El cristiano debe cuidarse hoy como nunca antes.

Hay actualmente una larga lista de reverendos y reverendas que aparecieron como hongos por todas partes. No podrían haber escogido un mejor momento, ya que el hombre común de hoy realmente busca un líder. No necesariamente un líder político, sino un líder espiritual, porque el vacío que siente el pecador sin Cristo es aterrador, y éstos “líderes” vienen con un paquete de soluciones mágicas. ¿Quiere salud? Hay curanderos “en el nombre de Jesús” ¿Quiere riquezas materiales? Hay visualizadores “en el nombre de Jesús” ¿Quiere fama? Hay oportunidades y sólo necesita comenzar a insistir que oye la voz de Dios o de Jesús y dispóngase a elaborar una historia más o menos aceptable, así tendrá seguidores. Además, si quiere ejercitar sus poderes de sanidad, sólo tiene que crear sus propios endemoniados y sus enfermos y luego comience a... “expulsar demonios”, siempre “en el nombre de Jesús y para su gloria” y también ordene a los demonios que dejen a sus “víctimas”. No olvide mencionar de cuando en cuando, que... “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy y por los siglos”. No importa si lo hace fuera de contexto, porque la gente de todos modos no cuestionará sus afirmaciones. Lo importante es que los enfermos se sanen y los endemoniados sean curados, así tendrá muchos seguidores y le darán mucho dinero.

Si alguien le sugiere que “citar un texto fuera de contexto es quedar con el pretexto”, no le haga caso, dígale que es sólo un juego de palabras. Pregúntele si no cree que ciertamente “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Heb. 13:8).

Pero cuidado, porque es probable que él le haga la siguiente pregunta: “¿Significa esto que puesto que Jesucristo ‘ayer’ era un bebé que nació en Belén, lo hará de nuevo ahora; sólo porque él es el mismo? Puesto que él también murió en el Calvario, y esto sucedió ‘ayer’ - en el pasado - vuelve a morir cuantas veces se nos ocurra; porque ... ‘Jesucristo es el mismo?’: Es probable también que su interlocutor le cite a Pablo cuando dice: “Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive para Dios vive” (Rom. 6:10). “Sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él”(Rom. 6:9).

Es fácil ver que aún siendo Jesucristo el mismo “ayer y hoy y por los siglos”, esto no quiere decir que todo lo que él hizo y dijo “ayer” - en el pasado - se volverá a repetir al entero antojo de un mago con título de sacerdote, pastor, reverendo o ministro. La Biblia no es un horóscopo, no se la puede leer como aquella dama que tanto dependía del “cómo me irá hoy”, que cuando se convirtió, al enterarse de que no debía recurrir más al horóscopo, pensó que la Biblia podría ser usada en su lugar, como si se tratara del horóscopo diario. Su costumbre era abrir la Biblia por la mañana, pero con los ojos cerrados. Luego colocaba a ciegas el dedo en la página abierta y abría los ojos para leer el texto que había señalado. ‘De esta manera” - decía ella - ‘Dios me está dando mi texto del día; indicándome exactamente qué debo hacer y cómo”.

Un día se encontró con un serio dilema, porque al colocar su dedo, leyó donde decía: “Y Judas fue y se ahorcó” (Mat. 25:5). Esta hija del horóscopo quedó espantada, y pensó que lo correcto era repetir el procedimiento, por si la segunda vez tenía mejor suerte. Así que volvió a cerrar sus ojos y abrió la Biblia en otro pasaje y cuando abrió los ojos leyó estas palabras: “Vé, y haz tú lo mismo” (Luc. 10:37). Esta dama quedó aterrada, pero pensando que era simple mala suerte dijo: “Bueno, la tercera es la vencida. Intentaré una vez más, porque no puede ser que Dios quiera que yo vaya y me ahorque como Judas Iscariote” Volvió a repetir por tercera vez su procedimiento de cerrar los ojos y así, a ciegas, encontrar su bendición del día. Cuando los abrió, leyó espantada estas palabras en la Biblia: “Lo que vas a hacer, hazlo más pronto” (Jn. 13:27b). Poniendo estos textos completamente fuera de sus respectivos contextos, tenemos el siguiente imperativo bíblico: “Judas fue y se ahorcó, vé, y haz tú lo mismo. Lo que vas a hacer, hazlo más pronto”. Aunque parezca exagerado, este “método” de manipular las Escrituras es muy común hoy en día. Es muy raro que alguien se pregunte qué tiene que ver determinado pasaje bíblico con lo que el orador dice.

Cuando Lucas escribió el libro de los Hechos de los Apóstoles, incluyó este interesante incidente ocurrido en Berea. “Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos Y éstos eran más nobles que los que estaban en

Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hec. 17:10,11).

Las palabras de Pablo y Silas eran convincentes. El mensaje era claro, la demostración de que Jesús era el Cristo predicho por los profetas, parecía irrefutable. Los bereanos decidieron someter las enseñanzas de estos dos siervos de Dios a una prueba que siempre resulta infalible. Simplemente compararon lo que los siervos de Dios decían, con aquello que para entonces era la Palabra de Dios. ¿El resultado? “Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción y no pocos hombres” (Hec. 17: 12).

Usted escucha muchos programas de radio, ve en la pantalla de televisión a comunicadores muy capaces y con gran carisma que verdaderamente atraen su atención. Lee un libro sobre alguna doctrina bíblica. Es probable que en el fondo de su mente sienta como que “algo no está bien” Pero usted desconoce la Biblia y francamente quisiera que todo lo que dice su predicador favorito fuese verdad. Así que decide escucharlo, apoyarlo y aceptar sus enseñanzas. ¡Esto puede ser trágico! Su alma está en juego. No se trata de adherirse a una religión, iglesia, o filosofía tal o cual. Aquí está en juego su alma la eternidad. Así que lo que debe hacer es someter a un examen muy severo, todo cuanto escucha, lee o ve, respectivamente


Capítulo III

¿Gran cruzada de milagros?

Un ejemplo del descarado engaño de estos días lo tenemos en algunos titulares donde se invita al público a participar de una reunión donde se anticipan los milagros. Puesto que los milagros escapan del dominio humano, pueden provenir de Dios o de Satanás, ningún cristiano puede afirmar que habrá milagros en tal o cual lugar, a tal día o determinada hora, porque todo cristiano verdadero se sujeta a la voluntad divina. Cuando los milagros ocurren por voluntad del orador de turno, del milagrero con “poderes sobrenaturales”puede usted estar seguro que Dios nada tiene que ver con esa persona y con todo cuanto él o ella predican o enseñan. No importa cuán bíblico suene. Jesús mismo dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielo, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel días Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí hacedores de maldad” (Mat. 7:21-23).

Es probable que usted haya visto o que llegue a ver alguno de los muchos videos que se distribuyen ahora, donde se pueden ver a individuos moviéndose en la plataforma de un extremo a otro y ofreciendo salud, bienestar y plenitud del Espíritu Santo como si fuera un producto a disposición de todos, sin ser convertidos ni regenerados, y donde el que decide la cuantía del Espíritu Santo para cada caso es el gurú de turno. Basta con que tumbe a la gente, con que pruebe haber “sanado” a alguien, con que reúna una gran multitud, con que sepa elaborar una historia interesante de su encuentro a solas, en su habitación, con el Espíritu Santo.

El gurú moderno no es el antiguo de la India que venía con ropa sucia, barba larga y que se sentaba en posición yoga, encantando serpientes. No, esto no ocurre hoy. El gurú moderno viste traje hecho a la medida, corbata de seda, reloj de oro, y está rodeado de “ayudantes” muy probablemente con su esposa al frente en la plataforma, asegurando que Dios le habló privadamente por medio del Espíritu Santo.

Examinemos a continuación la forma cómo trabajan estos señores en nuestros días. Usted podrá darse cuenta cómo se hace el trabajo y examinar como los de Berea a los predicadores de nuestros días.

“Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales… (Apoc. 16:13,14a).

“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescaté, atrayendo sobre si mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado” (II Ped. 2:1,2).

“Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida, inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad sino que se complacieron en la injusticia” (II Tes. 2:7-12).

Estas cuatro citas corresponden a cuatro autores:Juan, Pedro, Pablo y el Señor Jesucristo. La Iglesia ya está en su cuenta regresiva, muy pronto partirá para estar con el Salvador. Por tal razón la actividad del maligno nunca había prosperado tanto como ahora, especialmente en esas cruzadas de “tumbadores”, “sopladores”, “curanderos”, “soñadores”, “manipuladores” “hipnotizadores de multitudes” Es verdaderamente alarmante lo que está sucediendo, pero mi mayor temor es que todo pueda desembocar en un escándalo tan grave en el que mueran tal vez miles de personas y que debido a esto el Evangelio sea virtualmente prohibido. La humanidad y los gobernantes son incapaces de distinguir el evangelio de los gurúes modernos, quienes se disfrazan con vestidos de “ministros”, “predicadores” y a veces de “evangelistas”.

El “tráfico de almas” a cargo de estos individuos sin escrúpulos es en extremo peligroso. En el libro de Apocalipsis se habla de esto, cuando dice: “Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella [sobre Babilonia la Grande la prostituta religiosa], porque ninguno compra más sus mercaderías trigo, bestias ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres” (Apoc. 18:11,13).

Hace muchos, años se oía hablar de la “trata de blancas”, del tráfico de mujeres, cuando estaba de moda robarse a las mujeres para dedicarías a la prostitución. Luego vino el tráfico de drogas y con esto se han destruido casi dos generaciones. Por último tenemos algo mucho más sofisticado, sin que la ley persiga a estos traficantes - el tráfico de almas. Hombres y mujeres, cual mansos corderitos acuden en tropeles a las citas que el gurú de turno organiza, y se mueven al mandato del que se pasea por la plataforma con miradas astutas de autosuficiencia y dominio del “espíritu”, el cual también se le sujeta, actuando ante cualquier antojo suyo.

Hay cristianos bíblicos y fieles a la Palabra que se alarman, pero esto no debe ser así, la Biblia predice estos días y habla de esos que se disfrazarían como ministros de Cristo, siendo en realidad ministros de Satanás. Pablo le dijo a los corintios: “Porque éstos son falsos apóstoles obreros fraudulento, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (II Cor. 11:13-15).

A aquellos cristianos que han visto o verán estos videos de “milagros” vamos a ofrecerles un consejo sano y constructivo a la luz de la Palabra de Dios, ya que creemos que es necesario que cada cristiano, al verse rodeado de algo que le parece novedoso y extraño, lo examine cuidadosamente a la luz de la Palabra de Dios. Eso mismo fue lo que hicieron los hermanos de Berea, aunque quien les hablaba era el apóstol Pablo. “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hec. 17:11).

Ellos no se sintieron impresionados por un Pablo que soplaba saturado de un “poder” que le había derivado algún otro... tal vez Pedro. Tampoco Pablo les ofreció “una doble porción”.Ni soplaba, ni tiraba a nadie al suelo, ni ofrecía sanidad, ni los obligaba a repetir algunas palabras a modo de canciones para “blanquearles la mente” y prepararlos para recibir ese “espíritu que les permitía cantar y hablar en lenguas”. No, no había nada de eso. Pablo les predicó a Jesús como el Cristo, el Mesías prometido por los profetas. Ese Jesús que había muerto y resucitado ofreciéndo­les salvación y perdón completo. El mensaje para ellos era claro, nadie temblaba, ni sentía que le pa­saba como fuego por el cuerpo.

El Espíritu Santo se valió de este mensaje sencillo y cambió sus vidas. Se produjo en ellos el nuevo nacimiento, especialmente después de comprobar que Pablo no era un embaucador y que todo cuanto enseñaba respecto a lo que los profetas habían dicho sobre el Salvador, armonizaba perfectamente con las Escrituras. Por eso el resultado fue maravilloso: Así que creyeron muchos de ello; y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres” (Hec. 17:12).

Es verdaderamente sutil la forma como actúan los milagreros de hoy, y cómo tratan de probar sus verdades” - saltando de un texto a otro de la Biblia - y muy de cuando en cuando citándolos fuera de su contexto a fin de darle a su hipnotismo colectivo un toque de mensaje bíblico. A continuación examinaremos el peligro involucrado en todo esto


Capítulo IV 

Se juega con los demonios

El “predicador” luce muy suficiente, soberbio, como si tuviera a Satanás y a los demonios bajo su completo control. Manipula a la audiencia y luego llama a quienes desea para “hacerlos caer” públicamente sin darles la mayor importancia, porque... “toda la gloria es para Jesús” - aunque no aclara a qué Jesús se refiere. No enfatiza la salvación del pecador, sino su sanidad física. A cada momento reclama que los demonios y Satanás ya están derrotados.

Sus sanidades no son como las que ocurrían en los días de Jesús, cuando el Señor se acercaba y sólo tocaba al enfermo o como lo hacían los apóstoles. Este “milagrero” cuenta con un poder virtualmente ilimitado, y es él mismo, no Dios, quien decide que la noche será de milagros. Entonces el espíritu con quien trabaja le obedece, a juzgar por los testimonios de los “enfermos” y especialmente al notar cómo logra “tumbar” a quien quiera. Por supuesto que también cura por televisión, pues basta con que disponga algo, para que suceda lo que ordena.

En algunos casos, tal como lo que viera en un video, la víctima suplica: “No me tires... no me tires… porque quiero dar mi testimonio A esta súplica, el predicador sonríe como diciendo: “Fíjense cómo me teme”. Y es cierto. Los poseídos por demonios en los días de Jesús, también se estremecían porque los demonios los tiraban: “Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual clamó a gran voz; diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres; el Santo de Dios Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos salió de él y no le hizo daño alguno” (Luc. 4:33-35). “Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio lo derribó y le sacudió con violencia, pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre” (Luc. 9:42).

Vemos por la Escritura, que el demonio es quien derriba. Jesús y los apóstoles siempre levantaban, fortalecían y ayudaban a los endemoniados. Pero los “tumbadores” modernos, quieren hacerle creer a sus seguidores que ellos en realidad están bajo la acción del Espíritu Santo. En ninguna otra circunstancia hemos visto más claro el pecado que no tiene perdón la blasfemia contra el Espíritu Santo, como en estos encuentros en donde el Espíritu Santo es claramente blasfemado.

Aquí está atribuyéndosele al Espíritu Santo, lo que en los Evangelios parece ser especialidad de los demonios. El Señor Jesucristo advirtió de este pecado cuando dijo: “De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo” (Mar. 3:28-30).

La “estrella” del video, ora al Espíritu Santo, dándole incluso la bienvenida al lugar y agradeciéndole por estar allí. Le dice entre otras cosas: “Quiero conocerte quiero que me lleves, ayúdame a orar, a cantar, quiero recibir la unción” Esto contradice lo que el mismo Jesús enseñó sobre la oración en Mateo 6: 9-13.

La Biblia no enseña en ningún lugar que debemos darle la bienvenida al Espíritu Santo, alabarlo o pedirle algo. El Señor dice que debemos orar siempre al Padre en el nombre de Jesús. Los apóstoles y la iglesia primitiva siempre lo hicieron así: “Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay... Y ahora Señor, mira sus amenazas...“(Hec. 4:24,29).

A lo largo del “festival”el predicador no está subordinado al Espíritu, como le corresponde a un auténtico siervo de Dios, sino que él mismo le ordenaba a su “espíritu” para que le diera “doble porción” a uno, y a veces “triple” a otro. En ocasiones decía que el tal espíritu lo hiciera con los que estaban a su derecha, a su izquierda, atrás o adelante... Pero, ¿es esto lo que enseña la Biblia? Llegó el momento cuando “el mensajero”el humilde “canal” se atrevió a decir que ahora exigía espíritu “por toneladas”.

La Biblia declara lo contrario, dice que Dios da todo el Espíritu Santo al momento de la conversión. “Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida” (Jn. 3:34). “El que cree en mí como dice la Escritura; de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no habla venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado” (Jn. 7:38,39).

El único requisito que presenta la Escritura para que una persona pueda recibir el Espíritu Santo es creer en Jesús. “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador” (Ti. 3:4-6).

La salvación es un don de Dios, un regalo que el pecador obtiene al oír la Palabra, arrepentirse de sus pecados y depositar su fe en Cristo. En ese instante Dios sella esa salvación, dándole también como don pecador obtiene al oír la Palabra, arrepentirse de sus pecados y depositar su fe en Cristo. En ese instante Dios sella esa salvación, dándole también como don el Espíritu Santo. “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria” (Efe. 1:13,14).

Pablo le manifiesta a los efesios que ellos recibieron el Espíritu Santo al oír el Evangelio y creer, aceptando a Jesús por Salvador, Pero... ¿Por cuánto tiempo recibieron ellos el Espíritu Santo? “Hasta la redención de la posesión adquirida” El apóstol no dice que será hasta que reciban una segunda unción, “fresca y poderosa” suministrada por cualquier milagrero. Pablo afirma que es “hasta la redención” naturalmente la redención física, total, en el momento del arrebatamiento de los redimidos.

En el mismo video, usted podrá escuchar al ora­dor que dice: “Hoy muchos van a conocer al Espíritu Santo”. Pero usted sabe que el Espíritu Santo es un don de Dios para aquellos, que habiendo oído la Palabra de Dios se arrepienten de todo corazón, confiesan sus pecados y reciben a Cristo como Señor y Salvador. Este orador no habla de la necesidad del arrepentimiento, ni de la fe en Cristo Jesús. Durante dos horas mantuvo a la gente saltando, brincando, mostrándoles su poder para tumbar gente, soplar y habló con él. Pero lea lo que dijo el Señor Jesucristo: “Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor” (Mat. 23:39). Esta declaración solemne del Señor se refiere a la hora de mayor crisis en el planeta, cuando los ejércitos del mundo rodearán a Jerusalén, en el filo de la gran tribulación y los judíos clamarán buscando socorro divino. Será entonces cuando lo verán llegando con “poder y gran gloria” (Mat. 24:30).

Obviamente cualquier predicador que dice que ve a Jesús, debe ser otro “Jesús” que nada tiene que ver con nuestro Salvador, porque si el Señor dijo “Desde ahora no me veréis” y estipulé un tiempo que todavía no se ha cumplido, cualquiera que pretenda ser Jesús, en visión o real, siempre será falso.

Pero hay más contradicciones: Estos oradores acostumbran decirle a su audiencia que saldrán de ese lugar “borracha en el espíritu”. Pero el día de Pentecostés, Pedro contradijo a quienes sugirieron que los 120 hermanos estaban borrachos cuando descendió el Espíritu Santo. “Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día Mas esto es lo dicho por el profeta Joel” (Hec. 2: 15,16).

Pedro no sólo refuta a quienes pensaban que ellos estaban ebrios, sino que también agregó que en ese día se había cumplido la profecía de Joel sobre el derramamiento del Espíritu Santo. Este derrama miento jamás volverá a tener lugar, ya que cuando una profecía se cumple no se vuelve a repetir.

La cita de Joel mencionada por Pedro en Hechos 2:17-19 tuvo cumplimiento el día de Pentecostés: “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu y profetizarán” Mientras que los versículos 19 al 21, son todavía cosa del futuro.

Como si las contradicciones fueran pocas, estos flamantes “mensajeros”, también hablan de...“Cantar en lenguas, de comenzar a recibir la diversidad de dones...” Pero la Biblia dice: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (I Cor. 12:11).

Es Dios mismo quien se reserva el derecho de repartir a cada uno como él quiere, de tal manera que usted no recibe un don porque lo demande, lo desea o lo pida, ya que por ser don, es Dios mismo quien lo da. Si pudiéramos recibir algo a pedido, por orar, gemir, llorar o anhelar, ya no sería un don, un regalo, sino algo que adquirimos o tal vez compramos

Si quiere saber algo acerca de determinado predicador, evangelista, conferencista, milagrero, sanador o lo que fuera, mida siempre sus enseñanzas con la regla de la Palabra inspirada - la Biblia. Cuando las contradicciones son muchas, esto indica que alguien está equivocado. Obviamente, usted ya sabe quién está en error. Jesús dijo en su oración: “Santificalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Jn.17:17).

OBLIGAN A LA BIBLIA A MENTIR 

A voz en cuello, estos hombres, micrófono en mano, gritan a todo pulmón: “La misma gloria que estaba en el monte Sinaí se encuentra aquí hoy...” Mientras que dice la Escritura: “Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte. Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube. Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel” (Exo. 24:15-17).

 No se sabe exactamente cómo era esa gloria, porque aquello era un espectáculo que los israelitas no podían mirar y que les inspiraba un gran temor. Tal vez estos milagreros se refieren a algo que ven y que tienen que comunicarle a sus seguidores, aunque los demás nada vean.

Ahora bien: ¿Qué es lo que el cristiano recibe? Recibe a Cristo Jesús como su Salvador personal. Y la Biblia dice sobre él: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él que es la cabeza de todo principado y potestad” (Col. 2: 9,10).

Cuando nuestros primeros padres estaban en el Edén, Dios los rodeó de todo. No les faltaba nada, absolutamente nada. Pero vino la serpiente y le sugirió a Eva que “había más, mucho más” y que ella debía poseerlo. Eva cedió a la tentación, tal como hoy sucumben muchos ante la serpiente que ahora se presenta vestida de traje, corbata, reloj y alhajas relucientes, con un vocabulario impecable y música subliminal, para lograr lo que Lucifer obtuvo en el huerto del Edén.

Estos gurúes de turno, no necesitan más que una audiencia ávida de algo... de más poder, más salud, más riqueza, más fama... Satanás, el seductor por excelencia, ha persuadido a muchos hombres para que busquen algo más, nadie ignora el éxito que ha tenido. Ha hecho sucumbir a muchos hombres que por años parecían disfrutar del perdón de Dios. Después de años de ministerio, repentinamente descubrieron esa nueva fuente de poderes, de nuevas verdades, mayor luz para comprender lo que antes no entendían. No se dieron cuenta que era la vieja fuente de la cual bebieron también Adán, Eva y el tercio de los ángeles que son hoy los demonios. Es la misma fuente del engaño de Satanás.

Pablo nos dice: “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gal. 1:8,9). “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho... Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos nos dio a beber de un mismo Espíritu” (1 Cor. 12:7, 13).

Pero estas palabras y estas enseñanzas estrictamente bíblicas, son pasadas por alto, por “querer más y más, una doble porción de la unción o tal vez una triple”, dependiendo de lo que el gurú de turno decida. Como si todo esto fuera poco, estos oradores siempre están hablando de las nuevas revelaciones que reciben. Éste es otro pecado condenado severamente en la Biblia, ya que el Señor dice que aquellos que alteren el Canon Sagrado serán castigados con el infierno. “Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (Apoc. 22:19).


Capítulo V

Disparates  lamentables

Si usted ha tenido la oportunidad de asistir a alguna de estas reuniones o ver alguno de estos videos, tal vez habrá notado que se trata de servicios en los que reina el desorden total. El “predicador o evangelista” al frente es quien decide los milagros. En otras palabras, tienen un dios que se sujeta a su voluntad, por eso pueden anunciar los milagros por adelantado con toda confianza, porque no es necesario pedir que se haga la voluntad de Dios. El mismo gurú hace el papel de Dios, ¡y cómo lo hace! ¡Es increíble cómo se le sujeta el espíritu tumbador!

Durante todo el servicio casi no se usa la Biblia, excepto una que otra vez como pretexto, se lee un pasaje que no tiene ninguna aplicación con lo que el animador está diciendo. Su interés es llegar a los bolsillos de los presentes, en ellos está lo que busca. Las almas no importan para nada, tan pronto los “emborracha” de espíritu, es el momento de ajustar cuentas.

No sé cuánto dinero recogen, pero lo cierto es que después de las ofrendas, comienzan los testimonios “de sanidad” y las “alabanzas”. El líder sigue ordenando más y más para cada sector del público. Todos caen como manojos de paja movidos por el viento. El líder se divierte y se confunde con la audiencia. Muchas mujeres danzan abrazándose, riendo a carcajadas con una mirada que luce verdaderamente extraña.

Algunas muchachas jóvenes tiemblan como epilépticas, moviendo la cabeza de la misma forma como lo hacía el hindú que tenía varios rehenes en Oregón, saltan, caen y se retuercen dando voces y alaridos extraños. Allí los alaridos se confunden con las “alabanzas”, y es claro que si estas reuniones se prolongaran, la multitud podría perder los estribos, quedando sin ningún control. Algunos jóvenes saltan, otros gimen se revuelcan en el suelo, abren la boca desmesuradamente, se desmayan, o tal parece que se desmayan, tiemblan y al mismo tiempo ríen.

Los pastores (al menos dicen serlo) que están allí, verdaderamente idolatran a estos líderes y buscan de ellos esa ‘doble unción “. Cuando Simón el mago solicitó exactamente lo mismo, como Pedro el apóstol no era un “televangelista, ni un milagrero” no le sopló, ni le tocó, ni le ordenó al Espíritu que tomara posesión de él. “Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu Corazón no es recto delante de Dios Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón, porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás” (Hec. 8:18-23).

Cada vez se nota más y más el desorden y confusión en estas reuniones, no obstante, el espíritu que reina allí siempre obra con mucha cautela, no quiere destruir su misión antes de obtener los frutos esperados. No obstante, es probable que no pase mucho tiempo antes de que esto se salga de su cauce. No me extrañaría que en un futuro comenzaran a desvestirse y a andar desnudos en el lugar de reunión. Cualquier cosa es posible cuando se juega con el espíritu de confusión, pretextando que es el Espíritu Santo. Las mismas palabras que le dijera Pedro a Simón, aplican en este caso particular de la doble unción: “No tienes tú parte ni suerte en este asunto”

RECODEMOS LA HISTORIA

 Quiero compartir ahora con mis lectores, algo que ocurrió hace muchos años, antes de que yo naciera, mis padres solían contarnos lo sucedido. He tenido la oportunidad de conocer personalmente a varios hermanos que presenciaron lo acaecido, aunque nunca le di mucha importancia, hasta hace poco que hablé con mi padre quien me recordó todas estas cosas.

Él me contó de los casos que ocurrieron entre 1930 a 1933, cuando un espíritu extraño se apoderó de las iglesias Pentecostales extremistas. En la vecindad donde vivían mis padres, habían varias familias que pertenecían a esa iglesia, pero como en ese tiempo, ni los Bautistas ni los Pentecostales tenían templo, decidieron congregarse juntos. El problema surgió cuando los Pentecostales recibieron este “soplo” del espíritu, porque hicieron cosas tan vergonzosas que voy a limitarme a relatarles sólo unas pocas.

En un comienzo se pensaba que esto había acontecido solamente en esa pequeña localidad, pero luego supimos que exactamente en esos mismos días ocurrieron hechos similares en las iglesias Pentecostales en todo el mundo.

En primer lugar surgieron algunos “profetas”, quienes profetizaron que el rapto de la iglesia tendría lugar en una fecha que ellos mismos señalaron. Conforme se aproximaba el plazo fijado, se prepararon reuniéndose con otras familias de la misma iglesia, llevaron consigo enseres domésticos, animales y todo lo que consideraron necesario.

Todos se reunieron en un campo abierto, propiedad de uno de los miembros de la iglesia, del líder principal.

La convivencia en este campo abierto, duró sólo unas semanas, los profetas siempre estaban “profetizando”. Los hombres y las mujeres se subían al techo de los edificios, se quitaban la ropa y calculaban las medidas del templo celestial. El desorden era increíble, a pesar de que se trataba de personas trabajadoras, honradas y moralmente intachables.

Con el paso de los días las autoridades se interesaron en el asunto. El Señor por cierto no vino. Entonces el “espíritu” les dijo “que debían cambiar de esposas, tomando una nueva para cada uno de ellos, especialmente los líderes. A uno de ellos, cuyo nombre omito deliberadamente, el “espíritu” le dijo que tomara una jovencita de sólo 16 años. Yo tuve la oportunidad de conocerla cuando ya era madre de varios hijos. Esta jovencita, como era hija de un hermano de la iglesia Bautista, tuvo que ser regresada a su casa a la fuerza, su padre la rescató a tiempo, y para evitar que volviera al lugar, la ató con una soga como si se tratara de una bestia.

Ella mismo dijo que no tenía idea porqué actuaba así. No tenía fuerzas para resistir a ese “espíritu” Después que el Señor no vino en el rapto, algunos de ellos llevaron a sus casas a sus nuevas esposas, las que a su vez fueron echadas de allí por las esposas legítimas. Fue por esta causa que la iglesia Bautista en esa comarca que conozco, se separó para siempre de la iglesia Pentecostal.

Verdaderamente era una “nueva unción”. Todo lo quedan “doble” “triple”, y cuanto quisieran. Hoy este espíritu extraño que va arrasando con todo, ha vuelto a invadir nuestras iglesias. Esto que sucedió en Argentina está manifestándose en Europa, Australia, en todo el continente americano y en la antigua Unión Soviética de una manera total.


Capítulo VI

Falsos  Cristos

Aunque los líderes de este movimiento no dicen ser ellos mismos el Cristo, una y otra vez afirman, que el mismo Señor dijo que sus seguidores harían mayores milagros que él. De manera, que según ellos, lo que Jesús quiso decir fue que habrían predicadores que lo superarían en milagros y prodigios.

Jesús nunca implicó tal cosa cuando dijo: “El que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará... “(Jn. 14:12). No olvidemos que sólo tuvo la oportunidad de realizar sus obras durante tres años y medio. Murió en plena flor de la vida, cuando la mayoría de ministros comienzan su ministerio - a los 33 años de edad. Por lo tanto estaba refiriéndose a la brevedad de su labor. Hoy, muchos pastores, especialmente esos que tienen acceso a los medios masivos, le predican el Evangelio a millones, algo que el Señor Jesucristo nunca pudo hacer en persona. “Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros Como me envió el Padre; así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo” (Jn. 20:21,22).

Por supuesto que Jesús no afirmó que tenemos que andar por allí distribuyendo el Espíritu Santo, dando doble porción o algo así, sino que le dijo a los suyos que esperaran en Jerusalén hasta que recibieran la promesa del Consolador, el Espíritu Santo. Y luego, como prueba de que habían recibido el Espíritu Santo, no declaró que hablarían en lenguas, sino que añadió: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hec. 1:8).

El Señor Jesucristo nunca manifestó que recibirían poder para hablar en lenguas o para sanar o tumbar gente, sino para dar testimonio, para hablar valientemente del Cristo resucitado, el único Salvador. Pretender soplar para impartirle el Espíritu Santo a terceros, es procurar uno mismo ser el Señor Jesucristo. En el video puede verse claramente esta pretensión. También al orar dice: “Lo que tú has puesto en mi vida Señor, en este momento lo transfiero, lo que tú me has dado lo reciben ellos” Es casi una repetición literal de las palabras que expresara el Señor Jesucristo: “Ahora han conocido que todas las cosas proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he dado...” (Jn. 17:7,8).

En otro momento él dice ser “el ungido de Dios como canal de bendición... “También declara: “Venga, reciba, beba todo lo que tiene que beber” Es bien sabido que los hombres no tenemos otra cosa que ofrecer más que un completo fracaso. Es en realidad el Señor Jesucristo quien dice: “Si alguno tiene sed venga a mí y beba” (Jn. 7:37b). Jesús nunca le dijo a los que le seguían que buscaran a un predicador, a algún “ungido” para beber. Él es el único que puede proporcionamos la Palabra de vida y su Espíritu Santo. Dirigiéndose a las multitudes este hombre atrevido dijo: “El Señor va a soplar sobre ustedes un viento de gloria”, pero luego el único que realmente sopló usando el micrófono fue él mismo. ¿Será acaso que se cree el Señor?

El extremo del auto señorío de estos “profetas de los últimos días” se nota cuando toman la Biblia y leen un pasaje en Isaías 45:1-4, y abiertamente se refieren a sí mismos con los títulos que aparecen en este pasaje. Atribuyéndose expresiones tales como “su ungido”, “iré delante de ti” “te daré los tesoros escogidos”, “Los secretos más guardados”, “mi escogido te llamé”, etc. Pero... ¿Son ellos el ungido? ¿Son los poseedores de los tesoros y secretos escondidos y los enviados a las naciones?

Ellos hablan mucho de visiones, de que el Señor les habla de que tienen una revelación aquí y allá. Desde luego que esto se opone a la todo-suficiencia de la Biblia, porque si se permite que el escucha coloque sus visiones y mensajes recibidos de Dios, a la par con la Biblia, Dios protestará advirtiéndonos que nos cuidemos de tales visionarios, de tales profetas, porque él no los ha enviado, somos nosotros los que debemos comparar sus enseñanzas a la luz de las Escrituras.

La Biblia nos dice que la suprema revelación divina es nuestro Señor Jesucristo. “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros” (Jer. 23: 16,17).

Este predicador y muchos otros predicen bonanza y paz para los hombres. Hablan de avivamiento porque arrastran a miles que casi pelean para entrar y escuchar sus charlas. No mencionan una sola palabra de arrepentimiento, ni del juicio venidero. Repiten…“¡Estupendo, esto es maravilloso, ésta es una fiesta de Dios, aquí está Dios, el poder de Dios se manifiesta!”. Pero lo que en realidad celebran son reuniones ocultistas salpicadas con algunas palabras de la Biblia para disfrazarlas como reuniones cristianas. Los artistas saben manipular a sus dóciles ovejitas, y éstos como si fueran llevados al matadero, cumplen con todos los requerimientos del gurú.

“No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras Dice Jehová.- He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen. Él ha dicho. He aquí dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos;, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas;, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová” (Jer. 23:21,22,31,32).

La Biblia está saturada de advertencias para los cristianos, a fin de que no sucumbamos víctimas de los trucos de Satanás. “Muchos” - dijo Jesús, “vendrán diciendo que son el Cristo” Ciertamente no es necesario que la persona diga literalmente “Yo soy el Cristo “. Pero cuando se presenta atribuyéndose los atributos divinos, lo que pretende es usurpar el lugar de él.

La Biblia no enseña nada respecto a la “segunda unción”, ni de un ministerio de la unción fresca y poderosa del Espíritu Santo. Ese “evangelio” es la mentira de la nueva religión llamada la Nueva Era, aunque es tan vieja como Lucifer. Esta oleada furiosa entró con una fuerza increíble y confundió a muchísimos cristianos, porque los sorprendió desprotegidos. Un cristiano carente de conocimiento de la Palabra de Dios, puede ceder fácilmente ante la fuerza de algo que le hace reír, saltar, brincar, sentirse bien, que le da deseos de abrazar a otros y de recibir una “tonelada de poder”, gracias a la generosidad y humildad del gurú de turno.

Usted puede ver las manos de todos, extendidas hacia ellos, como solicitándoles algo que tienen, porque son escogidos por Dios, pero que nosotros también podremos tenerlo si cumplimos con ciertos requisitos y seguimos las instrucciones que nos dan.

El espíritu de confusión y de perdición, por lo general es ruidoso. Hace que las personas se sientan atemorizadas y amenazadas. Eso fue exactamente lo que ocurrió cuando los israelitas edificaron el becerro de oro en el desierto y se entregaron al desenfreno. Así está registrado en el capítulo 32 del libro de Éxodo.

Algo muy diferente ocurrió en el caso de Elías y los profetas de Baal, mencionado en el capítulo 1 del libro primero de Reyes, cuando verdaderamente se manifestó el Espíritu Santo, cuando era Dios mismo quien estaba presente. “Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes y quebraba las peñas delante de Jehová, pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su mano, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una vos diciendo: ¿Qué haces aquí Elías?”(1 Rey. 19:11-13).

El Espíritu Santo no tiene que ser “invitado”, ni puede ser manipulado, ni aplaudido, ni tampoco puede haber hombre alguno que le “ordene” hacer esto o aquello, sanar a éste o llenar al otro. No todo lo sobrenatural procede del Espíritu Santo o de Dios. Aunque quien hable o haga algo, lo diga y lo haga “en el nombre y para la gloria de Dios”. El deber del cristiano no es escuchar con atención y limitarse a eso, su obligación es analizar lo escuchado a la luz de las Escrituras. La Biblia dice: “Amados, no creáis a todo espíritus, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Jn. 4:1).

Note el imperativo: se nos ordena “probar los espíritus”; y se nos informa que los “muchos” no están del lado de la verdad sino del engaño. No tenemos problema para reconocer a un gitano, un gurú declarado, o a un hechicero que no oculta su mensaje y su fe. Nuestro problema es descubrir la verdadera enseñanza de un “evangelista”, un “predicador o pastor”, uno de esos... “siervos de Dios”. Éste usa la Biblia, salpica sus retóricas con expresiones bíblicas, da “Gloria a Dios” dice “amén” y puede que cante algún himno cristiano, que ore fervorosamente, diga y haga otras cosas que parecen totalmente aceptables - cristianas.

Es mi esperanza que este libro le permita abrirse camino y lograr captar la astucia de Satanás para no caer en sus garras, porque el desfile de los “profetas, sanadores, tumbadores, sopladores y distribuidores de poderes divinos”, va en aumento. Estas prácticas irán aumentando rápidamente y es probable que en un futuro no muy lejano ocurran cosas tan vergonzosas y trágicas en estos encuentros de “doble unción” que las autoridades tendrán que fijar ciertas pautas y decidir qué es y qué no es cristiano.

Bien caben aquí las palabras del apóstol Pablo al joven pastor Timoteo: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (II Tim. 3:1-5).

El deber del cristiano es seguir a Cristo y permanecer fiel a él. La atracción de estos “cristos” en su desfile tan apresurado es de hacernos ver que la partida de los redimidos está a la puerta, pero también el amo de este mundo y el falso cristianismo apresuran su marcha. Todo está profetizado en la Biblia y todo está tomando su lugar. Jesús dijo: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabezas, porque vuestra redención está cerca” (Luc 21:28).

ALGUNOS CONSEJOS 

1  Lea la Biblia y haga su propio estudio.

2  Tenga cuidado con los libros de autores que están a favor de nuevas experiencias.

3   Asegúrese de que su iglesia sea verdaderamente cristiana, bíblica. 

4   Nunca asista a esos centros espiritistas que son presentados hoy como concentraciones de muchos cristianos para escuchar a algún predicador doblemente ungido. Se trata de lugares muy peligrosos donde se practica la hipnosis colectiva y se trafica con las almas. 

5  Tenga mucho cuidado con los sanadores y las sanidades, hay mucho, pero realmente mucho fraude.

6   Cuando esté enfermo, haga todo lo que pueda por aliviarse, pida a Dios que le ayude, y si es su voluntad que le sane. Pero no acuda a recibir ayuda de ningún “sanador”, porque si ese sanador es instrumento de Dios, usted también es cristiano y sanará de la misma manera. Usted puede clamar directamente a Dios, además si a eso vamos el propio Señor Jesucristo dijo en Marcos 16:17,18, que estas señales seguirán a todos “Los que creen”.

7   Evite por todos los medios de caer en el pecado y blasfemar contra el Espíritu Santo.

8   Busque cuanto antes una iglesia bíblica y concurra allí con toda su familia.

9   No mande su dinero a los “sanadores” radiales, de televisión o dondequiera que estén, no participe “en pecados ajenos” (I Tim. 5:22). 

10  Pase más tiempo en oración, a solas con el Señor y en  compañía de su familia.


Capítulo VII 

Señales de los tiempos

La mayoría de personas en Estados Unidos probablemente están enteradas que Diane Sawyer, en su programa de televisión Primetime Live que se trasmite en el territorio de la Unión Americana, recientemente expuso a tres de los evangelistas más populares: A W. V. Grant, Larry Lea y Robert Tilton. Este último recibe por lo menos $80 millones de dólares anuales, gracias a sus promesas de salud y riqueza a esos que le envían ofrendas.

Vivimos en un día triste en que los medios noticiosos seculares acusan a los líderes evangélicos de engaño deliberado, apoyando aparentemente sus acusaciones con pruebas y documentos, acarreándole de este modo crítica al Evangelio y al nombre de Cristo.

Pero... ¿Por qué hay tantos millones de cristianos crédulos dispuestos a apoyar económicamente a cualquiera que ofrece sanidad y prosperidad, a pesar de que estas promesas son obviamente antibíblicas, extravagantes y casi siempre fallan? ¿En dónde están los líderes de la iglesia que deberían estar protegiendo al rebaño mediante advertencias específicas en contra de los falsos maestros y falsos "hacedores de milagros"? ¿En dónde está Billy Graham, Chuck Swindoll, James Dobson y otros que serían escuchados si hablaran? ¿Por qué los líderes evangélicos respetados no los corrigen? ¡Eso es lo que estos "evangelistas" necesitan en forma desesperada!

W. V Grant, un "evangelista", menciona nombres, enfermedades y otros detalles pertinentes a individuos específicos, negando tener ningún conocimiento previo respecto a ellos, asegurando que recibe esta información de Dios. De hecho, él usa el viejo truco de recolectar la información disponible y memorizaría presentándola más tarde como "revelación". Grant fue desenmascarado hace 6 años por Randi Kurtz y su grupo. Pese a todos los líderes cristianos continúan honrándolo. Entre esos que se unieron a Grant como conferencistas durante la reciente conferencia que tuvo lugar en una iglesia en Dallas, estaban Mike Murdock, T. L Osborn, Ben Kinchlow, Jamie Buckingham, B. J. Hargis y Hilton Sutton.

La evidencia irrefutable de que W. V. Grant opera un fraude deliberado, fue presentada por primera vez en dos ediciones de la revista humanista Free Inquiry de la primavera y verano de 1986. Ellos comenzaron a seguir a las personas que Grant aseguraba haber curado, sólo para descubrir que no había tenido lugar ninguna curación. Actores que habían sido colocados entre la audiencia, eran sanados de supuestas dolencias mientras Grant exponía la información fraudulenta que le había sido suministrada de antemano por sus informantes antes de que se iniciara la reunión y la cual según Grant "le había sido revelada por Dios"

Grant incluso lleva consigo sillas de ruedas y sus acomodadores persuaden a los ancianos que están cansados de caminar a que se sienten en ellas, con la promesa de ser empujados en las sillas hasta el frente. Son éstas las personas que se ponen de pie al ser llamadas dramáticamente para que abandonen sus sillas de medas, y son ellas las mismas que Grant asegura haber sanado, entretanto que esos que verdaderamente han llegado enfermos en sillas de ruedas se preguntan por qué no fueron sanados también mientras otros aparentemente si fueron.

Esos que están en su lista de correo reciben las cartas más extravagantes en la que se les dice lo mucho que han orado por ellos, personalmente, aunque es un programa de computadora el que intercala los nombres en la carta para que luzca como una misiva personal. En las cartas se ofrecen los métodos más extravagantes para recibir bendiciones, involucrando en ellos rituales de hechicería que son un insulto a la inteligencia.

Por ejemplo, la última de estas cartas traía un dibujo grande de 'Jesús" con sus manos extendidas, con éstas instrucciones: "TOQUE MIS MANOS - YO TOCARÉ LAS SUYAS, a través de una ventanas, tal como dice Malaquías 3:10, en donde Dios ha prometido, que 'ABRIR(Á) LAS VENTANAS DE LOS CIELOS, y de  derramar(á) sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde'..' Coloque cualquier cuenta no pagada y su cartera en estas manos de Jesús traspasadas por los clavos" Todo debe ser devuelto con la mayor ofrenda posible. Grant sigue diciendo: "Entonces tomo todo hasta esa ventana que Dios está mostrándome, mientras coloco mis manos en donde usted puso las suyas' La condición para recibir la "bendición", siempre es "la semilla de ofrenda de fe" Esta invención de Oral Roberts es ahora usada por muchos otros "evangelistas" para persuadir a los crédulos a fin de que sieguen a cien por uno.

    Hay una nueva estrella que está surgiendo en medio de este movimiento carismático de sanidad. Benny Hinn ha atraído multitudes hasta de 30.000 personas. Pastorea el Centro Cristiano de Orlando, una de las iglesias de más rápido crecimiento. Cada domingo, su auditorio de 2.800 asientos está atiborrado tres veces su capacidad y los servicios son trasmitidos más tarde a través de la cadena de televisión TBN.

Aunque ha predicado en la iglesia de Grant, los métodos de Hinn varían entre los de Popoff o Grant. Recauda $12 millones de dólares anuales con la acostumbrada promesa falsa de sanidad y prosperidad a cambio de "la semilla de ofrenda de fe" - una condición imprescindible para que se lleve a cabo "el milagro". "No dé menos de $100 dólares" - exhorta a su audiencia, prometiendo "imponerle las manos a los sobres con las ofrendas y luego pedirle a Dios que otorgue milagros financieros a los ofrendantes"

El secreto del poder de Hinn es su peculiar unción, la cual asocia con Kathryn Kuhlman y Aimee McPherson, fundador de la iglesia Foursquare Gospel. Cuenta que sintió por primera vez el "poder pleno del Espíritu Santo" sobre su persona durante un servicio de sanidad de la señora Kuhlman en el año 1973 - cuando el manto de ella presumiblemente cayó sobre él. Lleva a cabo sus reuniones exactamente de la misma forma como lo hacía ella, aunque necesita más tiempo para llevar a su audiencia hasta el estado de ánimo de expectativa que parecen generar los "milagros sicosomáticos".

En un sermón pronunciado el .7 de abril de 1991, Hinin reveló que visitaba periódicamente la tumba de Kuhlman, y que es uno de los pocos que tiene acceso a ella. También visita la tumba de Aimee, y cuenta: "Sentí una unción extraordinaria... Estaba temblando de pies a cabeza ... estremecido por el poder de Dios "Amado Señor" - dije - "Siento la unción"... Creo que la unción partió del cuerpo de Aimee".

La unción o el poder juega un papel primordial en los "servicios milagrosos". Hinn lo usa para "golpear en el espíritu" tal como hacía la señora Kuhlman hace 30 años. Desde entonces ella ha sido imitada por los evangelistas que sanan. Sin embargo, Hinn tiene un nuevo arrebato. Sí, al igual que la señora Kuhlman, él toca a las personas en la frente o en el cuello para hacer que caigan de espalda. Pero también sopla o arroja la "unción" y "golpea" a las personas desde la distancia.

La oficina de Benny en la iglesia está colmada de sus propias fotografías con George Bush y Juan Pablo II. Esta fue la impresión de Mike Thomas durante una entrevista que sostuviera con Hinn: "Luce como un aviso de Ralph Laurent, un verdadero caballero galante. Su cabello, como siempre, está rociado sólidamente, cada hebra en su lugar. 'No sé si alguna vez ha visto a un reverendo sin calcetines' - dijo con orgullo (ya que no lleva puesto calcetines). 'Así es como soy. Soy un hombre más terrenal que la mayoría de personas".

"Estas palabras provienen de un hombre que no hace mucho cambió su automóvil Mercedes por un Jaguar y que recientemente se mudó de una urbanización en Heathrow a una mucho más exclusiva en Alaquia, donde ahora vive en una mansión de $685.000 dólares. Sus trajes son confeccionados a la medida; sus zapatos son de cuero italiano y sus muñecas y dedos fulguran con el oro y los brillantes... él considera que su estilo de vida es modesto, como si todos vivieran en la misma forma"

"Lleva puesto un reloj Rolex de diamantes, anillos de brillantes, brazaletes de oro y trajes confeccionados a la medida para que todos lo vean... '¿Qué gran cosa, por Dios?' - dice. '¿Qué es lo que se supone que debo hacer?, ¿conducir un Honda? ... Eso no está en la Biblia... Estoy enfermo y cansado de oír hablar de las calles de oro en el cielo. Yo no necesito oro en el cielo. Tengo que tenerlo aquí y ahora.

Benny declara: 'He recibido un nuevo mandato celestial - ¡el llevar el mensaje milagroso del poder sanador de Dios de regreso a Norte América! "¡Invada nuestra nación con el poder milagroso de Dios en la década de los noventa!", declara. Asegurando además que cerca de mil personas son sanadas en cada uno de sus servicios de sanidad. Pero tal como el señor Thomas informó, 'A pesar de los miles de milagros que Hinn asegura llevar a cabo, tal parece que la iglesia es presionada para que presente uno que convenza a los más escépticos... Cuando Susan Smith, la vocera de la iglesia, se vio verdaderamente presionada para hablar de milagros convincentes y verdaderos, citó a una mujer en Orlando que fue curada de ceguera causada por diabetes. Pero no dio su nombre. Más tarde admitió que la visión de la mujer quizá estaba todavía borrosa. Añadiendo: 'Ella todavía tiene diabetes, y ha vuelto a ser hospitalizada':

"Pueblo de Dios" - grita Benny, "nunca debemos expresar palabras de fe tan destructoras como estas: 'Si es tu voluntad, Señor'... ¡Yo soy Él, soy Jesús! ¡El Verbo se ha hecho carne en miií! ... ¡Usted es un dios en miniatura en la tierra...!': Sus otras herejías incluyen la enseñanza de que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, cada uno individualmente, tienen un cuerpo, un alma y un espíritu. "¡Hay nueve de ellos!", le dijo a su congregación "lo supe por revelación ". Sin embargo, es muy probable que tomara esta idea de la Biblia de Referencia Anotada por Dake, en donde se revive esta antigua herejía en la página 55.

Hinn enseñó la misma herejía de Hagin y Copeland, que cuando Jesús murió en la cruz descendió al infierno y tomó sobre sí la naturaleza de Satanás y fue torturado por el diablo por nuestra redención. Luego, a principios de 1991 repudió esta enseñanza junto con otra "Palabra de Fe" de su peculiar doctrina. Pese a todo había enseñado que se trataba de "una revelación de Dios", pero el caso es que las revelaciones de Dios no cambian.

A sus críticos Hinn les dice: "¿Sabe usted?, he buscado algún versículo en la Biblia - pero tal parece que no puedo encontrarlo - un versículo que diga, 'Si no te gustan, mátalos'. ¡Verdaderamente quisiera poder encontrarlo! ... Algunas veces desearía que Dios me diera una ametralladora del Espíritu Santo. ¡Yo les volaría la cabeza!': La audiencia en el estudio del canal de televisión de la TBN grita y aplaude ruidosamente ante estas graciosas palabras del "hombre de Dios':

Sin duda estamos viendo el cumplimiento de una de las señales principales dadas por el Señor Jesucristo para indicar la cercanía de su retorno: "Porque se levantarán falsos Cristo y falsos profeta, y harán grandes señales y prodigios de tal manera que engañarán si fuere posible, aun a los escogidos" (Mat. 24:24). Tratemos de conocer a Dios y a su Palabra y andemos en obediencia a él, contendiendo ardientemente por la fe que le fuera dada una vez a los santos.


Capítulo VIII

¿Alabanza o alapanza?

Con frecuencia se dan casos de iglesias que dicen haber redescubierto las alabanzas. En México me contaron de un pastor que camina en la plataforma como un zorro, de repente salta sobre el púlpito con la rapidez de una ardilla y coloca las manos como si estuviera tocando una trompeta, señalándole a la congregación que así, así, exactamente sonará la trompeta del rapto. Hecha esta demostración, baja del púlpito para caminar por los pasillos del templo y le ordena al portero que apague las luces, porque ha llegado el momento para alabar con danzas a oscuras. El apóstol Pablo le escribió estas palabras hace muchos años a la iglesia más carnal de todos los tiempos: "De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles..." (1 Cor. 5:1).

Cuando los mundanos celebran sus danzas, o tienen muy bien iluminado el salón o lo hacen a media luz. Pero nuestros "pastores" hoy en día reciben "inspiración del espíritu"... para apagar completamente las luces. No está lejano el día en que se lleven a cabo orgías y desvaríos en los propios templos "cristianos" Toda la culpa por cierto, siempre la tiene el espíritu. Y así es, en todos estos casos, lo que ocurre es que la persona que está al frente, el gurú que hace el papel de pastor, ciertamente tiene comunicación con el espíritu, oye voces, recibe órdenes, instrucciones precisas de un espíritu de confusión que finge ser el Espíritu Santo.

Es verdaderamente triste ver lo que ocurre hoy en los templos y en los servicios que supuestamente son de adoración y alabanza. Lo que menos hay es esto. Los himnarios, con himnos que sirvieran de inspiración a muchas generaciones, tanto por su lírica, ritmo, como por su melodía y armonía, han sido retirados hoy de nuestros templos. Lo mismo ocurrió con el piano y el órgano. Estos fueron sustituidos por guitarras eléctricas, tambores, baterías, instrumentos de percusión y todo tipo de "traka-traka" con ruidos ensordecedores que más bien parecen fluir del fondo del infierno tratando de mitigar los tormentos de sus habitantes, que de alabanzas al Señor.

Sin embargo, es muy poco lo que se puede decir al respecto, porque al tocar este tema el argumento inevitable siempre será que es... "para la gloria de Dios". Pero...¿Quiere decir esto que todos esos cristianos que por los siglos, desde la iglesia primitiva y pasando por la Reforma, adoraron al Señor"con himnos y cánticos espirituales" (Efe. 5:19), no lograron sus objetivos? Obviamente los cristianos hicieron esto durante siglos, pero ahora la iglesia de este siglo de las luces, ¡redescubrió la verdadera alabanza! Si usted me dice que no, que lo que hicieron los antepasados no estaba bien y que sí está correcto lo que hacen hoy muchas iglesias con sus ruidos, entonces tenemos aquí a un Dios mutable, un Dios que recibía antes un tipo de alabanza y que hoy recibe otro.

Lo que ocurre realmente en la actualidad, es que los "alabadores" no son sino piratas que asaltaron los tesoros de Dios y en lugar de rendirle pleitesía a él, se alaban a sí mismos. Buscan encontrar su propia satisfacción emocional, por medio de saltos, aplausos, gritos, aleluyas, glorias a Dios, retorcidas, convulsiones y caídas hacia atrás. Estas experiencias los colocan en cierto nivel especial, donde habiéndose desahogado emocionalmente, sienten por un momento cierto alivio, cierta paz, como el borracho que olvida por un momento sus necesidades, penas y dolores, pero pasado este momento de éxtasis y "borrachera" en alabanzas (alapanzas), la situación vuelve a ser igual o peor que antes.

En la Biblia tenemos un caso ilustrativo y muy interesante cuando el Señor Jesucristo alimentó milagrosamente a grandes multitudes en pleno desierto. El capítulo 6 del Evangelio de Juan nos relata que un muchacho tenía cinco panes de cebada y dos pe cecillos, "Y tomó Jesús aquellos panes y habiendo dado gracias los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces;, cuanto querían" (Jn. 6:11). Y Mateo 14: 21 dice: "Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños" (Mat. 14: 21).

Es casi seguro que si se hubiera contado el total de personas la cifra de comensales habrían sido de más de 20.000. Imagino que la comida era muy sabrosa y que todos quedaron muy satisfechos, ya que comieron cuanto querían y aun sobró mucho. Jesús esperaba que al mostrarles un milagro tan elocuente, creyeran en él, pero no fue así. Cabe destacar que aunque el Señor Jesucristo hizo muchos milagros, como sanar enfermos, limpiar a los leprosos, dar vista a los ciegos, hacer caminar a los paralíticos, etc, su misión no era esa, como tampoco lo es ahora. Parece que los que comieron ese día lo que él les sirvió, interpretaron su milagro fuera del contexto.

A ellos les convenía un Jesús que sana, que alimenta, que los hacía sentirse bien, que estaba siempre a la mano, que no quería que un hijo de ellos sufriera de hambre, depresión, enfermedad o colapso financiero. Cuando Jesús alimentó a esa multitud la Biblia dice: "Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos. Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba. Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. Mas él les dijo: Yo soy; no temáis. Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra donde iban. El día siguiente la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos. Pero otras barcas que habían arribado de Tiberios junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor. Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba al1í ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús" (Mat. 6:16-24).

Uno se siente animado cuando lee este relato, porque dice: "¡Qué bueno que la gente buscara a Jesús tan ansiosamente! ¡Quiera Dios que más personas lo siguieran hoy de esa misma manera!". Pero la admiración por esta gente se desvanece cuando descubrimos lo que ocurrió después. "Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí: ¿cuándo llegaste acá? Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales sino porque comisteis el pan y os saciasteis" (Jn. 6:24, 25).

Jesús había permitido que toda esa multitud se quedara allí en el desierto porque sabía lo que iba a hacer. Debía exhibir sus credenciales de Mesías y lo haría para que los judíos que conocían las profecías mesiánicas comprobaran, una vez más, que él era realmente el Mesías prometido. Sin embargo, ellos no tenían la menor idea de esto, consideraban que como Jesús era "el mismo ayer, y hoy, y por los siglos" estaba obligado a satisfacer sus necesidades físicas y materiales. Mientras los alimentaba, curaba a los enfermos, todo era ¡Aleluya y gloria a Dios!, pero cuando el Señor les hizo ver lo equivocados que estaban y cuán erróneas eran las motivaciones que los movían a buscarlo, ellos quedaron perplejos. Mientras Jesús estuvo en este mundo realizó muchos milagros, sanó enfermos, alimentó hambrientos y hasta resucitó a los muertos. Pero esta NO era su misión. Él vino expresamente para dar su vida por nosotros y de esta manera saldar nuestra deuda delante de Dios.

Por favor, note lo que le contesta el Señor Jesucristo a los mensajeros de Juan el Bautista, cuando él, estando en la cárcel, envió a dos de sus discípulos para que le pregunten al Señor si él era realmente el Mesías: "Cuando, pues, los hombres vinieron a él dijeron. Juan el Bautista nos ha enviado a ti para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir o esperaremos a otro? En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiado .los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí" (Luc. 7:20-23).

No olvidemos que Juan estaba entonces en la cárcel, esperando sin saberlo, su decapitación. Él había comenzado a dudar de su papel al presentar a Jesús al pueblo de Israel como el "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Jesús al responderle a los dos mensajeros no les dice ni sí, ni no. Su respuesta es muy extraña, les manifiesta: 'Vayan a Juan y díganle que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, etc". Pero... ¿Por qué esta respuesta tan original? Porque los profetas habían dicho entre otras cosas, que el Mesías además de ser un descendiente de la tribu de Judá, nacería de una virgen en la aldea de Belén, y que además de provenir de Egipto protagonizaría toda clase de milagros para que los judíos creyesen en él. El profeta Isaías dijo: "Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto y torrentes en la soledad" (Is. 35:4-6).

No es necesario cursar estudios teológicos para descubrir que Jesús no vino para curar a los enfermos, ni alimentar a los hambrientos. Sin embargo, sí lo hizo, aunque no siempre ni con todos, pero lo hizo. El Señor Jesucristo debía probar que Isaías hablaba de su persona, que nadie jamás había exhibido credenciales como éstas. Los hombres lo confundieron con un bonachón que se deleitaba en alimentar milagrosamente a los vagos. Cuando estas personas buscaron a Jesús al otro lado del mar, aunque era la hora del desayuno, Jesús no hizo más milagros. No los alimentó. Pero... ¿Acaso no es cierto que él es el mismo "ayer y hoy, y por los siglos"? ¿Cómo es posible entonces que ayer alimentara a esos miles y que no lo hiciera al día siguiente? ¿Cree usted que la gente no tuvo entonces fe en él y en su poder? Si no hubieran tenido fe no habrían ido a buscarlo hasta el otro lado del lago. Ellos no tenían la menor duda de que Jesús, no sólo podía ofrecerles pan como desayuno, sino hasta huevos fritos con tiras de tocino al estilo americano, con pan bendito, y tortillas para los mexicanos. Pero el Señor Jesucristo no protagonizó el milagro que esperaban que hiciera. Si Jesús les hubiera preguntado: "¿Cuántos creen que puedo alimentarlos esta mañana con pan, tal como lo hice ayer?". El grito de aprobación habría sido unánime. Pero... supongamos que Jesús hubiera actuado como los gurúes de hoy y hubiera seguido preguntando:

"¿Cuántos creen que puedo curar toda enfermedad y dolencia?". "¡Yo...!" - habría gritado a coro la multitud. "¿Cuántos creen que puedo transformar un siclo de los que ustedes han depositado en el plato de ofrenda en cien siclos?". "¡Yo...!" - habrían vuelto a gritar. Es que en circunstancias como esta, no era difícil creer, porque el Señor había probado su capacidad hacía menos de 24 horas. No obstante, tal cosa no ocurrió, y esa gente tuvo que volver a cruzar el mar de Galilea para ir a sus casas porque Jesús no les dio lo que pedían.

Me temo que muchas de las supuestas alabanzas de nuestros días no son sino comedias de individuos que saltan al son de espíritus extraños, que si les hacen los favores en la medida necesaria para tenerlos atrapados en su poder. Es posible que alguien se sane de vez en cuando, aunque sea a base de trucos. Por otra parte qué bien se sienten después de dar saltos en las danzas de David, después de los muchos aplausos para "Jesús", después de escuchar música subliminal, después de los ruidos ensordecedores que los hacen saltar hasta el cansancio y luego de relajarse y poner la mente en blanco, para que "el espíritu de Jesús los guíe" ...

Usted no necesita ser un experto en la Biblia para descubrir los siguientes aspectos: ¿Habla el orador directamente de la Palabra de Dios, urgiendo al pecador para que se arrepienta y acuda por fe a Cristo Jesús? ¿O le ofrece directamente el Espíritu Santo hasta emborracharlo? ¿Presenta a Jesús como único salvador tal como dice Hechos 4:12, que "...en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres en que podamos ser salvos"? ¿Deja clara que el Espíritu Santo es un don de Dios y que el cristiano nunca debe pedirlo, ni siquiera para obtener la tal llenura, "pues Dios no da el Espíritu por medida" (Jn. 3:34)? ¿Dice el predicador que el perdón de Dios es gratuito y que el pecador puede ser salvo de una vez y para siempre, porque Jesús dice... "Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás; ni nadie las arrebatará de mi mano"?

Éstas y otras palabras deben ser contestadas claramente. Si usted acude a escuchar la Palabra de Dios, porque alguien le convidó, porque publicaron anuncios en el diario, recogió algún volante o escuchó la invitación por televisión o radio, es su deber asegurarse que no se encuentra en medio de un círculo de ocultistas, frente a curanderos que como pretexto invocan el nombre de Jesús. No interesa cuánta emoción sienta por las oraciones, los cánticos o los dichos conmovedores de quienes trabajan sin que usted se dé cuenta para lograr una hipnosis colectiva a fin de manipular a toda la audiencia. Por lo general algunas canciones, música instrumental, palabras escogidas, testimonios, sopladeras, tumbaderas, carcajadas espirituales y cosas de este tipo, son necesarios para lograr dominar a toda la multitud reunida. Concurrir a ese tipo de reuniones, aunque no sea más que por pura curiosidad, le traerá a usted tanto beneficio como el que obtuvo Saúl cuando visitó a la bruja de Endor (1 Sam.. 28). Mi recomendación es que no acuda a esos lugares, ni siquiera por curiosidad. Satanás no le permitirá tener paz ni tranquilidad a quien curiosee en sus negocios.

¿Sabe usted lo que dice la Biblia sobre la verdadera alabanza o glorificación de Dios? Permita que el mismo Jesús lo aclare: "En esto es glorificado mi Padre, en que llevé  mucho fruto, y seáis así mis discípulo" (Jn. 15:8). La Biblia menciona por los menos dos tipos de frutos. En primer lugar se refiere al fruto de una nueva vida. "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz paciencia, benignidad, bondad fe, mansedumbre, templanza..." (Gal. 5:22,23).

El carácter del cristiano es moldeado por el propio Señor, gracias a que el pecador recibe a Jesucristo como Salvador y lee regularmente la Palabra de Dios, es así como el Espíritu Santo va moldeando esa vida para que glorifique a su Salvador. Esto no quiere decir que el cristiano nunca va a estar triste, que nunca va a llorar, sufrir o sentir dolor. Lo que ocurre con el cristiano verdadero es que sus experiencias difíciles le acercan más a Dios. No obstante, también hay otro fruto que el cristiano debe llevar y con ello glorificar al Señor. Se trata de esas almas que no conocen a Dios y a las cuales todo cristiano tiene la obligación de hablarles del Salvador. Ésta es la Gran Comisión. Jesús dijo: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones; bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén" (Mat. 28:19,20).

Dios quiere hijos obedientes, no cosméticamente santos. quiere personas transformadas interiormente. Usted podrá impresionar a los demás con su postura supuestamente espiritual, puede platicar de sus profundas experiencias con Jesús, tal vez en su cámara privada donde habla con el Espíritu Santo. Puede hilvanar una serie de historias de estas supuestas experiencias y es probable que convenza a muchos de aquellos que desconocen la doctrina del Espíritu Santo. Si no tiene mucho conocimiento de la Palabra de Dios, debe tratar de corregir esta situación.

¿De verdad desea alabar a Jesús? Permítame ofrecerle unos sencillos consejos:

1   Lea con mucha atención el capítulo 2 de Colosenses y trate de ponerlo en práctica cada día.

2   Lea diariamente algo de la Biblia, siga su plan para leerla durante un año.

3   Propóngase tener siempre consigo algún tratado para darle testimonio a otros.

4   Ore por su familia y por otras personas, especialmente por aquellos que desea que se conviertan y hábleles de Cristo.

5   Corrija su vocabulario, evite los chistes obscenos o de doble sentido.

6   No deje de congregarse, pero no para criticar, sino para ayudar y cooperar.

7   Sin duda Dios le ha dado algún don o dones. Desarróllelos para su gloria. Es probable que usted sea un buen maestro de la Palabra, tal vez puede visitar, quizá sea evangelista (ganador de almas), tal vez canta bien y puede ayudar en los himnos congregacionales.

8   Evite por todos los medios el autoexhibicionismo.

9   Cuidado con repetir a cada momento "gloria a Dios" o "Aleluya". Quienes hacen esto, generalmente son hipócritas

10   Si está enfermo pida a Dios que lo ayude, pero no le obligue a que le sane. Su voluntad será lo mejor para usted. Ore para que el Señor le ayude a sobrellevar su carga.


 Capítulo IX

Las enfermedades: ¿De Dios o del diablo? 

Sin duda alguna la mayor atracción en nuestros días es la cuestión de la sanidad divina. Ciertamente existe una confusión muy seria en este asunto y me temo que son muchos "los predicadores" y "sanadores" que han caído en serias blasfemias. No se trata de tal o cual denominación, sino de individuos, que además de explotar a la gente incauta se atribuyen poderes ilimitados, convirtiendo el factor sanidad en un producto de industria propia, sanando a su entero antojo a diestra y siniestra. Esta enseñanza de la sanidad a pedido ha cundido también en las canciones de la mayoría "de artistas cristianos". En todos los casos es sólo cuestión de creer, de tener fe. Si tiene suficiente fe, será sano, pero si no la tiene estará enfermo porque se niega a tener la dosis necesaria de fe.

Nunca olvidaré el caso de un cristiano cuyo hijo de corta edad estaba gravemente enfermo. Un predicador vino a verlo y le preguntó: "¿Cree usted que el Señor le puede sanar?" "Sí" - le contestó este fiel cristiano - "Creo que el Señor es Todopoderoso y que ciertamente puede sanar a mi hijo""Bien" - le replicó su interlocutor - '¿Cree que el Señor le sanará ahora mismo?". En este punto el cristiano le contestó que eso ya no era asunto de fe, de creer, porque se entraba en el territorio exclusivo de Dios y añadió: "Ignoro si la voluntad de Dios sea sanarlo o no". Éste es justamente el problema, nosotros no podemos manipular la voluntad de Dios. Él se reserva el derecho de sanar a unos y de no hacerlo con otros.

¿DE DÓNDE VIENEN LAS ENFERMEDADES? 

La pregunta no parece muy difícil, sin embargo debido a la confusión que reina hoy en medio de muchos cristianos sinceros, debemos definir este punto. La primera vez que aparece algo en relación a la enfermedad en la Biblia, y por ende en la raza humana, es cuando Moisés describe lo que pasó después del pecado de Adán y Eva. El capítulo 3 Génesis habla de la entrada del pecado y dice en el versículo 16: "A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos".

El dolor entró en el mundo a consecuencia del pecado y tras el dolor entró la muerte física, ya que cuando nuestros primeros padres pecaron murieron espiritualmente. Así que bien podemos decir que las enfermedades que producen dolor, son en general consecuencia directa del pecado del hombre. Pero. ¿Quién dijo las palabras citadas en Génesis 3:16? Según los versículos anteriores, Satanás hizo su trabajo de seducción y se fue. El que habla ahora con Adán y Eva es Jehová. Por lo tanto, no olvide que es Dios quien tiene dominio sobre las enfermedades. Satanás estaría feliz y contento si Adán y Eva hubieran podido vivir sin el menor obstáculo físico, siéndole fieles y habiendo hecho alianza con él y sus secuaces. La palabra muerte significa "separación" y ellos evidentemente quedaron "separados" de Dios ese mismo día.

Luego, ya en el capítulo 4 aparece la segunda muerte, cuando Caín mata a su hermano Abel. Ahora se produce la segunda separación. El alma de Abel se separa de su cuerpo. La tercera muerte, la muerte eterna, todavía es cosa del futuro. Será entonces cuando Dios apartará de sí mismo a todos aquellos que tendrán su parte en el lago de fuego. Esa es la "muerte eterna", que es lo mismo que decir "separación eterna ". Es necesario que comprendamos el significado de estas tres muertes. Nada podemos hacer con la primera de ellas. Tampoco somos culpables por el hecho de que Adán y Eva hayan pecado. Pero sí podemos hacer mucho para e eterna, ya que en Cristo hemos ganado mucho más que lo que perdimos en Adán.

Pero. ¿Quién es entonces el que nos manda las enfermedades? ¿Es Dios o es el diablo? Si es Dios quien lo hace, ¿en dónde está su amor por nosotros? Y si es el diablo, ¿por qué no recurrimos a Dios para que nos dé la salud? Todo cuanto explicamos aquí, tiene necesariamente que provenir de la Palabra de Dios. Permitamos entonces que la misma Biblia nos diga de dónde vienen las enfermedades.

Cuando Dios llamó a Moisés para encomendarle la difícil tarea de presentarse ante el Faraón de Egipto y exigirle que dejara que el pueblo de Israel saliera de Egipto a fin de llevarlos a la tierra de Canaán, Moisés se excusó delante de Dios y no quiso aceptar su misión porque evidentemente tenía defectos físicos los que según él no le dejarían hacer bien esta tarea. "Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? Ahora pues, vé, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar. Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar. Entonces Jehová se enojó contra Moisés y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte y al verte se alegrará en su corazón. Tú hablarás a él y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya; y OS enseñaré lo que hayáis de hace, Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca; y tú serás para él en lugar de Dios" (Exo. 4:10-16).

La Biblia no dice explícitamente cuál era el problema que tenía Moisés, pero es obvio que lo que tenía afectaba su habla. En otras palabras, él seguramente era tartamudo, porque admite ser "tardo en el habla y torpe de lengua". Dios no quería escuchar sus argumentos, aunque Moisés insistió mucho. Notamos también, que a diferencia de él, Aarón era todo lo contrario. Dios le dice a Moisés que sabe que su hermano habla bien y le hace ver que Aarón ocuparía un lugar en este ministerio, pero que también le necesitaba a él con su torpeza de lengua o su tartamudez. Dios asimismo le declara a Moisés, que él mismo fue quien hizo al mudo, al sordo, al que ve y al ciego. Este principio lo vemos a través de toda la Biblia, dejando bien claro que Dios tiene en sus manos el asunto de nuestra salud. Para quienes predican que Satanás es el autor de las enfermedades, tenemos una palabra de advertencia muy seria. Piensen mejor respecto a quién están tildando de Satanás, ya que Dios es el autor mismo de las enfermedades.

A continuación voy a citar otros pasajes bíblicos para que este principio quede bien grabado en cada corazón: "Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir, yo hiero, y yo sano; y no hay quien pueda librar de mi mano" (Deut. 32:39). "Jehová mata, y él da vida, él hace descender al Seol y hace subir. Jehová empobrece, y él enriquece; abate, y enaltece" (1 5am. 2:6,7). "He aquí bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga, por tanto, no menosprecie la corrección del Todopoderoso. Porque él es quien hace la llaga; y él la vendará; él hiere, y sus manos curan" (Jb. 5:17,18). "Yo soy Jehová y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del seol y hasta donde se pone, que no hay nada más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto" (Is. 45:5-7). "Porque el Señor no desecha para siempre; antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres ¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó? ¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?" (Lam. 3:31-33,37,38).

Todas estas y muchas otras citas bíblicas, nos hacen ver que las adversidades y todas las enfermedades nos vienen porque Dios así lo dispone. Él sabe quién podrá caminar y quién será paralítico, sabe quién verá y quién será ciego. Él determina quién morirá de cáncer y quién no. ¡Qué sería de nosotros si viviéramos enteramente al antojo y disposición de Satanás! Bien sabemos, por la experiencia de Job, que Satanás, aunque puede ocasionarle daños físicos o mentales a un cristiano, no puede hacerlo a menos que Dios se lo permita. Satanás está tan limitado que sólo puede ocasionar el daño que Dios le permite.

El cuadro de Job es otra muestra de este principio. Los daños le venían a medida que Dios lo permitía. Primero murieron los animales de Job, todo su ganado. Luego todos sus hijos en un mismo día, y por último Job mismo fue herido con una horrible sarna, una enfermedad tan asquerosa que hasta su propia esposa le sugirió que se suicidara, cuando le dijo: "Maldice a Dios, y muérete" (Jb. 2:9b). Si bien fue Satanás quien ocasionó todo este ¿laño en la vida de Job, él no habría podido tocarle un solo cabello si Dios no se lo hubiera permitido. Dios tenía un propósito en el caso de Job, quería bendecirle con el doble de lo que tenía. Y así es, siempre las enfermedades y las experiencias adversas y amargas, nos vienen porque Dios quiere elevar nuestra estatura espiritual. Cuando Pablo comprendió esto dijo: "Por lo cual por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones; en angustias; porque cuando soy débil entonces soy fuerte" (II Cor. 12:10).

El autor de la Epístola a los Hebreos dice: "Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?... Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza, pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados" (Heb. 12:5-7,11).

No siempre la disciplina del Señor nos viene en forma de alguna enfermedad física, algún accidente, cirugía muy difícil, etc. A veces puede tratarse de un colapso económico, asalto, un incendio donde la propiedad se convierte en un montón de cenizas. También debemos recordar que existen enfermedades que son el resultado directo de algún pecado en particular. Esto naturalmente es claro en la Biblia y en la vida diaria. Nadie podrá dudar que la lepra que obtuvo María, la hermana de Moisés, fue el producto de su rebelión contra su hermano, el siervo de Dios. Cuando ella quiso autonombrarse líder en igualdad con él, Dios intervino y la castigó con lepra: "Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue. Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que Maria estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa" (Num. 12:9,10).

Es cierto que Dios limitó los días de la lepra de María, pero en este caso es completamente claro que la enfermedad de ella fue consecuencia de un pecado en particular. Esto lo vemos también en otros recuentos bíblicos y en nuestra vida diaria. Por ejemplo, se da el caso de un individuo que no se cuida con su comida, trabaja sin dormir porque desea acumular cada vez más y más, vive siempre tenso, temiendo que el banco devuelva alguno de los cheques que ha girado porque no tiene fondos suficientes para cubrirlo y que además tiene un vicio que lo domina el cual lo hace sentirse miserable porque está ocultando su pecado de los demás hermanos.

No son pocos los hombres y mujeres que tienen sus aventuras sexuales extramaritales, tanto casados como solteros, sin dejar de hacerlo ni confesarlo a nadie. Es natural que una vida así, más tarde o más temprano ocasione una secuela de problemas emocionales y físicos que derivarán en serias enfermedades. En tales casos no se puede decir que Dios está ocasionando estos problemas porque desea moldear esa vida, sino que lo que ocurre es una consecuencia lógica de la inalterable ley de la siembra y la cosecha. Incluso puede haber muerte prematura debido a algún pecado de esta naturaleza que el cristiano cree que no puede dejar. El apóstol Juan nos habla de esto mismo cuando dice: Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida" (1 Jn. 5:16).

Note que Juan escribe acerca de alguien que ve a un "hermano cometer pecado". Lógicamente se trata de una persona salva que comete pecado de muerte. Pero... ¿a qué muerte se refiere el apóstol? No a la muerte eterna, porque se trata de un cristiano. Juan más bien habla de la posibilidad de una muerte física prematura, porque ese hermano insiste en dicho pecado. El testimonio pobre de un hermano en una iglesia puede ser dañino, por lo cual, muchas veces es mejor que ese hermano se vaya al cielo. Para los demás habrá muerto, pero él en realidad habrá partido para estar con Cristo. Allí no tendrá los problemas que no pudo superar mientras estaba en su cuerpo.

Uno podría pensar: "Bueno, ¿por qué no partir cuanto antes para estar con Cristo, lo cual, según el apóstol Pablo, "es muchísimo mejor" (Fil. 1:23b) La desventaja de morir en estas condiciones, es que uno sí se salva, "aun que así como por fuego" (1 Cor. 3: 15b). La Biblia habla bastante de pecados específicos que han precipitado una muerte prematura, pero esto de ninguna manera quiere decir que todas las enfermedades obedecen a un pecado en particular. Satanás está muy limitado en su actuación en relación a los hombres, especialmente en lo que toca a los cristianos. A aquellos que le sirven fielmente y se mueven dentro de su territorio, él ciertamente los impresiona haciéndoles sentir que tiene poder sobre ellos. Pero en cuanto a los cristianos en general, aunque tengan debilidades, Dios nunca permitirá que un hijo suyo sufra más de lo que pueda resistir.

Pero... entonces... ¿Por qué hay tantos "Centros de Fe" que arrastran tanta gente con la promesa de sanar todas las enfermedades? Obviamente, en muchos casos se trata de blasfemos y enemigos de las enseñanzas bíblicas. Permítame citarle un ejemplo:

Dice Benny Hinn en la página 83 de su libro Señor, necesito un milagro: "No sólo creo que es la voluntad de Dios que usted sea sanado, sino que también es su voluntad que viva sano hasta que él le llame al hogar celestial... Si está buscando un libro que le ayude a justificar sus enfermedades, éste que está leyendo no es para usted. Yo no soy de los que oran diciendo: 'Si es tu voluntad Señor sana a esta persona' ¡La voluntad de Dios es sanar! Nunca me oirá orar diciendo palabras que pueden destruir la fe, tales como: 'Si es tu voluntad Señor, sánales'. Dios quiere que se ponga de pie y sea sanado. Hoy, mañana y ¡siempre!".

Pero... ¿Es esto lo que enseña la Biblia? ¿Está en nuestras propias manos ser sanos como cristia­nos? Nuestra obligación es someter al escrutinio de la Biblia, toda conclusión, toda filosofía o toda afirmación. Lo que creemos y enseñamos debe pasar el examen de las Escrituras. De no lograrlo, la enseñanza es herejía. En cuanto a pedir que se haga la voluntad de Dios, Jesús nos dice en la oración modelo: "Hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra" (Mat. 6:10). Cuando Jesús le oró al Padre en su oración modelo, su alma estaba muy triste. El Señor estaba muy cerca de sufrir los padecimientos del Calvario. Así que le oró al Padre: "Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú ... Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad" (Mat. 26:39,42). "Y ésta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye" (I Jn. 5:14).

Santiago también nos habla de lo mismo cuando dice: "¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de locual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello" (Stg. 4:13-5).

Usted puede creer algo y creerlo de todo corazón, estar completamente convencido y ser verdaderamente sincero, y aún estar equivocado, porque su creencia, su fe, si no descansa en las promesas bíblicas es un fraude. Las cosas no sucederán porque usted cree, sino cuando su creencia se conforma a la voluntad de Dios, si concuerda y está en armonía con su Palabra.


Capítulo X

¿Quiere Dios que todos estén sanos? 

Si usted le formula esta pregunta a Benny Hinn, él le dirá: "Mientras más estudio la Palabra de Dios, más convencido estoy de que ningún cristiano debe estar enfermo. Si fuera la voluntad de Dios que yo estuviera enfermo, entonces Jesús llevó mi enfermedad en vano... Repito, cuando el Señor perdona el pecado, siempre incluye la sanidad ... Es simultáneo. Sólo un toque, un aliento del Señor, es todo lo que usted necesita. Dios salva y sana. Perdona y sana. Dios perdona y sana" (Señor necesito un milagro - Benny Hinn, página 88, 89).

El mismo Benny Hinn menciona a William Branham, de quien dice fue "uno de los mas grandes evangelistas de Estados Unidos". Branham era un individuo que se creía Juan el Bautista o Elias, aunque ya falleció. Fue uno de los puntales de todas las herejías de estos últimos tiempos. El fue quien dijo: "Señor, sí tu palabra es salud para todo mi cuerpo, voy a mantenerme firme en tu Palabra que dice: 'Mandadme a cerca de ... la obra de mis manos' (Is. 45:11). El Señor no dijo: 'pedidme'. Él dijo 'mandadme'. Y eso fue lo que Branham hizo. Dios lo prometió, y el evangelista lo mandó a Él (a Dios) que lo hiciera. Le dijo: 'Mi Dios, ¡te mando en el nombre de Jesús que tu Palabra obre en mí! (Necesito un milagro, página 98).

El atrevimiento y las blasfemias de estos hombres no tienen paralelo. Pablo le habla a los Gálatas de esos que predican ese ... "otro evangelio". ¡Hoy los tenemos con su "evangelio" de sanidad física, de poderes para echar demonios, para tumbar a sus seguidores, con su "evangelio" de carcajadas, el evangelio de las riquezas materiales! ... Pero oiga lo que dice Pablo: "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido sea anatema" (Gal 1: 8,9). Y dice Levítico 27:29: "Ninguna persona separada como anatema podrá ser rescatada; indefectiblemente ha de ser muerta".

Aunque la palabra anatema es sinónimo de maldición en muchas versiones bíblicas, y en parte así es, existe sin embargo una clara diferencia, ya que no todas las veces que se usa maldición, corresponde a la palabra anatema. "Anatema" quiere decir que quien comete tal pecado, se ha enredado en algo tan serio que jamás podrá ser salvo. Hoy en día muchos de los hombres que aparecen como predicadores y líderes, están cometiendo este pecado.

Son individuos que conocen la Palabra de Dios, y reciben abundantes contribuciones porque mucha gente los sigue mansamente pensando que se trata de auténticos siervos del Señor y líderes espirituales. De ahí, que no solamente son culpables de las herejías que propagan, sino de deshonestidad ante Dios y los hombres. De ellos la Biblia tiene mucho qué decir. El apóstol Pablo los describe así: "Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras" (II Cor. 11:13-15).

Es notable, porque en el capítulo 1 de Gálatas, Pablo dice que quienes predican ese "otro evangelio u otro Cristo", son anatema. Y en el libro de Levítico leímos que quienes cometen pecado de anatema ya NO tienen rescate. Pero ... ¿Quiénes son ellos? Son personas que conocen muy bien la Biblia, que conocen las sanas doctrinas, que saben que son deshonestos, pero que no quieren salir de la situación porque la misma los ha hecho populares, tienen muchos admiradores y aduladores, algo que siempre reclama la carne. Además, cuentan con poderes sobrenaturales no muy comunes. Lo triste de todo, es que sin ser salvos, tampoco pueden serlo. Pablo habla de ellos en forma tajante, mostrando cuál será finalmente su fin: "Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia" (II Tes. 2:7-12).

El hecho de enseñar la Biblia es asunto sumamente serio. Podemos estar guiando las almas o al cielo o al infierno. Dios dice que quienes se levantan como maestros y predicadores y tienen la oportunidad de hablarle a miles y hasta millones, también tienen gran responsabilidad. Si enseñan el error, llega un momento en que Dios envía un poder engañoso para que creen la mentira, porque las mentiras que se enseñan hoy a través de medios tan poderosos como la televisión, la radio y los libros, han creado una confusión nunca antes vista. Además, de venir en envoltorios tan atractivos como son la salud física, el bienestar emocional, la prosperidad económica y "poderes divinos" para controlar las masas.

Este fraude es denunciado por Pablo, quien dice que se trata de individuos que han cometido el pecado de anatema. Es raro que alguno de estos falsos predicadores se haya arrepentido y abandonado el engaño. Esto se debe a que Dios ya los ha destinado, "a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia". Todos los que enseñamos debemos tener especial cuidado con la teología que propagamos. "Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación" (Stg.3:l).

Cuando veo a muchos de esos tele-evangelistas, que manipulan de una manera tan irrespetuosa al Espíritu Santo, y escucho lo que dicen sobre él, me pregunto si lo que el Señor dijo sobre la blasfemia contra el Espíritu Santo no aplica a ellos. Jesús manifestó: "Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero... Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado" (Mat. 12:31,32,36,37).

Nunca se ha hablado tanto y a tanta gente al mismo tiempo, en forma tan descuidada y sin el menor respeto como ahora. Se hacen bromas del Espíritu Santo y se enseñan cosas acerca del Espíritu que la Biblia no enseña. El mismo Benny Hinn, en otro libro - Buenos días Espíritu Santo, lo manipula a su entero antojo e introduce enseñanzas que no son impartidas por la Biblia. Dice por ejemplo en la página 9: "De repente Él estaba allí. El Espíritu Santo entró en mi cuarto ... En las ocho horas siguientes, tuve una experiencia increíble con el Espíritu Santo ... Parecía que mi cuarto se había elevado al hemisferio del cielo". Más adelante, este mismo autor dice en la página 19, "que oraba al Espíritu Santo". Y éstas son sus palabras en la página 55: "Por mucho tiempo yo luchaba por entender la Biblia. Entonces vino el día que levanté mis ojos y dije: Maravilloso Espíritu Santo, ¿me quieres decir lo que quieres decir con esto? El habló. Él me reveló la Palabra ... Fui sincero y transparente cuando dije: Precioso Espíritu Santo, yo deseo conocerte. Nunca olvidaré lo nervioso que estaba. Pero desde aquel día he llegado a conocerlo como un hermano. Verdaderamente, Él es un miembro de la familia".

¿Es esto lo que enseña la Biblia sobre el Espíritu Santo? En ningún lugar dice que tenemos que elevarle nuestras plegarias y conversar con él. Lo que la Biblia enseña, es que debemos orar al Padre en el nombre de Jesús. El Espíritu hace su trabajo de intercesor. "Pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos" (Rom. 8:26,27). La Biblia no dice que el Espíritu Santo tiene asignada su labor y que él la realiza sin que nosotros le pidamos. Aceptamos por fe que él está presente en nuestro ser desde el momento de recibir a Jesucristo. Por hermosa, placentera, pacífica y fragante que sea la experiencia que uno tenga y se la atribuya al Espíritu Santo, si esa experiencia carece de base bíblica, se trata de un espíritu extraño.

Sin embargo, ahora estamos tratando la cuestión de la sanidad. Francamente si usted me pregunta si yo quiero ser sano, no tengo problemas para contestarle. No quiero sufrir de ningún dolor, no me gusta estar enfermo, ni debilitado, ni sufrir limitación alguna. Quiero contar con mucha energía, quiero ver bien, caminar sin problemas, disfrutar de todos los alimentos sin tener que cuidarme de nada. Pero no soy dueño ni siquiera de mi cuerpo. El cuerpo que tengo, frágil como es, me lo prestó el Señor, y es él quien se encarga de irlo arrugando poco a poco, acortándole la vista, debilitándole los huesos y limitándole la resistencia para las labores diarias. Pero he comprobado, tanto en mi propio caso como en la vida de muchos hermanos, que cuando un cristiano está enfermo, su vida espiritual se robustece. Cuando disfrutamos de buena salud, hasta llegamos a pensar que Dios está muy contento con nuestra espiritualidad, y que por eso nos mantiene sanos. Sin embargo, la Biblia nos presenta a muchos hombres de Dios que por lo visto nunca se sanaron.

Tomemos el caso de Moisés. Es muy probable que era tartamudo. ¿Qué le costaba a Dios sanarlo? Pero ... ¿Acaso no lo sano Dios porque entonces no habían las grandes cruzadas de milagros? ¿O sería quizá que el Señor necesitaba la ayuda de algún "tumbador", "soplador" o curandero para que le impusiera las manos, le mandara un "pañuelito ungido" o le expulsara el demonio de la tartamudez?

¡No, Dios no lo sano! Sino que le dijo a Moisés, que él haría el papel de Dios para Aarón, y que Aarón a su vez le serviría de boca. Note como actúa Dios. ¿Qué preferiría ser usted si Dios le diera esa mismo opción: una boca o Dios mismo? La respuesta es clara. Cada vez que Moisés tuvo que enfrentarse con Faraón, Aarón le acompañaba. ¿No hubiera sido mucho más práctico que Dios simplemente hubiera ordenado que cualquier problema que había en el habla de Moisés desapareciera y que él pudiera hablar claramente con Faraón? Desde el punto de vista puramente humano, así es, pero en ningún lugar de la Biblia encontramos que dice que Dios le dio sanidad a Moisés. Para poder entender los intrincados caminos de Dios, debemos considerar la carrera de ambos - de Moisés y su hermano Aarón y compararlas. Dios por ejemplo, dijo respecto a Aarón: "¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita y que él habla bien?" (Exo. 4:14). Aarón era un locutor de primera línea. Ganaría mucho dinero hoy, sí estuviera usando tanto la radio como la televisión. Sin embargo, tal vez por esa misma razón, Aarón no tenía carácter. Su voz era perfecta, pero su corazón era imperfecto. Cuando Moisés y Josué regresaban del monte Sinaí con las Tablas de la Ley, se encontraron con el "primer concierto de Rock organizado por el propio Aarón". "Cuando oyó Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento. Y él respondió: No es voz de alaridos de fuertes, ni voz de alaridos de débiles; voz de cantar oigo yo. Y aconteció que cuando llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte ... Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos" (Exo. 32:17-19,25).

Aunque Moisés ignoraba cuántas cosas le esperaban durante su trayectoria hacia la tierra prometida, Dios sí lo sabía. Ambos se complementaban, pero cuando Aarón quedó por algunos días como único líder delante del pueblo, fracasó. Su carácter no le ayudó. Aunque no tenía problemas de salud, su vida espiritual era pobre. No obstante, a pesar de su condición espiritual miserable, Dios lo puso a cargo del sacerdocio, ya que de él desciende el sacerdocio judio.

Los milagreros de hoy dicen que debemos oponernos a toda enfermedad, no aceptarla, sabiendo que Dios quiere que estemos sanos. Benny Hinn declara: "Firmemente creo que el Señor quiere que vivamos totalmente sanos. Es la hora de creer, proclamar y comenzar a vivir de tal forma que podamos decir: ¡La enfermedad no es mía y no la toleraré bajo ninguna circunstancia! Cuando este mensaje comience a moverse dentro de nuestra alma, la enfermedad tendrá que huir" (Señor necesito un milagro, página 94). Ahora oigamos lo que dijo el gran profeta Jeremías, quien estaba enfermo: "¡Ay de mí, por mi quebrantamiento! mi llaga es muy doloroso. Pero dije: Ciertamente enfermedad mía es esta, y debo sufrida" (Jer. 10:19).

Lo que enseña Benny Hinn sobre la cuestión enfermedad y sanidad, es exactamente lo opuesto a lo que enseña la Biblia. Jeremías sin duda conocía muy bien al Dios Todopoderoso. Nunca dudo de su poder para devolverle la salud y cicatrizar sus dolorosas heridas. Pero el profeta reconoció que esa era su enfermedad, y nunca se le ocurrió pensar que no sanaba por faltarle cierta dosis de fe, de visualización, por no repetir un mantra o algo así. Su respuesta fue que era su enfermedad y que su única alternativa segura era sufrirla. Job, el gran siervo de Dios, cuando fue herido por Satanás, aunque con permiso de Dios, asumió la misma actitud. Había perdido todo, excepto a su esposa. Era su única esperanza. Pero cuando Dios permitió que el diablo le hiriera con una horrible llaga en todo su cuerpo, su esposa también se alejó de él. Un día se produjo entre ambos un breve, pero muy triste diálogo: "Entonces le dijo su mujer ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Que? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios" (Jb. 2:9,10). Es cierto que Job se sanó luego, pero no acudió a curanderos, ni le impusieron las manos ni nada de eso. Dios cumplió su misión con él, y así como lo perdió todo, el Señor se lo duplicó.

El apóstol Pablo también estaba enfermo y hasta donde sabemos nunca se sanó. Por cierto, él tampoco hace mención a esa intimidad con el Espíritu, de que tanto hablan hoy los sanadores. Primero le oímos decir: "Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo" (II Cor. 12:7-9).

Pablo no explica cuál es el problema que tiene en su cuerpo. Dice que es un aguijón, "Un mensajero de Satanás que (l)e abofete (a)". Aunque no afirma que esa enfermedad era un demonio, es evidente que Dios permitió que Satanás ocasionara cierto dolor físico al apóstol, para lo cual Satanás se valió de uno de sus mensajeros, un demonio, quien cumplió esta misión. Siguiendo este problema del apóstol, es bastante fácil descubrir en qué consistía ese ... "aguijón" de que Pablo sufría y que era ocasionado por un mensajero de Satanás.

Para poder entender mejor cómo funciona esto, veamos el cuadro del censo que levantó David y que fue para su propio dolor. El libro 2 Samuel 24:1 dice: "Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Vé, haz un censo de Israel y de Judá". Sin embargo, este mismo caso está registrado en otro lugar de la Biblia, y lo que leemos es exactamente lo contrario: "Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel" (1 Cro. 21:1).

Alguien podría preguntar: "Después de todo, ¿era Dios o era el diablo quien incitó a David para censar el pueblo?". Satanás no cuenta con los atributos de Dios ni tiene todo su poder, sino que está sujeto a él en todo. Por eso se deleita en hacer daño y por eso acusa constantemente a los hijos de Dios, buscando algún pretexto para causarles daño, especialmente daños físicos. Fue definitivamente Dios, quien queriendo castigar a Israel por su pecado, puso en el corazón de David la idea de censar al pueblo. Ya que al leer los dos pasajes, es evidente que Dios estuvo de acuerdo en que pasara esto para castigar a Israel. De allí en adelante Satanás tomó el asunto por su cuenta y tentó a David para que así lo hiciera. Satanás no hubiera tenido éxito en su misión sí Dios no hubiera dispuesto así las cosas.

El apóstol Juan dice en Apocalipsis 12:10 que Satanás nos acusa delante de Dios día y noche. Él espera siempre estas extras, para causar calamidades, tentar a los cristianos, producir todo tipo de divisiones innecesarias, muertes prematuras, etc. No obstante, está muy limitado en lo que a los cristianos se refiere.,

En el capítulo 2 de Filipenses, Pablo menciona a Epafrodito que está enfermo, "a punto de morir", pero que se sanó (2:27). En I Timoteo 5:23 Pablo hace alusión a las "frecuentes enfermedades" de Timoteo, añadiendo que tiene problemas con el estómago. Al referirse a la iglesia de Corinto dice que "hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros" (I Cor. 11:30), Añadiendo en otra de sus epístolas: "A Trófimo deje en Mileto enfermo" (II Tim. 4:20). ¡Si tan solo Pablo hubiera tenido la oportunidad de aprender los trucos de las cruzadas de milagros, jamás habría dado un testimonio tan pobre!

¿Sería acaso que Pablo no sabía que Dios quería que todos disfrutaran de completa salud física? ¡De haberlo sabido, no habría dejado al pobre Trófimo enfermo! Es posible también que Pablo en sus días no conoció a una de esas iglesias "del evangelio completo". En II Corintios 11:29, Pablo pregunta: "¿Quién enferma y yo no enfermo?". Pero ... ¿Cuál era el problema de salud de Pablo? Tal vez más de uno, aunque en uno de sus escritos hace mención por lo menos a uno de sus males. Le dijo a los Gálatas: "Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio; y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos" (Gal. 4:13-15).

Pablo menciona que estuvo con los gálatas y les predicó la Palabra de Dios, debido a un problema que sufrió justo cuando se encontraba de paso por Galacia. Añadiendo que los gálatas fueron muy condescendientes con su problema, y que si tal cosa hubiera sido posible, ellos le habrían dado sus propios ojos. De esto se desprende que su problema debía ser la vista. Luego esto queda reforzado por lo que él mismo dice en su carta antes de finalizarla: "Mirad con cuan grandes letras os escribo de mi propia mano" (Gal. 6:11).

Varias de sus cartas fueron escritas por otros, aunque él las dictó. Pero ésta a los Gálatas la redactó personalmente, y debido sin duda su corta vista su letra era muy grande.

Pero ... ¿Por qué estas personas no se sanaron ¿Se sanaron todos los que tenían fe en Jesús? ¿Es cierto que la Biblia dice que si tan solo tenemos fe nos sanaremos?.


Capítulo XI

Jesús y la sanidad divina

Los vientos de la apostasía soplan con verdadera furia llevándole desconcierto y confusión a muchísimos cristianos. Por un lado tenemos los vientos de la "autoestima" - gracias al doctor Dobson y su "Enfoque a la familia". Por el otro, los vientos de la "Mente positiva" con la ayuda del doctor Paúl Yonggi Cho, fundador y pastor de la Iglesia del evangelio completo en Seúl, Corea, la que ya cuenta con cerca de 700.000 miembros. Eso sin contar los vientos "de la sanidad divina" en los cuales están muchos, entre ellos Benny Hinn y cientos de miles más, siempre alegando que su predicación corresponde al "Evangelio completo".

Los vientos del señor Schuller no son menos peligrosos, cuando enseña por ejemplo, lo que es fe. "Creer" - dice él - "es ser positivo. No creer" - agrega "es ser negativo". Estos vientos del positivismo son muy frecuentes también y muy destructivos. Todos estos hombres tienen congregaciones numerosas, templos suntuosos, programas por radio y televisión y bastante dinero.

Lo que resulta extraño es que ellos en sus libros, hablan tan abiertamente de herejías, que no queda nada para deducir o imaginar. Sin embargo, son muchísimos los pastores que se tragan el anzuelo y que además los invitan a conferencias porque no notan el fraude que traen en sus enseñanzas. Paúl Yonggí Cho dice por ejemplo: "Usted es responsable de hacer milagros para esa gente. La Biblia no pertenece a la tercera dimensión, sino a la cuarta. En ella podemos leer acerca de Dios y encontrar a Dios, y conocer la vida que él ha preparado para nosotros. Podemos aprender en ella el lenguaje del Espíritu Santo. Leyendo la Biblia usted puede ampliar y profundizar sus sueños y visiones. Luego sostenga firme estos sueños y visiones, y ore, y espere con fe que el Espíritu Santo los haga realidad".

"Dios desea darle a usted los deseos de su corazón. Dios está listo a cumplir esos deseos, porque la Biblia dice: 'Deleítate asimismo en Jehová, y él te dará las peticiones de tu corazón' (Sal. 37:4). También en Proverbios 10:24 puede leerse: 'Pero a los justos les será dado todo lo que desean'. Si usted es hijo de Dios, y tiene grandes deseos y aspiraciones, forme primero una clara visión en su corazón, luego represéntela gráfica mente en su mente, orando de continuo..." (Cuarta dimensión, página 53).

Dejemos la definición de las "dimensiones" este hombre y veamos si lo que él dice es realmente lo que enseña la Biblia. ¿Es cierto que usted tiene que hacer milagros? Pablo dice que el Espíritu Santo reparte los dones a cada uno como él quiere, y declara en parte: "Ya unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos? Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun más excelente" (I Cor. 12:23-31).

La Biblia niega rotundamente que uno puede hacer milagros si solamente tiene la fe suficiente para ello, porque los milagros están dentro de los "dones del Espíritu". Como son dones el mismo Espíritu los reparte como quiere. Usted puede anhelar un don, pero si el Espíritu Santo no lo dispuso así en su soberanía y potestad, no importa cuánto se lo pida, él tiene la última palabra, no su supuesta fe.

Luego, este hombre nos dice en su libro que ... "Leyendo la Biblia usted puede ampliar y profundizar sus visiones y sueños". ¿Qué valor tiene en tal caso la lectura de la Biblia, sí yo voy a "ampliar y visualizar mis visiones y sueños"? ¿Acaso no es la Biblia la autoridad final para mí como cristiano? ¿Quiere decir esto que una vez que lea la Biblia, mis visiones y sueños, como por arte de magia se convertirán en lo que Dios quiere para mí, aunque estén en contra de lo que Dios me dice en su Palabra inspirada? El Señor dijo por boca del profeta: "Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová ... Bendito el varón que confia en Jehová, y cuya confianza es Jehová... Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jer. 17: 5,7,9).

Usted no puede confiar en Dios y en su corazón al mismo tiempo. En sus propias visiones y en la revelación divina. O es un creyente en Dios y en Cristo o lo es en sí mismo y en sus visiones. Si hay algo que merece toda nuestra desconfianza es nuestro propio corazón, ya que suele engañarnos de manera desastrosa. Pero este autor declara todo lo contrario: "Dios desea manifestarse hoy a través de usted, tal como se manifestó en Cristo dos mil años atrás. Él es ahora tan poderoso como entonces, y está dependiendo de usted. Creo que Dios podría edificar una iglesia para diez mil personas en Corea, en Japón, en Alemania, en Estados Unidos o en cualquier parte porque la visión de una iglesia tan grande no está en el exterior, sino en el interior de uno'.

"¡Lo que es engendrado en su corazón y en su mente está listo para realizarse en su ambiente y circunstancias!!! No trate de hallar la respuesta de Dios en otra persona, porque la respuesta de Dios viene a su espíritu, y por medio de su espíritu la respuesta de Dios se materializa en sus circunstancias. Clame, y hable por una palabra de seguridad, porque de todos modos la Palabra de. Dios sale y crea Dios habló y se formó el cosmos. La Palabra de Dios es la materia prima que el Espíritu Santo usa para crear. De modo que usted debe pronunciar la palabra, porque esto es muy importante. La iglesia de hoy ha perdido el arte de dar órdenes ... Hay momentos en que usted debe orar, pero hay otros momentos en que sólo tiene que dar la orden" (Cuarta dimensión, páginas 26, 27).

Pero ... ¿No es cierto acaso que Dios se manifiesta a través de su palabra inspirada - la Biblia? ¿No es cierto acaso que el Señor Jesucristo es la suprema revelación divina y que en él y en sus enseñanzas nosotros tenemos toda su revelación? El autor de la Epístola a los Hebreos dice: "Dios habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo y a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo" (Heb. 1:1,2).

Los cristianos saben muy bien lo peligroso que es pretender que todavía continúan las revelaciones divinas. En otros tiempos Dios habló a través de muchos medios, pero desde Cristo hasta ahora, aquello que estuviera oculto para las generaciones pasadas, llegó a ser revelado en la persona de Cristo Jesús. Por eso el profeta exclama: "¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido" (Is. 8:20). Pero ... ¿Es cierto que nosotros mismos creamos nuestras circunstancias, gracias a que ahora ya no tenemos siempre que orar, sino que debemos ordenar? Pero ... ¿Acaso no es esta la enseñanza de la Nueva Era? Esa corriente enseña que cada ser humano es exactamente igual a Jesús, y si él era Dios encarnado, y Dios es el Creador de todas las cosas, ¿acaso no podemos nosotros dar órdenes y crear nuevas galaxias, nuevos planetas y todo cuánto se nos antoje? Todo es cuestión del poder mental, hay que saber interpretar y explotar el poder ilimitado de nuestra mente.

Si Dios con la sola palabra creó las cosas, ¿por qué no nosotros, si somos iguales a él? "La materia prima" - dice este autor - es "la Palabra de Dios", pero la Biblia nos dice que la Palabra - el Verbo - es Cristo mismo. En tal caso, nosotros tenemos que usar al Verbo, a Dios, para crear lo que deseamos, tanto las circunstancias, éxitos, fracasos, salud o enfermedad, hasta nuestra propia eternidad. Luego, este hombre nos dice, que "La iglesia de hoy ha perdido el arte de dar órdenes", pero la iglesia cristiana nunca ha dado ni dará órdenes. Nuestros hermanos de la iglesia primitiva se reunían y clamaban a Dios cada vez que eran amenazados por la jerarquía eclesiástica judía. En Hechos 4:23-30 está registrado uno de estos incidentes, y Lucas termina diciendo: "Cuando hubieron orado no dado órdenes el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaron con denuedo la palabra de Dios" (Hec. 4:31).

Cuando Heredes se proponía matar a Pedro mientras éste estaba en la cárcel, la Biblia dice: "Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacia sin cesar oración a Dios por él" (Hec. 12:5), Pablo el apóstol, más de una vez solicitó las oraciones de los hermanos, tanto por sí mismo como por sus compañeros de trabajo. Pablo evidentemente no conocía el poder que hoy mueve a quienes dicen predicar el mismo Evangelio. La Biblia no nos dice que tenemos que visualizar las cosas que necesitamos, ni que tenemos que imaginarlas en tal o cual forma en nuestra mente y seguir nuestros pensamientos. Lo que la Biblia nos enseña es que debemos reconocer que toda la revelación de Dios está en sus páginas y que cualquier revelación que alguien diga haber recibido, nunca será de parte de Dios. Nuestro corazón tampoco es digno de confianza, según la Biblia es "engañoso más que todas las cosas". Por eso dice Pedro: "Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones" (II Ped. 1:19).

Pero tal como dijera Dios de su pueblo Israel en los días del profeta Isaías, el cuadro es el mismo hoy. "De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvia..." (Is. 44:20). Los cristianos sabemos que Dios nos habla a través de su Palabra. Aunque él mismo dijo e hizo muchas cosas que no están registradas en los evangelios, lo que tenemos escrito en el Canon Sagrado, es lo que el Espíritu Santo escogió para "que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (II Tim. 3:17). Juan nos dice: "Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre" (Jn. 20:30,31).

Teniendo en cuenta lo que hoy se enseña sobre la revelación divina, es claro entender lo que está ocurriendo tocante a la sanidad divina. Los profetas habían predicho que él exhibiría ciertas características a fin de que los judíos no tuvieran problemas para identificarlo. Por ejemplo, nacería en Belén, debía nacer de una virgen, proceder también de Egipto, sanar a los enfermos, dar vista a los ciegos, etc. Estas señales eran necesarias para que los judíos no tuvieran problema en identificarlo. Los profetas asimismo predijeron que sería un descendiente de la tribu de Judá.

Es muy importante que recordemos las credenciales mesiánicas de nuestro Salvador. Él cumplió con todas ellas. La Biblia no enseña que puesto que "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos", él sanará hoy como sanó ayer. Porque si se aplicara este mismo concepto a sus credenciales, él Señor debería nuevamente nacer en Belén, a nuestro entero antojo o porque tenemos fe en que es Todopoderoso. También debería ser llevado como un bebé a Egipto por José y María, y debería dedicarse a la carpintería con José, porque esto fue lo que hizo antes y como "Jesucristo es el mismo ayer hoy y por los siglos", también deberá volver a Getsemaní, al Calvario y resucitar cada vez que nosotros "oramos con fe". Bien sabemos que tal cosa no puede ser, nunca ocurrirá, no importa cuánta fe tengamos. Lo cierto es que hay cosas que sucedieron en la vida de Cristo en cumplimiento de la profecía, que nunca más se cumplirán, sin que él deje de ser "el mismo", sino que sigue un plan trazado desde la eternidad.


Capítulo XII

Jesús no sanó a todos, aunque hubieran creído que sanarían 

Después de citar Santiago 5:15, "Y la oración fe salvará al enfermo" (note que no dice sanará), Paul Yonggi Cho tiice: "Dios nos pide claramente que sanemos a los enfermos, de modo que en mi iglesia yo sano los enfermos en la forma en que el Espíritu me guía hacerlo. Me pongo enfrente de ellos y les digo: Tú estás sanado, ¡levántate y ponte derecho! Pido que manifieste la sanidad, y por docenas, por centenares, los enfermos son sanados ... Usted tiene todos los. recursos dentro de sí mismo, ahora usted conoce todos los elementos que se necesitan para la incubación, para que su fe sea usable. Tenga un objetivo o meta bien claro y definido. Tenga un deseo quemante al punto hacerse casi insoportable entonces ore, hasta tener seguridad, o sustancia. Entonces comience a pronunciar la palabra de seguridad que le ha sido dada" (Cuarta dimensión, páginas 27, 29).

Es notable observar que según este autor, "Dios nos pide claramente que sanemos", pero nosotros le ordenamos que lo haga. ¡Los papeles se han cambiado! El hombre ocupa el lugar de Dios y Dios el del hombre. Según este "sanador" las personas se sanan por docenas y por centenares. No menciona sí es o no la voluntad de Dios, porque en este caso es el ministro quien tiene la última palabra, no Dios. Porque "Usted tiene todos los recursos dentro de sí mismo". Él no aclara de dónde provienen esos recursos y en qué consisten, sino que hay que aprender a "incubar" la fe, y aunque no clarifica cómo, agrega que también hay que tener "un objetivo o meta bien claro y definido". No menciona para nada que esta meta u objetivo debe estar dentro de la voluntad divina, porque la persona central aquí no es Dios, sino el hombre.

Cuando la Biblia nos habla de la fe, no dice que antes de orar hay que tener "un deseo quemante al punto de hacerse casi insoportable". Tampoco enseña que debemos repetir el mantra, ya que según el señor Yonggi es necesario "pronunciar la palabra de seguridad". Él tampoco aclara cuál es esa palabra, por que seguramente ese espíritu da en cada caso una palabra diferente la cual a fuerza de repetición sana o hace lo que se pida.

La oración bíblica es muy sencilla y no esconde ningún misterio, ni exige preámbulos complicados, ni confianza en uno mismo. No oramos para nosotros mismos, sino que elevamos nuestras plegarias a Dios en el nombre de Cristo Jesús. En cuanto a la respuesta sólo le corresponde a él. ¡Cómo sería si Dios me diera todo lo que pido! Aun el mejor cristiano falla en la oración. Podemos pedir algo perjudicial o que pueda perjudicar el testimonio cristiano de otros. También podemos orar en forma egoísta y dañina para nosotros mismos. Somos como niños pequeños que dependen de su padre. Ellos muchas veces piden cosas a sus padres, pero no siempre las reciben. A veces la respuesta es el silencio, otras un "¡No!" rotundo, y en algunas circunstancias "más tarde". Ciertamente, hay ocasiones en que con mucha satisfacción le decimos a nuestro hijo o hija: "Sí, con mucho gasto te daré lo que pediste o te lo compraré" o "Te doy permiso para esto o aquello". Jesús al hablar de nuestra actitud como padres y de la relación con nuestros hijos, dijo: "Pues si vosotros, siendo malos sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?" (Mat. 7:11).

Nuestro Padre celestial nos dará siempre "buenas cosas", especialmente a largo plazo, aunque lo que pidamos no sea bueno. Entonces... ¿Cómo puedo saber que Dios me oye y contesta mis oraciones? ¡Por la fe! Sólo tenemos que creer, porque la Biblia dice que él oye nuestras oraciones y se preocupa por nosotros mucho más que el mejor de los padres. "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho" (1 Jn. 5:14,15).

Sabemos que "él nos oye", no porque hayamos recibido lo que pedimos, sino porque lo pedimos "conforme a su voluntad". Cada vez que oramos debemos buscar sinceramente su voluntad. Aun en el caso que nuestra oración sea egoísta y no se ajuste a su voluntad, es el Espíritu Santo quien la perfecciona para que esta oración llegue perfecta a los oídos de Dios. "Pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles" (Rom. 8:26b).

Al cristiano deben bastarle estas promesas. Dios está mucho más atento a nuestras oraciones que el mejor padre a las súplicas de sus hijos. Nosotros "siendo malos" - en comparación con Dios - como padres le damos lo mejor a nuestros hijos, aunque no siempre les concedemos todo lo que desean, por estar más capacitados para saber cuáles son realmente sus necesidades. No obstante, hoy se enseña que debemos "demandar" lo que queremos, e incluso que tenemos que "ordenarle" a Dios para que haga esto o aquello.

Jesús habló de nuestra generación de "cristianos" cuando dijo: "Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?" (Luc. 18:8b). Él también dijo refiriéndose a esta generación: "La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos se fue" (Mat. 16:4). Esta "generación mala y adúltera", ya no pide señal, sino que la "demanda", pero esto fue predicho por Jesús. Sin embargo, la respuesta es aterradora, porque Jesús dice que la única señal que tendrían será la de Jonás, es decir la de su muerte, sepultura y resurrección. Pero ... ¿Acaso el Señor no estaba refiriéndose a las señales que se ven en estas reuniones multitudinarias? Sí, así es, pero Jesús nos hace ver que en cuanto a señales de parte de él, los no regenerados sólo tendrían la de Jonás. En cambio el cristiano regenerado por el poder de Dios, sí puede hablar de otra señal y ciertamente muy poderosa.

Es el milagro de su regeneración. No existe otro milagro mayor que el milagro de morir y nacer de nuevo por el poder de Dios. Eso exactamente es lo que ha experimentado cada hijo de Dios, cada cristiano verdadero.

Sin duda alguna la señal o milagro que más se explota hoy, es la sanidad divina. Pero ... ¿es realmente como dicen los "sanadores" modernos que todo tiene que ver con la fe del enfermo? Esto no lo encontramos en las páginas de la Biblia. Muy raras veces Jesús y los apóstoles exigieron la fe antes de sanar a un enfermo. En el capítulo 4 del Evangelio de Lucas, hallamos a Jesús de Nazaret donde se había criado. La gente tenía problemas para creer en él, porque lo conocían desde niño, pero Jesús no se escandalizó por esto. Admitió que "ningún profeta es acepto en su propia tierra" (Lúe. 4:24). Explicando a continuación por qué razón no hizo milagros allí, o hizo muy pocos. La primera era que la gente tenía problemas para aceptarle como el Mesías, por conocerle desde su infancia, mientras que la segunda él la explica así: "Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán, el sirio" (Luc. 4:25-27).

Jesús destaca aquí la soberanía divina. Dios por alguna razón sana a unos pero no a otros. ¿Le faltan fuerzas? ¿No tienen fe los enfermos, excepto algunos? ¿Por qué sana a unos y a otros no? Jesús le plantea cuadros muy conocidos para quienes conocían las Escrituras. Les habla de los días del profeta Elías cuando hubo una sequía de tres años y medio. La hambruna era horrible, la gente se comía a sus propios hijos. Muchos murieron de hambre. Israel era una desolación. Pero Dios proveyó de alimento solamente a una viuda, en Sarepta de Sidón. Hizo un milagro, y "La harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías" (1 Rey. 17:16).

Ahora bien: En todo Israel habían muchas viudas y madres que lloraban sin alimento y veían morirse a sus hijos. ¿Qué le costaba a Dios, que es Todopoderoso, hacer que por lo menos en un millar de hogares hubiese suficiente harina y aceite? No lo sé. Es algo que probablemente sabremos algún día, pero este milagro no vino como respuesta a súplicas, ni órdenes, ni reclamos, ni mucha fe, ni de parte de la viuda ni de parte del profeta.

Luego Jesús menciona el caso de Naamán, el general sirio. Este hombre, aunque muy condecorado por sus muchas victorias militares, tenía un serio problema, era leproso. Jesús les recordó este caso cuando dijo: "Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Elíseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio" (Lúe. 4:27).

El relato completo lo encontramos en el capítulo 5 del libro Segundo de Reyes. En este caso en particular, no sólo se dice que Naamán no tenía fe, sino que no tenía ninguna. Cuando el criado del profeta Elíseo le dijo que fuera y se zambullera siete veces en el río Jordán, en Israel, Naamán se opuso, y de no haber intervenido sus consejeros y subalternos, habría regresado con su lepra: "Entonces Elíseo le envió un mensajero, diciendo: Vé y lávate siete veces en el Jordán, y tu come se te restaurará, y serás limpio. Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado. Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna otra cosa, ¿no lo harías? ¿Cuánto más, dictándote: Lávate, y serás limpio? Él entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio" (2 Rey. 5:10-14).

Vemos entonces que la actitud de Naamán no era de fe, sino de rebelión e incredulidad, sin embargo la voluntad de Dios era sanarle. Aunque Naamán no creía en Dios, el Señor había decidido sanarlo y así lo hizo. Según los "sanadores" modernos, Naamán hizo todo lo que tenía que hacer para no sanarse, sin embargo verdaderamente quedó limpio. Ahora ... ¿era el único leproso en Siria e Israel? ¡No! Jesús dijo que había "muchos leprosos en Israel", quienes seguramente vieron lo que le ocurrió a Naamán después de su séptima zambullida. Puedo imaginarme la cantidad de leprosos que hicieron lo mismo que Naamán para ser curados, pero todos continuaron leprosos. Tal vez no entendían por qué el Dios de Elíseo no los oía, sin embargo fue así. Sin duda muchos de ellos creían en Dios, en cambio sólo se sanó este sirio, un pagano, prepotente, orgulloso, que se negaba a obedecer al Señor.

Otro ejemplo muy elocuente respecto a la forma cómo funciona la soberanía de Dios, lo encontramos en el capítulo 5 de Juan. Allí está registrado el caso del paralítico de Betesda. Y dice: "En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua" (Jn. 5:3). Pero Jesús solamente sanó a uno, tal vez el que esperó más tiempo para que se agitara el agua, o quizá el que estaba en peores condiciones. No tenía la menor esperanza de sanarse, porque siempre entraba alguien antes que él. Todo lo que Jesús hizo, sin pregunta si creía que se sanaría milagrosamente, fue decirle "¿Quieres ser sano? ... Levántate, toma tu lecho anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomo su lecho, y anduvo" (Jn. 5:6,8,9).

¿Acaso no tenía Jesús poder para sanar a todos los demás? ¿Cuántos eran en total? ¿Qué importa cuántos eran para el Dios Todopoderoso? Si podía sanar a uno, ¿por qué no a todos? Obviamente, el único que se sanó tampoco tenía fe, por otra parte o podemos acusar a los otros enfermos que están allí de no haber tenido fe, porque la Biblia no dice nada al respecto. La única respuesta es que la sanidad física no depende de la fe que tengamos, sino la voluntad divina. En cambio, los "sanadores" hoy, primero se colocan en lugar de Dios para necesitar de su voluntad, luego comienzan a llamar la atención hacia sus propias personas. Ellos han descubierto una fuente de poder especial que ayuda a protagonizar milagros. Es por esta razón que se sienten libres para asegurar que en tal o cual reunión habrá milagros. Porque la voluntad de los sanadores es lo único que cuenta.

Pero ... ¿No dijo el Señor Jesucristo que los suyos tendrían poder para sanar y hacer milagros? Hay muchos que dicen tener esos poderes de que habla el capítulo 16 de Marcos, por lo tanto vale la pena que examinemos este pasaje: "Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán" (Mar. 16:17,18).

Si usted se detuvo a pensar un poquito en el significado de estas palabras, habrá notado que Jesús dice que estas señales seguirán a todos aquellos que crean, sean judíos, gentiles, hombres, mujeres, jóvenes y niños. Ahora bien: ¿Por qué "estas señales" no se manifiestan en todos aquellos que creen en Cristo? El Señor no nos dijo que serían señales protagonizadas por algunos pocos dotados de ciertos poderes extraordinarios, que tenían la dicha de compartir momentos muy dulces en su propia habitación en compañía del Espíritu Santo. Tampoco dice que serían individuos con poder "soplador" especial, que arrojarían su chaqueta y la frotarían contra su cuerpo para impregnarla de poder, o que echarían al suelo a cuantos Quisieran para demostrar sus poderes espirituales.


Capítulo XIII

¿Sanar y repartir el Espíritu Santo a nuestro antojo?  

Esta es una porción del relato de Mike Thomas tal como fuera publicado en la revista Florida del 2 de noviembre de 1991: "Los que sostienen a los golpeados tratan de sujetar los cuerpos tambaleantes, El erguido y con un movimiento como si diera un golpe azota al entero coro de la iglesia con un solo lanzamiento ... 'Eso es poder', grita Benny. '¡PODER!'. Hinn entonces se quita su chaqueta confeccionada a la medida y la frota enérgicamente contra su cuerpo. Él le está frotando el Poder a la chaqueta. Luego comienza a darle vueltas violentamente, tal como el Divid bíblico le diera vueltas a su honda. Derriba a su seguidores a izquierda y derecha. ¡Pum! ¡Pum! Vibra el escenario con los golpes de los cuerpos que cae Luego arroja 'la chaqueta ungida'. Otro ¡pum! Mientras uno de los que recogen a los caídos se apresura a levantar a una mujer, Hinn lo golpea ... luego golpea al que levanta al otro recogedor que también ha caído. Cuando Benny Hinn está en movimiento nadie está a salvo del Poder ... Tantos para ser golpeados, y tan poco tiempo ... El sopla ruidosamente sobre el micrófono ... Cientos caen de espaldas ... a una mujer en el pasillo le da un colapso y comienza a balbucear. Y entonces de súbito, Benny se va. El poder se desvanece del salón y las perdonas quedan con la vista fija aturdida y en silencio".

Este sólo aspecto de las reuniones de Hinn es suficiente para condenarlo. Él caprichosamente arroja el Espíritu Santo a su alrededor en la forma más irreverente, usando la tercera Persona de la Trinidad como su siervo para atraer la atención sobre sí mismo. Hinn actúa como si la "unción" fuera alguna especie de poder metafísico a su disposición, para ser frotado sobre los objetos. Luce impresionante, y opera principalmente por el poder de la sugestión, pero no tiene propósito excepto hacer que las personas se paren asombradas ante él. "Asusta" - dijo Bill James, un exmiembro de la iglesia. "Las personas quedan hipnotizadas cuando lo ven, es como Dios".

Sin embargo, a lo que el Señor Jesucristo se refirió, es que la gente sencillamente, sin buscarlo, ni anhelarlo, sin pensar siquiera en ello, estaría en condiciones de echar demonios en su nombre, de hablar nuevas lenguas, de tomar serpientes en sus manos sin sufrir daño alguno, que si llegaran a tomar algo venenoso no les haría mal, y finalmente "sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán". ¿Ocurre hoy tal cosa? Ciertamente no. Hay muchísimos cristianos de fe y oración, consagrados al Señor, sanos en sus doctrinas, fíeles al Señor, de conducta intachable. Nadie puede dudar de la autenticidad de su regeneración, y sin embargo no hacen nada de esto. Visitan a los enfermos, pero son impotentes para curarlos. Oran por ellos y piden a otros que oren, pero los enfermos por lo general empeoran y mueren o siguen iguales. Note que el Señor no dijo que serían sanados los que tuvieran fe, sino que "los enfermos" sanarán, creyeran o no.

No creo que la declaración de Jesús sea tan complicada. La generación apostólica de la iglesia tuvo en buena parte este poder. Cuando el Evangelio comenzó a penetrar más allá de Palestina, Dios se manifestaba con frecuencia con poder para convencer a cuantos escuchaban esas nuevas doctrinas, de que sus mensajeros eran realmente discípulos del Señor. No debemos olvidar que para entonces no se disponía de la Palabra escrita como ahora. Los más afortunados contaban con el Canon del Antiguo Testamento. El Nuevo todavía estaba en proceso de escribirse. Una vez completado el Canon Sagrado, estos milagros que eran parte de las credenciales Mesiánicas, dieron paso a las Escrituras.

¿Se imagina usted si hoy estuviera en vigencia lo que expresara el Señor Jesucristo en el capítulo 16 de Marcos? Un cristiano, tal vez un custodio o portero de un hospital, simplemente decidiría a cierta hora del día recorrer una sala de enfermos internados por diversas dolencias, tal vez convalecientes de una seria operación, otros con fracturas, heridas, etc. Este sencillo trabajador, sólo tendría que orar por todos ellos y cada uno se levantaría completamente sano, tomaría su ropa y enseres personales y se iría a casa. Luego, este sencillo hermano, bien podría recorrer otros pabellones del hospital con el mismo resultado, A fin de cuentas, cuando los médicos y enfermeras se dieran cuenta, ¡no habría un solo enfermo en el hospital! Al comenzar a llamar a las casas de los internados, ¡qué gran sorpresa! El mismo paciente les hablaría para contarles que un hombre sencillo pasó junto a su cama, oró por él o ella y ahora está completamente curado. Pero ... ¿Porqué no se había hecho esto antes? Bueno, simplemente nadie había entendido las palabras de Marcos 16:17,18.

El solo hecho de que la "sanidad divina" sea algo exclusivo de ciertos individuos, debe merecer nuestra atención, ya que no se trata de algo que se supo inmediatamente después de la Reforma cristiana. Recién a fines del siglo XIX, cuando la iglesia cristiana entró en el período de Laodicea, fue cuando se "re descubrió" la sanidad divina. Si usted es buen observador, notará que todos los "sanadores" sin excepción usan los mismos métodos, más o menos las mismas palabras y obtienen los mismos resultados. Repiten que "Jesucristo es el mismo, ayer y hoy y por los siglos", ofrecen "pruebas de sanidad" que impresionan a algunos, se creen semidioses que sólo tienen que imponer las manos con poder, se consideran muy espirituales - mucho más que los demás - colocan la salud física muy por encima de la espiritual o la salvación del alma, recogen grandes sumas de dinero, aseguran recibir revelaciones especiales de parte del "espíritu" e insisten en que todos aquellos que tengan fe suficiente sanarán. ¡Esto es una estafa, un engaño sin paralelo en el que se está involucrando al propio Señor! Jesús le dijo a los suyos: "En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido el mundo" (Jn. 16:33). Las aflicciones, las pruebas, al igual que las enfermedades, lo único que logran es fortalecer la fe de los cristianos. "En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida aprueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo" (I Ped. 1:6,7).

De acuerdo con esta declaración, las aflicciones bien pueden acompañarnos hasta cuando nuestro Señor Jesucristo se manifieste en su gloria en el momento de recoger a los suyos. "¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración" (Stg. 5:13). La Biblia no dice que si hacemos oración, la aflicción necesariamente se irá. Tal cosa no ocurrirá hasta que la aflicción haya alcanzado su objetivo. Dios sabe por qué nos aflige, ya sea con una enfermedad, cirugía difícil, algún defecto físico o cualquier otro problema. Lo único que Santiago puede ofrecernos, guiado por el Espíritu Santo, es que oremos durante ese período de aflicción, que en lugar de buscar sanadores, gemir, llorar y buscar milagros, aprendamos a orar más intensamente.

Existe también otro serio problema con estos "sanadores". Es el fraude que ya se ha comprobado una y otra vez. Son muchísimos los "sanadores" que actualmente están sanando a diestra y siniestra, porque dicen haber recibido este don y revelaciones privadas. Entre ellos se encuentra el tele-evangelista Peter Popoff, muy conocido en Estados Unidos. Este señor fue un mentiroso tan obvio que daba vergüenza verle - no obstante los líderes de la iglesia le permitieron que defraudara al rebaño y acarreara censura al nombre de Cristo. Fueron los ateos humanístas quienes lo pusieron al descubierto hace unos 7 años, el mago James Randi y Paúl Kurtz, entre otros. Popoff aseguraba haber "recibido revelaciones de Dios", que lo capacitaban para citar nombres, direcciones y dolencias de las personas entre el público. Pero la verdad era que su esposa Elizabeth, circulaba entre la audiencia antes de las reuniones y recopilaba información, que más tarde le trasmitía a su marido desde la cabina de radio a través de un sofisticado audífono oculto en el oído de Popoff.

¿Un engaño deshonesto? Sí, verdaderamente sí Randi y su grupo grabaron la prueba. Fue durante (cruzada en febrero de 1986 en el Coliseo de San Francisco. Cuando Peter Popoff hizo su gran entrada al templete en medio de gritos y aleluyas, la señora Popoff probó su equipo con estas palabras: "Hola Petey. ¿Me puedes oír? Si no puedes estás en problema Voy a leerte una serie de nombres". Durante las "sesiones de sanidad" la información que recibía Popoff en su oído era más o menos así: "Ella debe encontrarse a tu mano derecha. A la derecha. Está vestida de azul. Vive en el 4267 Masterson y está orando por hija Joy, quien padece una alergia a los alimento" Siguiendo a estas informaciones se escucharon las risas de Efízabeth y de Pam, esta última esposa Reeford Shirrell, el asistente de Popoff - mientras tanto y a continuación, Popoff le repetía esa información a la víctima, pretendiendo que Dios se la había "revelado".

Popoff debió haber sido expuesto y denunciado por los líderes de la iglesia, pero no fue así. Incluso aún después de que fuera desenmascarado por los humanistas como un deshonesto deliberado, la publicación Charísma continuó imprimiendo una página entera con sus anuncios y los cristianos siguieron enviándole sus ofrendas a este "hombre de Dios"

Estos fraudes han sido expuestos a la luz del público por los mismos inconversos que tiene pruebas grabadas y filmadas. Sin embargo, ¡la gente todavía sigue a este hombre, continúa buscando sus sanidades y siguen gritándole aleluyas y recibiendo "sanidad". Pero si hay tantas pruebas de los fraudes, ¿porqué tanta gente sigue a estos individuos que ya no ocultan el engaño? Pedro el apóstol, habló de estos días y guiado por el Espíritu Santo escribió: "Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme" (II Ped. 2:1-3).

Dios también dijo por boca de sus profetas: "¿No castigaré esto? dice Jehová; ¿y de tal gente no se vengará mi alma? Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin? ... Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz"(Jer. 5:29-31; 6:13,14).

En ese tiempo, "desde él profeta hasta el sacerdote, todos [eran] engañadores". Pero hoy podemos decir que "desde el evangelista hasta el pastor, todos son engañadores", pretenden sanar, recibir revelaciones de Dios, contar con poderes que otros no tienen y actuar en el poder del Espíritu Santo. Sin embargo, en el mejor de los casos, lo único que hacen esto? "siervos de Dios" es aprovecharse de la desdicha de tantos hombres y mujeres que sufren la consecuencia de sus propios pecados.

Hace unos días vi un interesante programa de televisión. Un caballero muy bien vestido salió al escenario y le dijo a una simpática audiencia que ese día haría una demostración muy interesante, de algo que ellos no podrían explicar, ya que en la tarjeta que llevaba en sus manos había un poder especial. A continuación solicitó la cooperación del público y dos voluntarios se ofrecieron. A uno le dio algo para que lo sujetara y al otro le entregó la tarjeta indicándole que mirara al primero. Todo esto sólo tomó unos breves segundos, dos o tres y el hombre siguió hablando. De repente se dirigió al que tenía la tarjeta y le pidió que le dijera la hora. Cuando el caballero miró su muñeca notó que no tenía el reloj y algo confundido le dijo a su interlocutor que había llegado con el reloj al salón, pero que seguramente le había extraviado en algún lugar del auditorio. ¡Lo sorprendente fue que nadie en el público se dio cuenta que este prestidigitador le había arrebatado su reloj pulsera y que también le había quitado la corbata! El mago simplemente sacó las dos cosas de su bolsillo y se las entregó. Se dirigió al segundo espectador y le dijo que ya era el momento de bajar del escenario, ¡fue entonces cuando el segundo voluntario advirtió que no tenía ni corbata ni camisa! ¡Grande fue su sorpresa cuando notó que no llevaba puesta la corbata, pero fue aún mayor cuando se dio cuenta que no tenía camisa!

Todos en el auditorio estallaron en risas, ya que no era para menos, era divertido, pero al mismo tiempo este hombre demostró algo: Su habilidad para mover las manos y los dedos mucho más rápido que la vista. Algo muy similar ocurre hoy en estas campañas de "sanidad", con la diferencia de que en lugar de que el mago haga lo que hizo éste, su especialidad es mover la lengua, articular palabras, repetir ciertas frases, coordinar sus miradas, voz y palabras, de manera que las personas que los escuchan oigan exactamente todo lo que desean oír. De una manera muy sutil el "evangelista" les habla de la sanidad del cuerpo, de sanar inmediatamente de cualquier mal que padezcan, de lograrlo sin esfuerzo, de obtener poder ilimitado, de lograr todo esto sin perder nada de su fe cristiana. "Por el contrario" - aseguran - "ahora será mucho mejor que antes, porque podrán derivarle poderes especiales a otros".

Tiene que transcurrir algún tiempo, para que esos que creían haber recibido tanto, se adviertan que entre palabra y palabra, promesa y promesa, glorias a Dios y aleluyas, entregaron todo el dinero que tenían y que tanto necesitaban para su familia. Además de haber desviado su vista de Cristo y de fijarla en un hombre, todo por tener el objetivo equivocado de contar con mucho poder, mucha salud y mucho dinero. Pero resulta "que del dicho al hecho hay mucho trecho" y lo que abunda en todos estos engañados es la más completa desolación. Lo más trágico de todo es que son muy pocos los cristianos que detectan el fraude. Y aquellos que lo logran prefieren callar, antes que denunciar y hablar abiertamente para detener esta avalancha de apostasías. Los vientos soplan fuertes y sin duda van dejando tras de sí una desolación espiritual y moral nunca antes vista. Cada una de estas "cruzadas de milagros" es otra vergüenza para el pueblo de Dios y otro golpe en contra de la divulgación del Santo Evangelio.

Cuando nos ponemos a analizar este asunto de la sanidad, nos encontramos con una serie de interrogantes. Uno de los aspectos que la mayoría pasa por alto, es que en el texto griego original hay dos palabras completamente diferentes, pero que son traducidas como "sanidad" o "sanar" en nuestra Biblia en español, cuando en realidad deberían traducirse como "curación" o "curar". El único lugar en el Nuevo Testamento donde se dice que hubo sanidad por la imposición de las manos, es en el caso del padre de Publio, en la isla de Malta. Es cierto que hubo sanídades instantáneas, aunque no imposición de manos. En muchos casos en que se traduce "sanidad", lo que dice el texto original es "curación". ''En aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y hospedó solícitamente tres días. Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó. Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados" (Hec. ?É:7-9).

Ahora bien, en los versículos 8 y 9 se menciona el verbo "sanar". Allí dice que el padre de Publio se "sanó" y que luego los otros en la isla que vinieron "eran sanados". La impresión es que Pablo también le impuso las manos a ellos y se sanaron, aunque la Biblia no lo dice. Solamente declara que Pablo "le impuso las manos" al padre de Publio y que "los otros qué en la isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados". En el texto original griego, para este caso en particular en que Pablo "impuso las mano" se usa la palabra "laomai", que significa sanar de golpe, en el acto, por la imposición de las manos, "sanar en el acto y completamente". Pero cuando Lucas describe lo que pasó con los demás de la isla que vinieron y se sanaron, usa la palabra griega "Terapeuo", de la cual se origina nuestro vocablo "terapia". En el original griego esta palabra significa "curar", "hacer curaciones o aplicar la medicina". Pero en las traducciones no se tuvo en cuenta esta diferencia abismal, porque a pesar de que en ambos casos las personas fueron curadas, en el primero fue instantáneo y en el segundo progresivo. El enfermo que sufría de cualquier mal, era sanado mediante la terapia que le aplicaba Lucas, que era médico, o los otros. Cuando Pablo habló de los dones espirituales para el servicio de la iglesia, dijo: ''Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; o otro palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros ..." (I Cor. 12:8-10).

Note como Pablo se expresa aquí. Dice que algunos tienen "dones de sanidades" y a renglón seguido dice que otros tienen el don de "hacer milagros". Obviamente, según él, los que tienen "dones de sanidades" no sanaban milagrosamente, sino que tenían el don de hacer curaciones, ya que luego se refiere a los que tienen el don "de hacer milagros" como a algo muy distinto.

El deber del predicador es estudiar las Escrituras. Muchos de estos disparates son extremadamente serios y el común de los hermanos no comprende la diferencia. A continuación permítame presentarle una lista de las preguntas más comunes que se hacen a este respecto, respondiendo las mismas en conformidad con la Escritura:

  1. ¿Es cierto que Dios quiere que todos sean sanos? No.
  2. ¿Es cierto que él puede sanar a todos? .
  3. ¿Es cierto que la sanidad del enfermo depende de sí tiene suficiente fe? No.
  4. ¿Quiere Dios que algunos hombres y mujeres cristianos estén enfermos?.
  5. ¿Es cierto que las enfermedades provienen del diablo? No.
  6. ¿Es cierto que es Dios quien hace al sano y al enfermo? .
  7. ¿Es verdad que hay ciertos hombres con poderes especiales que tienen el don de sanidad? No.
  8. ¿Es verdad que todos los cristianos, sin excepción, tienen el don de sanidad? No.
  9. ¿Es cierto que el don de sanidad cesó cuando se completó el Canon Sagrado?.
  10. ¿Es cierto que Isaías 53:4,5 dice que Jesús llevó nuestras enfermedades físicas? No.
  11. ¿Puede hoy una persona sanarse por la fe, mediante la oración? .
  12. ¿Debemos orar por los enfermos para que se haga la voluntad de Dios? .
  13. ¿Es correcto que le "ordenemos" al Señor para que sane al enfermo? No
  14. ¿Quiere Dios que todos los hombres estén sanos? No.
  15. ¿Quiere Dios que todos los hombres sean salvos? .

 

Capítulo XIV
"Ciertamente llevó él nuestras enfemedades"  

Una de las muestras más elocuentes de cómo se basan los "sanadores" en un pretexto y no en el contexto, es cuando repiten una y otra vez Isaías 53:4,5 donde dice: "Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados".

Todo este capítulo habla de lo que el Señor hizo para sanarnos de nuestros pecados, de que sufrió los dolores que soportó para que nosotros pudiéramos ser eternamente salvos por la fe en él. La Biblia define muchas veces la condición espiritual del hombre, describiéndolo físicamente como enfermo ... "Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite" (Is. 1:6).

Lo que el profeta dice aquí no es que el pueblo de Israel estaba enfermo, con el cuerpo totalmente llagado, desde la planta del pie hasta la cabeza. Literalmente esto no era así, porque estaban físicamente bien, aunque muy mal espiritualmeníe. Por eso, para corregir la "enfermedad" de ellos, él les invita diciéndoles: "Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana" (Is.. 1:16-18).

No olvidemos que lo primero a lo que el profeta se refiere aquí, no es a la sanidad física, sino a la sanidad espiritual, tanto para Israel como para nosotros los gentiles. El pecador sufre las consecuencias de sus propios pecados, pero no hay razón para ello. No tiene por qué padecer porque nuestro Señor Jesucristo llevó sobre sí mismo todo lo que nosotros debíamos soportar en el mismo infierno. En segundo lugar, esta profecía apuntaba también hasta una dimensión limitada, hacia la salud física. Esta profecía se ha cumplido totalmente, porque Cristo pagó con su propia vida por nuestros pecados y también cumplió literalmente la profecía durante su ministerio terrenal. "Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras Dolencias" (Mat. 8:16,17).

Es claro que la profecía de Isaías se cumplió literalmente y como las profecías no tienen doble cumplimiento, una vez ha pasado, como en este caso, jamás vuelve a repetirse. Es cierto que llegará un día cuando ya no habrán más enfermedades, ni dolor, ni muerte, ni separación, nada de eso. Esto será cuando Dios establezca nuevos cíelos y nueva tierra. La Biblia habla del fin de las enfermedades y de todos los sinsabores que vivimos mientras estamos en este cuerpo contaminado por el pecado. Pero por ahora, no tenemos ningún "cheque en blanco" basado en la fe para sanarnos de cualquier enfermedad. Esto no es cierto, la Biblia no enseña tal cosa.

En cuanto al maravilloso futuro oiga lo que dice la Biblia al respecto: "Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del rio, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición ... No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz de sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinará por los siglos de los sighs" (Apoc. 22:1-5). "Enjugará Dios toda lágrima de los ojos di ellos; y ya no habrá muerte ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron" (Apoc. 21:4).

Podemos estar completamente seguros de que nuestro Señor cumplirá con su promesa y nos dará la salud perfecta, un cuerpo que no será contaminado por el pecado y una salud cabal. No habrá lugar para las enfermedades, las debilidades, las lágrimas o los sufrimientos de ningún tipo. Pretender hacerlo ahora es hacer a Dios mentiroso. La Biblia niega rotundamente ese paraíso terrenal con el cual sueñan los sanadores y los miembros de la Nueva Era. Pero ... ¿Por qué tanta discusión en cuanto a la sanidad? Obviamente existe mucho fraude en el asunto y esta es la razón para que haya tanta discusión a! respecto. Enseñar que uno no se sana porque no tiene fe, es mentira. Enseñar que Dios quiere que todos se sanen es otra mentira. Anticipar milagros invitando a incautos para que concurran con sus enfermos, es la tercera gran mentira. Enviar pañuelitos "ungidos" para que el enfermo se los aplique, es brujería. Invitar al radioescucha o al telespectador para que coloque una mano sobre el aparato de radio o el televisor y otra sobre el lugar que le duele, también es brujería. Este tipo de sanadores tienen hoy mucho éxito, tanto como los brujos que usan hierbas, hechizos y demás. Una característica muy común de esos predicadores, es su énfasis en el positivismo. Ellos dicen que, "Son técnicas que usted tiene que aprender", además que "Debe cambiar completamente su manera de pensar en cuanto a Jesús". Permítame decirle, la única manera para que un cristiano cambie completamente su manera de pensar en cuanto a Jesús, es situándolo en el lugar de Satanás. Algunos de los maestros del positivismo son verdaderamente atrevidos. Paúl Yonggi Cho, dice por ejemplo: "Pero en mi iglesia yo predico acerca del Señor Jesús que salva, que santifica, que bautiza con el Espíritu Santo, y que sana a los enfermos. En nuestra iglesia presentamos todos estos aspectos. Procuramos crear la presencia completa, la presencia del Señor que todo lo puede, todo lo hace y todo lo abarca. Usted puede crear la presencia de Cristo sólo con su boca. Si usted habla acerca de la salvación, aparece la figura del Cristo que salva. Si habla acerca de la sanidad divina, aparece Cristo el Sanador. Si usted habla del Señor que obra milagros, entonces pone en libertad la presencia del Señor que opera milagros. El Señor Todopoderoso está limitado por sus labios y sus palabras".

"El depende enteramente de usted, cuando está predicando, y si usted no habla claramente de él por miedo a Satanás ¿cómo puede Jesús manifestar su poder en medio de su generación?" (Cuarta dimensión, página 68).

De acuerdo a este autor, los papeles se han invertido. Ahora ya no es el Señor quien nos usa, somos nosotros quienes lo usamos y le permitimos o le impedimos actuar. Si queremos, el Señor se nos sujeta hasta que nosotros decidamos lo contrario. "En mi iglesia", dice el señor Yonggi, "procuramos crearla presencia completa, la presencia del Señor que todo lo puede". ¿Es ésto lo que el Señor dijo que debemos hacer? Jesús dijo: "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mat. 18:20).

En la Escritura nunca encontraremos ni siquiera una insinuación respecto a que la presencia del Señor en nuestro medio, depende de la disposición de nuestra mente, de lo que "creamos" o de lo que visualicemos. Él promete estar donde se congregan en su nombre, tan poquitos como dos o tres. ¿Cómo pueden estos "dos o tres" que se congregan en su nombre, saber que él está con ellos? Simplemente por la fe. Él prometía estar y por lo tanto está. ¿Recuerda lo que le ocurrió a los dos discípulos de Jesús que iban camino a Emaús? Ellos sin duda estaban en su "nombre", porque toda la conversación giraba en torno al Salvador que había muerto y que según los rumores había resucitado. Casi sin que se advirtieran, el Señor estaba caminando con ellos. "Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos" (Luc 24:15). Lo único fuera de lugar que sintieron fue esto que dijeron: "¿No ardía nuestro corazón en nosotros mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?" (Luc. 24:32).

¿Desde cuándo tiene usted la obligación de "crear la presencia de Cristo con su boca" ¿Desde cuándo se invirtieron los papeles? ¿Desde cuándo el Señor comenzó a depender de usted? Lo que ahora se enseña es que el Señor hará todo cuanto nosotros le permitamos. Somos nosotros los soberanos y él humildemente se nos sujeta. Lo que el señor Yonggi afirma es que los milagros que haremos, las almas que ganaremos, el tamaño de la iglesia que tendremos, todo depende enteramente de nosotros, porque el poder está en el interior de cada corazón.

Pero permítame citarle otro párrafo, porque el atrevimiento de este señor llega mucho más allá de lo que pudiéramos pensar. "Deseo imprimir en vuestros corazones esta verdad: Ustedes tienen, dentro de ustedes mismos, todos los recursos que necesitan, ahora mismo. No mañana, no ayer. ¿Hoy mismo! Ustedes tienen todo lo que es de Dios, que habita dentro de ustedes. Dios no está allí durmiendo. Dios nunca jamás se toma vacaciones. Dios está ahí mismo para trabajar por su salvación. Y Dios nunca obra sin venir al pensamiento de ustedes, sin venir a través de su visión, sin venir a través de su fe. Ustedes son el cauce de Dios. Usted puede decir: ¡Oh, Dios trabaja activamente en el universo, y a través de todas las cosas! Pero Dios le contestará: No, yo habito dentro de ti. Y nunca vengo al mundo con poder si no es a través de ti. Usted es el cauce. Usted tiene la responsabilidad. Si usted no desarrolla su manera de creer para cooperar con Dios, entonces Dios se verá limitado, a lo menos en la vida suya y en la vida de aquellos que dependen de usted. Dios será tan grande como usted le permita ser y tan pequeño como usted lo obliga a ser" (Cuarta dimensión, páginas 132 y 133).

Ésto aparte de herejía es hasta blasfemia. En primer lugar, él asegura que los recursos divinos están todos en nosotros mismos, ya que dice: "Dios nunca obra sin venir al pensamiento de ustedes, sin venir a través de su visión, sin venir a través de su fe". ¿Quiere decir esto que Dios depende enteramente de mi pensamiento, de mí visión y mi fe? Siempre había sabido que dependemos de él, que la voluntad de él prevalecerá para siempre, sin importar nuestro pensamiento positivo, nuestra visualización o lo que sea. Dios dice: "Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos" (Is. 55:9).

Por otra parte, ¿será verdad que si no desarrollo mi manera de creer. Dios se verá limitado? Pero el colmo lo encontramos en esta expresión: "Dios será tan grande como usted le permita ser y tan pequeño como usted lo obliga a ser". ¿Pero dónde están los atributos divinos de Dios, tal como su Omnisciencia, Omniprescencia y Omnipotencia? En algún momento sin que nos diéramos cuenta, por lo visto algunos individuos que descubrieron la visualización y demás poderes, limitaron a Dios a la condición del hombre. Dios se pone a disposición de cada uno, y cada uno decide cómo actuará él y cuan poderoso será. Según esta enseñanza, usted lo agranda y lo achica, todo depende de su mente, porque allí está Dios, esperando que usted actúe. Nosotros como cristianos sabemos que la Gran Comisión todavía está en vigencia, y si el Señor dijo que estará con nosotros hasta el fin del mundo y el fin del mundo todavía no llegó, entonces él está con nosotros todos los días, tan poderoso como lo fue siempre, con todos sus atributos. No necesitamos "crear su presencia en nuestra mente". Nosotros somos su creación, no sus creadores. "Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados" (Is. 57:

El grave problema en todo cuanto se enseña hoy sobre Dios y el Espíritu Santo, y cómo trabaja el Señor Jesucristo, es que nosotros los humanos tomamos la iniciativa. Dios se nos sujeta, el Señor se nos sujeta y el Espíritu Santo también. Esto se llama herejía, pero para muchos es el "redescubrimiento" de una gran verdad que debe quedar impresa en lamente y el corazón de cada cristiano. Debemos recordar, sin embargo, que apenas somos mensajeros suyos, y si no somos fieles a su Palabra, él no se achicará esperando que le demos el lugar de mayor autoridad, sino que nos descartará y usará a otros, a aquellos que estén dispuestos a hacer su voluntad. De esto habló el Señor Jesucristo cuando dijo: "El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden" (Jn. 15:6).

Nuestro deber no es convertir ,a nadie, no es transformar vidas, no es regenerar, porque esto es obra del Espíritu Santo. No necesitamos nada más que ser regenerados, llevarle la palabra a los perdidos y mostrarles cómo vivirla con nuestro propio ejemplo. Hecha esta parte lo demás corresponde al Espíritu Santo. ¡Y cuan cierto es que él cumple fielmente su promesa! Hasta hoy vemos a hombres y mujeres abandonando su vida de pecado y entregándose al Señor, ¡aceptando por la fe a Jesucristo como Salvador y Señor!


Capítulo XV

Las estafas de las lenguas 

Entre los muchos temas de discusión, sin duda alguna la cuestión "don de lenguas" está entre los primeros. La razón de por qué es tan difícil para muchos cristianos comprender este asunto, es porque aquellos que dicen "hablar en lenguas" o que alguna vez "hablaron", no pueden entender cómo es que sus experiencias no concuerdan con la Biblia. Es vírtualmente inútil cualquier argumento cuando se interponen las experiencias. Para la persona que tuvo cierta "experiencia", la Palabra de Dios está en segundo lugar. La experiencia es mucho más fuerte. Pero ... ¿cómo interpretar lo de las lenguas, tanto lo ocurrido en el libro de Hechos como en el capítulo 14 de la primera Epístola a los Corintios? Este es un tema como tantos otros, que de no encararse correctamente puede provocar una confusión desastrosa. Es necesario que quien habla sobre "las lenguas" lo haga en forma clara y muy especialmente bíblica. No se trata de tomar un determinado texto, un versículo o incluso un capítulo completo de la Biblia, y edificar sobre estos pasajes, no solamente la doctrina de las lenguas, sino que a ello van sujetas otras doctrinas claves, como ser la salvación por la gracia, la dádiva del Espíritu Santo y el lugar que le corresponde en la Biblia a las obras del cristiano. El don del Espíritu Santo se convierte en algo que "pidiendo se recibe" y la salvación por pura gracia divina termina dependiendo totalmente del andar del cristiano. Debido a esto y a la confusión que las "lenguas" han traído, es necesario que el lector de esta obra tenga la oportunidad de revaluar sus conceptos al respecto y comience a mirar al Señor como el dador de toda gracia.

EN OTRAS LENGUAS... HABLARÉ

"En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor" (1 Cor. 14:21). El apóstol Pablo está citando aquí al profeta Isaías, quien escribió: "Porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír" (Is. 28:11,12).

Es muy necesario que tengamos en cuenta que estos dos pasajes nos dan la clave de la cuestión lenguas. Dios le había revelado su palabra a los judíos. El mismo Pablo le dijo a los Romanos: "¿Que ventaja tiene, pues, el Judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que las ha sido confiada la palabra de Dios" (Rom. 3:1,2).

En el Antiguo Testamento Dios le había dado instrucciones estrictas a los reyes de Israel, y ésta fue una de las cosas que les dijo: "Ni tomará para si muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia. Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas; y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obran" (Deut. 17:17-19).

Dios inspiró a Moisés para que le recordara al rey de su pueblo, que debía leer diariamente la Ley de Dios y que el libro original de esta Ley estaría "al cuidado de los sacerdotes levitas". Nunca debemos olvidar este detalle. Es en extremo importante que recordemos que Dios no le reveló su palabra a los caldeos, ni a los egipcios, fenicios, griegos o romanos. Él le manifestó su Palabra a los hebreos y esta palabra escrita estaba al cuidado de los sacerdotes y levitas. Es por esta razón que Pablo le dice a los romanos que la primera ventaja del judío sobre el gentil, es que a ellos les ha sido revelada la Palabra de Dios. El judío en este sentido, estaba en gran ventaja. pero al mismo tiempo tenía mayor responsabilidad para con Dios que cualquier otro pueblo. Jesús mismo mencionó esto cuando habló con la mujer samaritana y le dijo: "Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos" (Jn. 4:22)

Debemos recordar que cuando Dios habló por boca de Isaías y le dijo a Israel "Porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo" (Is. 28:11), les dio esto como una señal más del mensaje que ellos - como pueblo escogido - tendrían a su alcance, pero que rechazarían. Las lenguas constituían una señal para los judíos de que el Mesías había venido y que Jesús mismo era el Cristo de Dios.

¿QUIÉN Y A QUIÉN DEBÍAN HABLARLE EN OTRAS LENGUAS?

"Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino los incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes" (I Cor. 14:22). "Las lenguas son para señal..." ¿Señal para quién? ¿para el cristiano confirmando su bautismo en el Espíritu? ¡No! porque dice la Escritura, "no a los creyentes". Las lenguas NO SON señal para los cristianos. La primera vez que comprendí este versículo experimenté verdadera consternación. Estaba muy confundido. Sabía que algo andaba mal con la cuestión de las lenguas y con todo cuanto había leído sobre el particular. Desde quienes buscan ese "don" gimiendo y llorando, ayunando y reclamando, practicando y deseando, hasta aquellos que las rechazan de plano por varias razones.

Siempre comprendí a la luz del contexto general del Nuevo Testamento, que Dios quiere que todos entiendan bien el Evangelio y que no hace nada por dificultar la comunicación con él. No obstante, no sabía cómo explicar el contenido del capítulo 14 de la primera Epístola a los Corintios y su relación con el libro de Hechos donde también se habla de las lenguas. Pero mirando más de cerca, creo que Dios en su bondad, hizo que se dieran ciertas condiciones para que pudiera discernir cabalmente este dilema. Todo comenzó cuando me detuve en Isaías 28:11,12 y capté su conexión con I Corintios 14:22. "Así, que las lenguas son por señal, no a los creyentes sino a los incrédulos". "Pero ... ¿quiénes son los 'incrédulos?" - me preguntaba una y otra vez, y la respuesta la encontré en el versículo 21, "En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor" (I Cor. 14:21).

Como dijera anteriormente, Pablo aquí cita a Isaías, hablando sobre el mensaje del juicio divino que vendría sobre Israel. Dios había hecho todo lo posible por su pueblo. Les envió hambre, pestilencia, sequía, pero sin resultado alguno. La nación se alejaba cada vez más de él, rechazando el "reposo y refrigerio" que les ofrecía. A Isaías le tocó predecir la invasión de Asiría y la cautividad de Israel. Resumiendo su mensaje, ésto era lo que Dios les estaba diciendo: "Oiréis a hombres hablar en lenguas que no entenderéis. Os conquistarán y capturarán entonces sabréis que mi juicio ha llegado". Esta predicción se convirtió en realidad 784 años antes de que Pablo le escribiera su epístola a los corintios. Los hebreos fueron conquistados y desde el punto de vista político, experimentaron lo que Isaías profetizó. Vinieron los ejércitos extranjeros, hablando un idioma para ellos desconocido y los conquistaron. Dios dijo que esto ocurriría, y que anhelaba que esta señal les sirviera para instarlos al arrepentimiento. Pero ellos, aunque notaron el cumplimiento de la profecía, no le hicieron mucho caso. El Señor Jesucristo también les dijo: "Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado ... Y caerán afilo de espada, y serán ¡levados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan" (Luc. 21:20,24). Esta profecía también se cumplió cuando Tito sitió la ciudad en el año 70 de nuestra era, porque los judíos nuevamente se vieron frente a ejércitos cuyo idioma no entendían.

Todo lo dicho tiene que ver con Israel en su condición política, aunque ciertamente su dispersión se debió a su alejamiento espiritual de Dios. En otro lugar Pablo dice: "... pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará" (I Cor. 13 8). Si queremos saber cómo y cuándo acabarán la lenguas de las que habla Isaías y el Nuevo Testamento, debemos citar nuevamente a Pablo: "Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre dejé lo que era de niño... Hermanos, no seáis niño en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar" (I Cor. 13:11; 14:20).

Ambos versículos hablan de la niñez y la madurez. Las lenguas eran una señal de la iglesia para Israel, mientras los judíos estaban todavía en su territorio antes de su dispersión en el año 70. Era una señal del juicio inminente de Dios. Eran, para cuando la misma iglesia - compuesta de judíos y gentiles - estaba todavía en la edad de la niñez.

Fue así como llegaron los asirios hablando un idioma desconocido y los judíos no podían entenderlos. Luego los romanos hicieron otro tanto. Llegaron hablando latín y los judíos, en su gran mayoría, no podían entenderlos. Sin embargo, a pesar de recibir estas señales siguieron ignorándolas.

¿QUÉ ERAN LAS LENGUAS?

Si usted alguna vez ha escuchado a alguien "hablar en lenguas" se habrá dado cuenta que la persona balbucea algo que ni ella misma entiende. Pero ... ¿Enseña esto la Biblia? ¿Dice la Escritura que tenemos que dirigirnos a Dios "en lenguas"? ¿Orar en lenguas, alabar en lenguas, echar demonios en lenguas ...? En primer lugar, los que hablaban, no se dirigían por medio de esas lenguas a Dios, sino a los hombres. Pablo nos dice: "Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios" (I Cor. 14:2).

Pareciera que este texto dijera justamente lo contrario, de que las lenguas en realidad son para dirigirse a Dios, pero si seguimos leyendo el mismo capítulo, nos damos cuenta que Pablo insiste una y otra vez, que las lenguas son incomprensibles para quien las desconoce. Por lo tanto, es obvio, que lo que el apóstol dice en este versículo 2, es que el único que entiende lo que uno habla en esa "lengua" es Dios. Y el propósito no es ese, ¡el propósito genuino de las lenguas es hablarle a los hombres - a ISRAEL! Es absurdo tomar un texto o un pasaje en particular para edificar en base a él, una doctrina completa. La Biblia, a pesar de estar dividida en versículos, capítulos y libros, constituye como un todo la Palabra de Dios, por lo tanto es irracional edificar una doctrina sobre un pasaje, si la misma no está en armonía con el resto de la Escritura, porque "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepientan" (Num. 23:19).

El cuadro que tenemos aquí es el siguiente:

  1. Pablo le habla o escribe a una iglesia donde hay mayormente miembros judíos y griegos. Les menciona la señal de esas "otras lenguas", advirtiéndoles que no deben exagerar.
  2. Las "lenguas" no eran otra cosa que la PREDICACIÓN DEL EVANGELIO EN OTROS IDIOMAS diferentes al hebreo, como el asiático africano, etc. Cuando en la iglesia de Corinto había algún hermano que hablaba un idioma asiático que los judíos no entendían, y estaba presenté un intérprete que pudiera traducir al griego-lengua que sí hablaban los judíos - ese hermano podía dirigirse a la congregación.

Es por eso que Pablo insiste en que siempre haya intérprete cuando alguien hable en "lenguas", y que no hablaran más de dos o tres al mismo tiempo porque como estaban interpretando el servicio se prolongaba demasiado creando además confusión entre los presentes.

Notemos algunos aspectos a este respecto, pero tengamos bien presente que Dios siempre se dirigía a los profetas en hebreo, y éstos a su vez le hablare a Israel en el mismo idioma. Debido a la exactitud del hebreo, y a su superioridad en relación con cualquier otro lenguaje, la Biblia le llama puro. Por eso dijo el profeta: "En aquel tiempo devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que le sirvan de común consentimiento" (Sof. 3:9).

Si usted viaja en la actualidad a Israel, notará que los judíos que se encuentran allí hablan una multiplicidad de idiomas por haber llegado desde todos los países del mundo. Por otra parte, aunque en Palestina se hablaba inglés en el tiempo en que los ingleses dominaban esa región y antes de que Israel fuera refundado como nación en 1948, los judíos modernos no adoptaron el inglés como idioma oficial, sino el hebreo. A pesar de que el hebreo es un lenguaje difícil, todos los inmigrantes lo están estudiando, sea cual fuere su idioma original.

El profeta Sofonías había dicho que Dios le devolvería al pueblo de Israel "pureza de labios", para que todos pudieran "invocar el nombre de Jehová" y servirle "de común consentimiento". Dios está afirmando entonces, que el hebreo es un idioma "puro", por lo tanto cuando los judíos escucharon la predicación del Evangelio en otros idiomas de labios de los gentiles, tuvieron que sentir como si estuvieran hablándoles en "lengua de tartamudos", ya que esas lenguas no correspondían con la pureza del hebreo. No obstante, debían aceptar que era una señal de parte de Dios que les había revelada unos 700 años antes por boca del profeta Isaías.

En I Corintios 14:3, Pablo dice: "Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación". Pablo aquí está afirmando, que quien profetiza "edifica, exhorta y consuela". Y luego añade en el versículo 5: "Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación". Cuando el apóstol dice que "quisiera que todos hablaran en lenguas" lo que implica, es que desearía que fuera así para que las lenguas pudieran servirle de advertencia a los judíos, aunque añade que sería mejor que profetizaran, es decir que hablaran sin necesidad de intérprete.

Luego prosigue en el versículo 6: "Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablare con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?". El apóstol reafirma que sería absurdo ir a ellos y hablarles en lenguas, si quienes escuchaban no entendían esas lenguas. Se vuelve hasta sarcástico, cuando dice: "Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?" (I Cor. 14:8).

Así como en cualquier pieza musical, es necesario que cada instrumento toque su nota correspondiente para que la obra sea agradable al oído y se sepa qué se está tocando, lo mismo ocurre con el Evangelio. El Evangelio no puede ser una, sino clara y comprensible para todos, a excepción de los judíos que no entendían ciertos idiomas gentiles. Ésto debía ser así para tuviera cumplimiento la profecía de Isaías. Se trataba de una señal más que Israel estaba rechazando, no de una religión ocultista. "Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino los incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes" (I Cor. 14:22).

Tal como ya dijera, las lenguas NO son señal para que los hombres sepan que un cristiano ya recibió el bautismo del Espíritu Santo, sino para los judíos incrédulos. Cuando los gentiles comenzaron a proclamar el Evangelio en sus respectivos idiomas, eso fue algo que los judíos no podían aceptar. Ningún pueblo gentil contaba con esa "pureza de labios". ¿Cómo podía Dios hacer tal cosa y rebajar su revelación al punto de permitir que los paganos en sus respectivos idiomas hablaran de sus maravillas? Es una lástima que los judíos olvidaran que eso era exactamente una señal más para ellos.

Pablo habla de todos esos detalles, porque evidentemente los corintios, debido a su condición tan enana en su vida espiritual, creían que era un prestigio poder hablar en algún otro idioma para "herir" en cierto modo a los judíos. Parece que el hablar en idioma desconocido para los judíos, llegó a ser una obsesión para estos hermanos de Corinto. Pablo hace notar que no debían hacerlo muchos al mismo tiempo y que siempre debía haber intérprete. "Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable por sí mismo y para Dios"(I Cor. 14:27,28). Añadiendo: "Pero hágase todo decentemente y con orden" (I Cor. 14:40).


Capítulo XVI

Las lenguas era dar testimonio 

¿Recuerda usted lo que Jesús le dijo a esos 120 cuándo le preguntaron si el reino sería restaurado a Israel en ese tiempo? "No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría, y hasta lo último de la tierra" (Hec. 1:7,8).

Ni bien descendió el Espíritu Santo, eso fue exactamente lo que hicieron los discípulos. Ese mismo día el Evangelio fue proclamado en "otras lenguas" y fue grande la sorpresa de los judíos cuando escucharon la Palabra de Dios predicada en otros idiomas. Sabían que el hebreo era el único idioma puro, que Dios siempre lo usó para comunicarse con su pueblo. Pero ahora sucedía algo nuevo. Era una señal clara para ellos. No solamente se proclamó el mensaje de Dios por lo menos en 15 idiomas diferentes, sino que ese mismo día se convirtieron 3.000 personas. "Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas" (Hec. 2:41).

Si seguimos esta misma línea nos daremos cuenta que en los otros dos casos en el libro de Hechos, donde se dice que se habló en lenguas, fue siempre un testimonio para los judíos allí presentes que no eran convertidos. Pero leamos el relato de la Escritura sobre uno de estos dos casos. "Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios" (Hec. 10:44-46).

Este fue el encuentro que tuvo Pedro y un grupo de judíos que estaban con él, en el domicilio del centurión romano Cornelio. Cuando los amigos de Cornelio se convirtieron. Dios permitió que la profecía de Isaías 28:11,12 se repitiera una vez más. La única forma de reconocer que una persona tenía ya el Espíritu Santo, era al oírla hablar de las maravillas de la salvación. Jesús no le dijo a los 120 que recibirían el Espíritu Santo y que luego hablarían una jeringonza que nadie entendería. Lo que les declaró fue, que serían sus testigos, manifestándoles también que su primer campo misionero serían los mismos judíos. De ahí que en los primeros años de la iglesia, se manifestara con tanta frecuencia este "don de lenguas", donde los paganos, pero ya regenerados, hablaban de inmediato de las maravillas del Mesías Salvador. Si los judíos hubieran podido recordar la profecía de Isaías habrían tenido que admitir que estos testimonios eran muy poderosos.

Ahora vayamos al capítulo 19 de Hechos y veamos lo que ocurrió una vez más en relación con este "don de lenguas". "Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera Hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. Eran por todos unos doce hombres" (Hec. 19:1-7).

Estos doce hombres no conocían todavía la gracia salvadora, ya que habían sido bautizados antes que Jesús se entregara por los pecados de la humanidad No sabían que el sacrificio ya había sido consumado y que tenían la oportunidad de ser salvos por su gracia y recibir el Espíritu Santo. Cuando ellos recibieron el Espíritu Santo, hicieron lo que hacen siempre los cristianos regenerados, "hablar en lenguas". En otras palabras, esas personas a pesar de ser gentiles, le hablaron a otros de Cristo, evangelizaron y dieron testimonio en su propio idioma. Estos idiomas para los Judíos eran "lengua de tartamudos", pero eran usados por Dios para que se cumpliera lo dicho por el Señor Jesucristo de que quienes creyeran en él le "ser(ían) testigos".

Éste "don de lenguas" tiene completa vigencia hoy, y sería penoso que un cristiano lo usara simplemente como un "show", tal como hacían los corintios compitiendo entre sí, tratando de ver cuántos idiomas podía hablar cada uno. En este caso específico ocurrido en Efeso, estos hombres además de hablar en lenguas también "profetizaban" . Es decir que dirigieron su mensaje, no sólo a los judíos allí presentes, sino a sus propios connacionales. No olvidemos que en el Nuevo Testamento, "profetizar" es "edificar, exhortar y consolar" (I Cor. 14:3).

Luego sigue diciendo Pablo: "Tantas clases de idioma hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí. Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia. Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla" (I Cor. 14:10-13).

No cabe duda que estas "lenguas" que aparce tanto en el libro de Hechos como en el capítulo de la primera epístola a los Corintios, son idiomas que hablaban los pueblos de ese tiempo. Ya que bien se convertían los paganos cuando comenzaba hablar en sus propios idiomas las maravillas del Evangelio y del Salvador. Más de un judío oyó hablar por primera vez de Jesús de labios de esos que tenían el don de hablar en "lengua extraña". Pero don en sí no era el idioma que hablaban, sino contenido de lo que expresaban a través de sus respectivos idiomas. Seguramente los gentiles no podían entender cómo era que los judíos no aceptaban un Mesías tan maravilloso. Asimismo ignoraban que muchos siglos antes Dios le había revelado a Isaías que llegaría un día cuando los judíos escucharían las buenas nuevas en otras lenguas.

Ahora, quiero que note como habló también Pablo, pero como era judío, NO lo hizo "en lengua" Observe por ejemplo, que cuando él se convirtió vino Ananías para que recuperara la vista, la Biblia dice: "Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose fue bautizado. Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco. En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios" (Hec. 9:18-20).

¿Notó algo aquí? Pablo, una vez convertido, hizo exactamente lo mismo que los demás, pues ni bien recobró la vista, fue bautizado, y luego de tomar alimentos para recobrarse del ayuno y la oración, lo primero que hizo fue predicar a Cristo. Pero note que en la Biblia no se usa la expresión "hablar en lenguas", porque Pablo podía expresarse directamente en hebreo, todos sus connacionales sabían que era judío. Pablo actuó exactamente igual que los discípulos en Jerusalén el día de Pentecostés, hizo lo mismo que Cornelio y los demás que se convirtieron y lo mismo que hicieron los doce convertidos en Efeso, lo mismo que hacían los corintios. En esos primeros años de la iglesia, a nadie jamás se le ocurrió hablar algo raro, sin embargo hoy se ha comprobado que hay quienes hablan blasfemias debido a su ferviente deseo de recibir algo sobrenatural al rechazar el sencillo procedimiento planteado en las páginas de la Biblia.

Aunque a usted le parezca muy sencillo, demasiado simplificado, no existe manera de probar escrituralmente lo que hoy conocemos por "lenguas".

¿QUÉ SON LAS MANIFESTACIONES DE HOY?

La iglesia cristiana evangélica no practicaba tal cosa como el hablar en supuestas lenguas. Esto comenzó cuando se inició el movimiento que luego se llamó "Pentecostal". Ahora bien, al referirme a esta denominación, no quiero decir que todos los llamados pentecostales de nuestros días están en tan confusa situación, aunque no puedan explicar bíblicamente el factor "lenguas". Cuando se inició este movimiento a finales del siglo XIX, los evangélicos ni siquiera lo reconocían como parte de la iglesia evangélica. Eran vistos de la misma forma como hoy vemos a los testigos de Jehová, a los mormones, ciencia cristiana, etc. Pero con el correr de los años, tanto el pentecostalismo como las iglesias evangélicas cambiaron - unos empeoraron y otros mejoraron un poco - y así la confusión respecto a las "lenguas" se hizo total.

Nunca debemos olvidar que las verdaderas "lenguas" sólo eran usadas cuando habían judíos inconversos entre los hermanos de Corinto. Esto fue lo mismo que Pablo dice en su carta: "En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor" (I Cor. 14:21). Es necesario que recordemos que al mencionar Pablo a ''este pueblo", no se refiere a la iglesia, ni a la de Corinto ni a ninguna otra. Tampoco está hablando de los gentiles incrédulos, sino que su referencia tiene que ver con los judíos incrédulos. Según Pablo, ellos sólo debían hablar en idiomas que requerían interpretación si había algún judío presente en la iglesia de Corinto que todavía no fuera salvo. A los corintios jamás se les ocurrió imitar a los ocultistas, la Biblia no dice que gritaban, saltaban, gemían o lloraban, para luego hablar "otra lengua" y rotularla de "angelical" o algo así.

Lo que hoy ocurre nada tiene que ver con lo que Pablo le dice a los corintios. En primer lugar, las llamadas "lenguas" de hoy, niegan la gracia al negar la seguridad de la salvación y la dádiva del Espíritu Santo. Los frecuentes testimonios de personas que supuestamente hablaban "lenguas", pero que en realidad estaban blasfemando a Dios, al Espíritu Santo y burlándose de la Trinidad, es otra prueba del dudoso origen del llamado "don de lenguas". Un pastor amigo mío me contó de un condiscípulo de él en una institución teológica, que luego se hizo miembro de una iglesia pentecostal. En una ocasión mientras le hablaba a unos misioneros en una reunión de misiones, comenzó a hablar "en lenguas". Una dama que estaba sentada escuchándolo, en primera instancia comenzó a reírse, luego se puso pálida y agachó la cabeza, no podía creer lo que este hombre decía. Terminó la reunión y todos los asistentes pensaban que habían estado ante un gran siervo de Dios hablando en la plenitud del Espíritu Santo. La misma dama se le acercó y le saludó en turco, a modo de presentación. Este señor no contestó palabra, se excusó y le hizo saber a su interlocutora que no hablaba turco. Entonces ella le dijo: "¡Pero cómo! ¡Usted acaba de hablar desde el pulpito en perfecto idioma turco!". "¡No puede ser" - contestó el hombre aturdido. "¡Sí!" - afirmó ella. "¿Y qué dije...?" - volvió a preguntar. La dama visiblemente turbada no sabía qué responderle, pero finalmente añadió: "Usted blasfemó a Dios y al Espíritu Santo, y usó palabras tan groseras que yo no podía creer a mis oídos". Obviamente, este hombre hablaba en "lenguas", pero no en todas. Lo que ocurre es que Satanás no es omnisapiente, y no sabía que en ese grupo había una persona que hablaba turco. De haberlo sabido habría usado un idioma diferente.

En Argentina, por allá por el año 1962, las iglesias se estaban preparando para recibir al equipo de Billy Graham para una cruzada en la ciudad de Buenos Aires. Para esto, los cristianos de todo tinte y doctrina, se "unieron" para orar y preparar dicha cruzada. El pastor que me contó ese incidente y que habla el idioma ruso, relató que un grupo de hermanos, entre quienes había algunos pentecostales, se dispusieron a orar. Como en el grupo había algunos hermanos procedentes de Rusia, les era más fácil orar en ruso que en español. Estando de rodillas, cuando le llegó al turno a uno de ellos, comenzó a orar en ruso. El pastor que me contó esto, dijo que a su lado había uno de estos "intérpretes de lenguas", quien comenzó de inmediato a "interpretarlo", hablando verdaderos disparates que nada tenían que ver con la oración del hermano. Mi amigo le dio un codazo y le dijo: "¡Cállate, el hermano está orando en ruso y yo lo entiendo!". El hombre se calló de inmediato. Ésto demuestra "la autenticidad" de estas "lenguas".

En una ciudad del norte de California una hermana me contó recientemente que concurrió a una iglesia de habla totalmente rusa, de nuevos inmigrantes. Le pareció interesante conocer a esas personas. Un individuo de habla inglesa, estaba predicando con intérprete. Repentinamente comenzó a "hablar en lenguas". Por lo visto no pensó que alguien entendería el español, porque habló unas cuantas palabras en español y luego dio gracias a Dios por "hablar en lenguas". Aparentemente, nadie se percató del fraude, pero esta hermana decidió al salir, hablarle en perfecto español. Al notar que le hablaba sin acento, ya que es mi propia hermana, y que no tenia apariencia de hispana, el hombre no sabía en qué dirección enfocar su mirada.

De estos fraudes hay par-a gruesos volúmenes. Sin embargo, es virtualmente imposible persuadir de ello a quienes han tenido la experiencia de "hablar en lenguas..." El argumento es siempre el mismo: "Yo tengo la experiencia y tú no. No puedes hablar de esto, porque tú no tienes la experiencia que yo sí tengo". Unos hermanos en México me contaron este último incidente: En una iglesia bautista apareció un hermano muy "entusiasta", y tan pronto tuvo la oportunidad, guitarra en mano comenzó a animar y a cantar con los hermanos. En realidad, la iglesia no contaba con una estrella tan brillante ... Pero luego de sus canciones tipo "merienda", sin contenido en su lírica y de mucha repetición y autoexaltación, este dotado hermano, comenzó a hablar "en lenguas".

Queriendo salvar un elemento "tan bueno", el pastor pensó que era mejor no hacer ningún comentario, ya que consideraba que con el tiempo, como la iglesia no enseñaba tal cosa, sus lenguas desaparecerían. Mientras meditaba en cómo resolver el asunto sin perder al brillante joven, su pastor ayudante le dijo: "Hermano Pastor, no se aflija, si este joven vuelve a 'hablar en lengua'yo me arreglaré con él". Así ocurrió, el muchacho que disponía de cierta solvencia económica, volvió a cantar y de repente comenzó a "hablar en lenguas angelicales". En eso, el pastor ayudante se puso a su lado y dijo: "Dios me ha dado el don de interpretación. Lo que el hermano está diciendo es que venderá parte de sus bienes y traerá a la iglesia $2.000 dólares". El brillante joven se sentó y nunca más apareció.

Recuerdo que hace unos pocos años, estando en una librería cristiana en la ciudad de San Francisco, un caballero se acercó y me dijo que le gustaría que yo viera un video que enseña cómo hablar "en lenguas". Me dijo que la escuela se encuentra en Canadá, y que ellos (incluyéndose a sí mismo) ofrecían seminarios en la ciudad de Oakland sobre el mismo tema y que me invitaba para que participara. Lamento haber declinado tan generosa oferta, ya que si tuviera dicho video o hubiera asistido a los seminarios, habría dispuesto de mucho material para compartir con mis lectores. ¿Puede imaginarse usted a los apóstoles creando "seminarios para hablar en lenguas". Hay una pregunta que no podemos evitar: ¿Por qué tienen tanto interés en "las lenguas"? Creo que existen dos razones fundamentales: En primer lugar porque la característica principal del enano espiritual, es su total carencia de fe. No puede creer, a menos que sienta algo, le pase algo, visualice o sueñe algo, y cuánto más sobrenatural parezca, tanto mejor. La segunda razón es la falta absoluta de comprensión de las doctrinas bíblicas. Esta confusión no sólo se limita a "las lenguas", sino también al nuevo nacimiento, la seguridad de la salvación, el perdón de Dios, la resurrección de los muertos, etc.

Estos vientos fraudulentos están soplando ahora a gran velocidad, penetrando en todas las iglesias, copando medios de divulgación como la radio y la televisión con sus mensajes inspirados. Es raro que alguien cuestione esas "lenguas angelicales" y esos "mensajes frescos" que los "profetas" de nuestro día reciben.

Algo muy parecido había ocurrido ya en Corinto. Los cristianos carnales de esa iglesia, envidiándose mutuamente los dones y anhelando algo espectacular y llamativo, estaban usando el don como un distintivo espiritual delante de sus hermanos. Pretendían hablarle a Dios, en lugar de hablarle a los hombres, a los israelitas. Ellos consideraban que podían decir: "Mira, he llegado a un nivel espiritual tan alto que puedo hablar misterios al Eterno". Lo que en realida ocurría era que esta práctica procedía del paganismo antiguo. Pablo es tajante cuando dice: "Así tambié vosotros, si por la lengua no diereis palabra bie comprensible ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire" (I Cor. 14:9).

Hay que dejar claro que esta tendencia de "infladera" de los hermanos carnales es algo inevitable. Lo verdaderamente trágico es sacrificar doctrinas tan serias como lo es el don de la gracia divina a fin de poder seguir luciendo una pretendida espiritualida gracias a "las lenguas".

Finalmente, permítame decirle lo siguiente respecto a las lenguas:

1 Si es don, no se recibe pidiendo, y si alguien recibe pidiendo, puede estar seguro que no el producto del Espíritu Santo, porque Dios no se contradice.

2. Cualquiera que ha hablado "en lenguas" despué del año 70 de nuestra era, puede estar seguro que su origen no es divino.

3. Si habla en lenguas no habiendo ningún judío incrédulo en el servicio su "lengua" no proviene de Dios.

4 Si habla lengua no habiendo intérprete, no es de Dios.

5 Si usted es mujer y habla "en lenguas", tenga por cierto que no es de Dios, porque Pablo dice en el mismo capítulo de las lenguas, "Vuestras mujen callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice" (I Cor. 14:34).

6. Si su "don de lenguas" es predicar la Palabra de Dios en cualquier idioma que no sea el hebreo, siga adelante hermano o hermana, siga "hablando esa lengua y permita que muchos pecadores se conviertan".

7. Si habla algo que ni usted mismo entiende, cuídese mucho, porque bien puede ser un espíritu de confusión el que lo domina. El Señor, en su gran comisión, mandó a sus discípulos para que predicaran, hicieran discípulos y les enseñaran todo cuánto él les había dicho.

Los que hablaron "en lenguas" allá en Corinto, siempre entendían lo que decían, aunque a veces sus oyentes no los comprendían, por lo cual Pablo insistía en que hablaran con un intérprete. "Si habla álguno en lengua extraña, sea esto por dos alo más tres y por turno; y uno interprete. Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios" (I Cor. 14:27,28).

No hay en esto ningún misterio. La lenguas de que nos habla la Biblia, tanto en el libro de Hechos, como en el capítulo 14 de la primera epístola a los Corintios, no eran otra cosa que el mensaje del evangelio trasmitido por gentiles en idiomas de gentiles, como señal para los judíos.

Lo que pocos cristianos saben, es que la palabra "glossa"en la Biblia significa simplemente idioma. En la traducción del Antiguo Testamento, llamada Septuaginta, esta palabra está citada alrededor de 30 veces y siempre quiere decir idioma.

En el capítulo 2 de Hechos, versículo 8, cuando la gente quedó sorprendida por oír el Evangelio en el idioma que ellos habían nacido, la palabra original que se usa es "dialektos", de donde viene nuestro vocablo "dialecto". Usted sabe que el idioma académico es una cosa y a veces el dialecto es algo que identifica aún más a los pueblos que lo hablan. ¡Éste era el caso de las "lenguas" en el Nuevo Testamento! Ellos no solamente hablaban idiomas bien comprensibles, sino que a veces hasta usaban giros que correspondían a cierta región y que todos entendían muy bien.

Esta misma forma de idioma se usa también en los otros casos del libro de Hechos ya mencionados y en el capítulo 14 de la Primera Epístola a los Corintios. Tal como ya dijera, en I Corintios 14:21, se indica que las lenguas eran un idioma, diferente al hebreo que era un lenguaje puro (Sof. 3:9), en el que Dios siempre se comunicaba con su pueblo. Dios lo hizo así para que los judíos tuviesen una señal más de que ellos eran los únicos culpables por haber rechazado al Mesías.

Algo más que conviene que recordemos, es que en todo el libro de Hechos, el término griego "gossa", siempre aparece en forma plural, indicando más de un idioma, tal como ocurría con nuestros hermanos de la iglesia primitiva, ya que había pecadores que hablaban múltiples idiomas y así ellos podían usar las lenguas para hacer proselitismo. ¡Éste hecho en sí era el cumplimiento de Isaías 28:11!

Ya para concluir y para ilustrar mejor la cuestión de las lenguas, permítame citar una porción del libro Caos carismático, escrito por John F MacArthur, Jr. Dice: "La metodología subjetiva histórica del Pentecostalismo comenzó a principios de 1900. Los historiadores carismáticos trazan el origen de su movimiento moderno hasta el pequeño Instituto Bíblico de Topeka, Kansas, dirigido por Charles Fox Parham. El señor Parham era miembro del movimiento de santidad, el que enseña la santificación completa y el estado espiritual sin pecado en una vida perfecta que se obtiene a través del cárismatismo en una segunda 'bendición' que constituye una experiencia dramática de transformación después de la salvación. Parham era un promotor entusiasta de la sanidad por la fe. Después de una experiencia de la que supuestamente fue sanado de una enfermedad grave del corazón, descartó toda la medicina, canceló sus seguros y rehusó toda clase de tratamiento médico por el resto de su vida, Parham fundó el Instituto Bíblico Bethel en 1900, pero la escuela fue suspendida después de un año. No obstante lo que pasó en Bethel en 1901, ha extendido sus ramificaciones durante todo el siglo XX".


 

Capítulo XVII
Las lenguas y la blasfemia

Ya hemos narrado varios incidentes en los que algunos individuos como que hablaban "en lenguas", cuando en realidad lo que estaban haciendo, aunque en ocasiones ni siquiera sabían, era hablar un idioma que sus escuchas no entendían, pero que generalmente era grosero y blasfemo.

Lo triste es que esta blasfemia va mucho más allá. Por eso a continuación permítame compartir con usted las enseñanzas de varios hombres contemporáneos de Estados Unidos, muy conocidos por sus programas de radio y televisión. Usted mismo tendrá que juzgar y sacar conclusiones. Porque si estos hombres, todos los cuales hablan lenguas, verdaderamente están en un sitial privilegiado, ¿cómo se explica entonces que hablen tantas herejías en forma tan descarada y que sus escuchas y colaboradores no se den cuenta de ello? ¿Qué fuerza es esa? ¿Con qué poder actúan? Todo cuanto diré está debidamente documentado, de modo que no tendrá que leer gruesos volúmenes para comprobar la veracidad de estos testimonios.

Existe un libro en inglés titulado Christianity in Crisis [Cristianismo en Crisis], escrito por Hanck Henegraff, de donde tomé algunas citas que fueron arregladas en la forma de un cuento, para que el lector pueda comprobar por sí mismo lo que estos maestros modernos enseñan. Creo que es correcto, honesto y cristiano, alertar a tanta gente, que desconociendo a fondo algunas doctrinas bíblicas, son engañadas gracias a la habilidad que tienen estos hombres para manipular las masas, engañándolas con promesas que no existen en la Biblia.

"Había una vez hace mucho tiempo, un planeta distante. Allí vivía un Dios bueno. Este Dios era muy parecido a usted y a mí- un ser de un metro con 88 centímetros de altura, unas 200 libras de peso y una mano de unos 23 centímetros de palmo1

"La sabiduría y el poder de Dios eran tan grandes, que podía visualizar imágenes hermosas y luego convertirlas en realidad,2 utilizando un poder especial llamado la fuerza de la fe3 decidió crear un entero nuevo mundo4. Esto no iba a ser simplemente un mundo; iba a ser el mundo más fantástico imaginable. De hecho, este mundo llegaría a ser tan maravilloso que sería un duplicado exacto del Planeta Madre en que Dios vivías5

"Después de visualizar cuidadosamente cada detalle de este mundo maravilloso, Dios entró en acción. Liberando la fuerza de su fe como un torbellino, Dios habló e hizo que existiera el planeta que había visto con los ojos de su mente.6 Dios estaba emocionado Mirando abajo con ternura hacía esta clásica nueva creación. El llamó al planeta Tierra.

"Pero esto era sólo el principio. Súbitamente una hueste de nuevas ideas brillantes comenzaron a inundar la conciencia creativa de Dios. Comenzó a visualizar vastos océanos y fuentes con aguas abundantes. Vio montañas magníficas y campos fértiles. Su mente produjo destellos de tormentas y relámpagos. Plantas, flores y árboles brillaron en rápida sucesión a través de sus pensamientos. Dios comenzó a visualizar la vida colmada con pájaros hermosos y criaturas de diferente tamaño y forma.

"Pese a todo había mucho más por venir, por que después de cinco días de visualización vivida, la mente de Dios se movilizó a otra dimensión. En el día sexto, en el ojo de su mente, Dios vio la joya que coronaría su creación. Conforme los detalles se juntaban en su conciencia, Dios súbitamente se encontró con su mente centrada en un duplicado exacto de sí mismo7

"Fue así como Dios habló y súbitamente en medio del prístino suelo del planeta Tierra surgió otro dios - un dios deletreado con una 'd' minúsculo, pero no obstante un dios.8 Conforme la imagen de este pequeño dios9 tomaba forma. Dios vio que se había superado a sí mismo. Porque allí, ante sus ojos, estaba otro dios - con un cuerpo igual al suyo, incluyendo tamaño y forma l0

"¡Dios finalmente lo había hecho! Él pensó lo impensable, y por su Palabra de fe había creado una criatura que no estaba subordinada incluso ni a sí misma.11

"Dios por ahora estaba contento tenía un colega cuya naturaleza era idéntica a la suya propia - un dios que podía pensar como él, ser como él y hacer casi (pero no completamente) todo lo que él podía hacer. Dios llamó 'Adán' a su copia al carbón y le dio completo dominio y autoridad sobre toda la creación.12 Esta criatura tenía tanto poder que su Creador no podía hacer nada en el reino de la tierra sin primero obtener su permiso.13

"¡Adán era verdaderamente una super-criatura! Podía volar como los pájaros y nadar bajo el agua como un pez. Y eso no era todo. Incluso, sin traje espacial. Adán podía volar a través del universo. ¡De hecho, con un simple pensamiento podía transportarse a la luna!14

"A pesar de todo, incluso después de crear una super-criatura como Adán, Dios no estaba completamente satisfecho. Él sabía de alguna forma, que faltaba una pieza en este rompecabezas. Así queponiendo su mente en acción. Dios tuvo una vez más una idea cósmica genial.

"En un destello comenzó a darse cuenta Adán estalla hecho a su propia imagen, por lo tanto es obvio que debía ser tan mujer como él mismo era hombre. Así que, ¿por qué no separ la parte masculina de la femenina?. No dispuesto desperdiciar un solo momento, ¡Dios entró en acción! Haciendo caer a Adán en un sueño profundo, Dios le abrió, le removió la parte femenina de la masculina e hizo un ser de una belleza sobrepujadora. Hizo a la mujer - un hombre con un vientre y le llamó a este hombre con vientre 'Eva' 15

"Pero en esta ocasión Dios había ido demasiado lejos, porque había creado las propias criaturas que un día lo expulsarían del nuevo planeta que él había creado. Por increíble que pueda parecer, estas super-críaturas un día se volverían contra su propio Creador y lo relegarían a la condición de la mayor falla de todos los tíempos.

"Verá usted, mucho antes que Dios hubiera visualizado el planeta Tierra en existencia, él también había creado otro mundo colmado de seres llamados ángeles. Uno de tales ángeles era un ser soberbia belleza y brillantez llamado Lucero, 'LaEstrella de la Mañana'.

"Lucero tenía grandes ambiciones. De hecho deseaba tomar control de todo lo que Dios había creado; anhelaba llegar a ser exactamente con el Altísimo. Lucero trató de vencer a Dios con el poder de las palabras, pero acabó perdiendo.16 Debido a su traición, Lucero fue expulsado del cielo y se le dio el nuevo nombre de 'Satanás' el engañador,

"Arrojado del Planeta Madre en donde Dios vivía Satanás aterrizó en la réplica que Dios había creado cuando habló. Estaba en el planeta Tierra, en donde Adán y Eva vivirían un día. Allí se dispuso a esperar por la oportunidad de las edades, la ocasión de hacerse Dios.

"Y luego un día, la oportunidad llegó a su puerta, No mucho después que Adán y Eva fueran creados, Satanás los espiaba mientras ellos se encontraban desnudos en medio del huerto del Edén".

"Satanás instantáneamente se transformó en una serpiente y astutamente engañó a los dos dioses pequeños para que cometieran una traición cósmica. Por el precio de una manzana. Adán y Eva le vendieron su divinidad a Satanás. Y el Diablo a través de Adán, se convirtió en el dios de este mundo.17

"Lástima, no sólo Adán y Eva perdieron su naturaleza como dioses, sino que se les infundió la propia naturaleza de Satanás.18 Adán se había convertido en la primera persona en experimentar un nuevo nacimiento; 'nació' con la naturaleza de Dios y 'nació de nuevo' con la naturaleza de Satanás.19

"En un instante deslumbrador, el primer hombre y mujer fueron transformados de divinos a demoniacos, llegando a ser susceptibles al pecado, enfermedad, sufrimiento -y lo más importante, quedaron muertos espiritualmente. De hecho, el cuerpo de Eva (que fuera diseñado originalmente para dar a luz por un costado) pasó por una transformación radical. Desdé ese momento en adelante, ella y su descendencia femenina darían a luz hijos desde la región inferior de su anatomía.20

"En ese momento fatal, a Adán y a Eva se les cerró la puerta del Edén y Dios fue expulsado de la tierra. Satanás ahora tenía derechos legales sobre la tierra y sobre todos sus habitantes,21 y Dios quedó afuera buscando desesperadamente un camino para volver a entrar.22

"Dios, en un destello, se había convertido en la falla más grande de todos los tiempos. No sólo había perdido su ángel en la posición más importante, al igual que por lo menos un tercio de sus otros ángeles, ¡sino que ahora también había perdido al primer hombre, la primera mujer y la tierra y toda su plenitud! 23

"Pero Dios todavía no estaba dispuesto a tirar la toalla. Reconociendo que necesitaba la invitación del hombre para regresar a la tierra, Dios inmediatamente se dispuso a trabajar. Después de miles años finalmente encontró a un hombre llamado Abraham, quien se tragó el anzuelo y se convirtió en el vehículo a través del cual, si tenía suerte, podría un día recuperar el mundo que había perdido.24

"A través de Abraham finalmente vendría un segundo Adán, y si todo iba de acuerdo con el plan, le devolvería al hombre su divinidad y a Dios la buena tierra.

"Abraham pudo muy bien haberle dicho a Dios 'que se fuera'.25 En lugar de eso, decidió hacer un pacto con Dios. De hecho, Dios y Abraham se convirtieron en hermanos de sangre.26 Ellos forjaron un pacto que le daría a Abraham salud y riqueza, y le devolvería a Dios una posición firme en el mundo que había creado.27 El plan de Dios era hacer de Abraham el padre de todas las naciones y producir a través de su simiente otro Adán que volvería a ganar la pista de carrera que perdiera el primer Adán.

"Manteniendo su Palabra, Dios hizo a Abraham, muy, pero muy rico. Luego, una vez más, procedió a visualizar. En la mente de Dios apareció en forma acelerada un Adán perfectamente nuevo - un hombre que un día lo restauraría a su lugar de legítimo propietario en el universo y quien expulsaría para siempre del reino a su archírríval, Satanás.

"¡Y entonces ocurrió! Un día la imagen de este Salvador se hizo realidad en la mente de Dios. Sin vacilar, Dios comenzó a hablar y a crear el cuadro del Redentor que había pintado sobre el lienzo de su concienciad Emocionado, Dios confesó positivamente, '¡El Mesías está llegando, el Mesías está llegando! 29

"Cuando el Espíritu de Dios se posó desde lo alto sobre una joven mujer llamada María, la confesión comenzó a tomar forma ante sus propios ojos.30 La Palabra hablada se convirtió en piernas, brazos, ojos y cabello. Y luego súbitamente emergió allí el cuerpo del segundo Adán.31

"El segundo Adán fue llamado Jesús. Como descendiente de Abraham, Jesús fue rico y próspero. Vivía en una gran casa, 32 manejaba mucho dinero33 e incluso usaba ropas a la medida.34 De hecho, Jesús era tan rico que necesitaba un tesorero para que mantuviera registro de todo su dinero.35

"Jesús, quien era un as para hablar y hacer que ocurrieran cosas,36 le mostró a sus discípulos cómo convertirse en expertos en el arte de la confesión positiva.37 De tal manera que ellos también disfrutaron de salud y riqueza ilimitada. Algunos de sus seguidores lo aprendieron tan bien que se hicieron ricos más allá de cualquier comprensión. El apóstol Pablo, por ejemplo, tenía tanto dinero que los oficiales del gobierno, procuraban fervientemente de que él tratará de sobornarlos. 38

"Jesús también venció cada truco y tentación que Satanás pudiera ponerle en su camino. A pesar de que nunca aseguró ser Dios, Jesús tuvo éxito en vivir una vida perfecta y sin pecado.39 Cuando todo fue dicho y hecho, Jesús pasó la prueba en la que el primer Adán había fallado.

"Y luego, en la plenitud de su vida, Jesús entró en un huerto, un huerto muy parecido al Edén, en donde el primer Adán había perdido su divinidad. En este huerto llamado Getsemaní, Jesús avanzó hacia las etapas finales de un proceso que lo transformaría de un hombre inmortal a un ser satánico,40 y que en cambio recrearía a los hombres como pequeños dióses".41

A primera vista es probable que usted no crea que tales fábulas son enseñadas en la actualidad por los "predicadores" más famosos mundialmente, tanto por radio como por televisión, quienes además cuentan con millones de seguidores. Lo verdaderamente trágico es que la mayoría de los hermanos no logran detectar tanta herejía y siguen colaborando con estos "predicadores", leyendo sus libros y asistiendo a sus seminarios y conferencias. Todos ellos hablan lenguas, ya que a juzgar por sus propias enseñanzas están llenos del Espíritu Santo. "Este Dios era muy parecido a usted y a mí - un ser de un metro con 88 centímetros de altura y uncas 200 libras de peso y una mano de unos 23 centímetros de palmo ... La sabiduría y el poder de Dios eran tan grandes, que podía visualizar imágenes hermosas y luego convertirlas en realidad". Pero ... ¿Es esto lo que enseña la Biblia acerca de Dios? ¿Necesita Dios visualizar las cosas para crearlas?

Según estos nuevos maestros, Dios usó el poder de su mente, dijo esa palabra mágica y las cosas aparecieron. Hay en sus enseñanzas algo de panteísmo - es decir la enseñanza de que todo es Dios y Dios está en todo, de paganismo, superstición y autoendiosamiento. En otras palabras, usted y yo, todos podemos hacer exactamente lo mismo que Dios hizo, y no es necesario que midamos un metro con 88 centímetros de estatura, ni pesemos 200 libras. Adán y Eva eran "dos dioses pequeños" fallaron por el "precio de una manzana y vendieron su divinidad a Satanás". La Biblia nos dice que Adán y Eva eran criaturas de Dios y que nunca fueron ni serán dioses.

Según estas enseñanzas, Dios "procedió a visualizar ... un Adán perfectamente nuevo [a Jesús]". También nos dicen estos "maestros" que Dios "Comenzó a visualizar vastos océanos y fuentes con aguas abundantes... Su mente produjo destellos de tormentas y relámpagos". ¿Será cierto que en un tiempo Adán, "Podía volar como los pájaros y nadar bajo el agua como un pez"? Es probable que estas personas nunca hayan leído los tres primeros capítulos del Génesis.

Paúl Yonggi Cho, pastor de la iglesia más numerosa de Seúl, Corea, asegura haber recibido su llamado para predicar del propio Señor Jesucristo, quien supuestamente se le apareció vestido como un bombero. Cho ha empacado sus fórmulas de fe bajo la etiqueta del... "poder de la cuarta dimensión". Este hombre no esconde su vínculo con el ocultismo, argumentando que si los que practican el budismo y yoga pueden alcanzar sus objetivos a través de los poderes de la cuarta dimensión (cuarta dimensión que él mismo explica cómo trabaja), entonces los cristianos pueden lograr mucho más usando los mismos medios. Aunque Yonggi dice que Jesucristo mismo se le apareció, tenemos aquí un serio problema, porque el propio Jesús dijo: "Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor" (Mat. 24:39). El Señor todavía no ha descendido al monte de los Olivos y él fue muy claro al decir, "desde ahora no me veréis ..." Cualquier visión del Señor Jesucristo debe ser analizada a la luz de sus propias declaraciones. "Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos" (Mat. 24:23,24).

A medida que se acerca el rapto de la Iglesia y posteriormente la aparición del Príncipe de este mundo, el Anticristo, sus precursores van en aumento y cada vez con poderes más impresionantes. Un individuo bastante conocido en algunos círculos, llamado Morrís Cerullo. dice:"Usted no está mirando a Morrís Cerullo - está viendo a Dios. Está observando a Jesús". En otra ocasión.Cerullo aseguró que Dios estaba dirigiéndolo para que dijera: "Entréguenme sus billeteras, dice Dios, y permitan que sea el Señor de su dinero ... Sí, sean obedientes a mi voz". Espero que sus seguidores esta vez no le hayan entregado su dinero. Estos ladrones y traficantes de almas son tan descarados que cuando uno los escucha no puede creer lo que dicen o lo que escriben.

Oiga lo que siguen diciendo estos profetas modernos: "Sin embargo, poco sabía Satanás que la burla final sería para él. Porque así como Adán había caído por la trampa de Satanás en Edén, ahora Satanás ha bia caído por la trampa de Dios en el infierno". Esto lo dijo Kenneth Copeland, y se encuentra en el lado 2 del audio-casete #02-0017, titulado, Qué ocurrió desde la cruz hasta el trono. De acuerdo con este tipo de enseñanza. Dios es un tramposo, que arma trampas disputándose-con Satanás para ver quién obtiene el primer lugar y hace caer al otro. Esto se parece más a la mitología griega o a la mitología de los pueblos antiguos, es muy similar a las enseñanzas de los mayas, aztecas y otros pueblos indígenas. Estos hombres además son blasfemos, porque habiendo conocido la Palabra de Dios, deberían saber muy bien quién es Cristo y quién es Dios.

Permítame compartir con usted, otras de sus enseñanzas:

"Verá usted. Satanás técnicamente lo había desacreditado. Él había arrastrado a Jesús ilegalmente hasta el infierno.42 Satanás había olvidado por completo considerar que Jesús en realidad nunca había pecado. Que Jesús simplemente se había hecho pecado como resultado de los pecados de otros. Lástima, Satanás y su hueste de demonios habían torturado al extenuado, derramado, pequeño y carcomido espíritu de Cristo sin derechos legales.43

"Esta fue exactamente la apertura que Dios había estado esperando. Capturando el momento, Dios habló, su fe colmó las palabras hasta las entrañas de la tierra. Súbitamente, el espíritu quebrantado, naufragado hasta la muerte, comenzó a recobrarse y a regresar a la vida. Él comenzó a lucir como algo que el Diablo no habla visto nunca antes. 44

"Allí, en la siniestra presencia del propio diabólico, Jesús comenzó a flexionar sus músculos espirituales. Cuando una horda de demonios plañideros le miraban. Jesús valpuleó al Diablo en el propio patío de su casa. Le arrebató las llaves a Satanás y emergió del infierno como un hombre nacido de nuevo.45

"Dios había dado el golpe maestro de las edades. No sólo había despojado a Satanás de su señorío usando a Jesús como carnada, sino que también había atrapado a Satanás en una tecnicidad, a través de la cual Jesús pudo nacer nuevamente.

"Pero eso no es todo. Gracias a que Jesús fue vuelto a crear desde un ser satánico hasta una encamación de Dios, usted también puede llegar a convertirse en una encarnación - ¡tan igual a la encamación de Jesucristo de Nazaret!46 Y como una encarnación de Dios, usted puede tener salud ilimitada y riqueza ilimitada - un palacio como el de Taj Mahal con un Rolls Royce en la entrada de su garaje.47 ¡Usted es un pequeño Mesías circulando por la tierra! 48

"Todo lo que se requiere es reconocer su propia divinidad. Usted puede ponerle los arneses a la fuerza de la fe. Nunca más tendrá que orar, 'Que se haga tu voluntad.49 En lugar de eso su Palabra es mandamiento de Dios.50 Usando su lengua para liberar la fuerza de la fe, usted puede hablar cualquier cosa que desee que se haga realidad".51

¿Se imagina usted a un predicador diciendo que Jesús fue vuelto a crear, desde un ser satánico hasta una encarnación de Dios? El señor Hagin dice, que puesto que esto sucedió, "Usted también puede convertirse en una encarnación ¿tan igual como la encarnación de Jesucristo!". ¿No le recuerda esta predicación al comienzo de la historia? ¿Recuerda quién fue el primero que predicó este "sermón" sobre la oportunidad de que el hombre podía ser su propio dios? ¡El autor de esta enseñanza es Satanás! Así que si algún predicador nos dice que su mensaje es bíblico, tendremos que admitirlo, ya que la Biblia nos dice: "Entonces la serpiente [Satanás] dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal" (Gen. 3:4,5).

Los predicadores de hoy ofrecen salud a todo aquel que la desee, dinero, alegría o gozo en abundancia. Aseguran que "Pablo era muy rico", que "De hecho, Jesús era tan rico que necesitaba un tesorero [a Judas Iscariote] para que mantuviera registro de todo su dinero". Nos dicen: "Y como una encarnación de Dios, usted puede tener salud ilimitada y riqueza ilimitada - un palacio como el de Taj Mahal con un Rolls Royce en la entrada de su garaje".

Usted sabe lo que dijo Jesús en cuanto a sus riquezas: "Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza" (Luc. 9:57,58).

Sí, es cierto, Jesús siendo el Rey de reyes y Señor de señores, dejó toda su gloria celestial y se hizo hombre, jamás acumuló bienes materiales aquí en la tierra, vivió dependiendo de aquellos que lo recibían en sus casas. Nunca le ofreció salario a sus discípulos, sino que dijo que las zorras y las aves tenían más que él porque poseían guaridas y nidos donde guarecerse, mientras que él no tenía siquiera donde recostar su cabeza. Nada poseía en la tierra. Jesús en realidad nació en un establo prestado; pidió panes y peces prestados para multiplicarlos y alimentar a las multitudes; solicitó una moneda prestada para ilustrar una enseñanza; entró a Jerusalén, para que se cumpliese la Escritura, cabalgando sobre una asna prestada; celebró la última Pascua y estableció la cena conmemorativa en una habitación prestada, en el aposento alto; murió clavado de una cruz que tampoco era suya, pues pertenecía a Barrabás y su cuerpo fue colocado en una tumba también prestada Pero ... ¿Qué en cuanto a Pablo? ¿Es cierto que Pablo era tan rico que los gobernantes y jueces esperaban que los sobornara y les diera mucho dinero? Dejemos que él mismo nos diga algo sobre su situación: "Como entristecidos mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo" (II Cor, 6:10). "Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos" (II Cor. 8:9).

Sin duda alguna el gran día del juicio se acerca y pronto estos hombres comparecerán ante el trono blanco para el juicio, cuando Dios cite a todo el mundo, incluyendo a los muertos de todos los tiempos, aquellos que no quisieron arrepentirse, lo mismo que aquellos que han servido de tropiezo y escándalo para millones de incautos que cayeron en sus redes.

Tanto los apóstoles como el propio Señor Jesucristo, no poseían nada, excepto la dádiva de la vida eterna para que el pecador pudiera ser salvo. Como dijo el profeta por inspiración divina: "Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin? ... Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz, y no hay paz" (Jer, 5:30,31 y 6:13, 14).

Estos predicadores de ese "otro evangelio" (Gal. 1:8), nos hablan de "vientos refrescantes de avivamiento" de "la visita especial del Espíritu Santo", de "vientos de sanidades por doquiera", "cruzadas de manifestaciones divinas", "milagros", "prodigios", etc. Últimamente también hay manifestaciones del "espíritu de carcajadas" y hasta se usa el poder de la mente para visualizar a Jesús. El Señor Jesucristo dijo: "Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun los escogidos" (Mat. 24:24),

Mientras la iglesia está aquí, los cañones del engaño apuntan hacia ella. Satanás quiere neutralizarla y arrastrarla a la adulteración del Evangelio. Pero cuando la Iglesia sea levantada de súbito en el rapto, entonces el enemigo dirigirá los cañones del engaño hacia "los escogidos", hacia el remanente de Israel que finalmente se salvará cuando el Señor regrese en su gloria, con su iglesia y los santos ángeles.

Estamos ya en la "cuenta regresiva" y el día tan largamente esperado pronto llegará. Sí, hay vientos que soplan, vientos de apostasía, vientos de hechicería disfrazados de poder divino, vientos de mitología, de blasfemia, soberbia, adulterio espiritual, engaño, seducción, vientos que anuncian el justo juicio de Dios que será derramado sobre todos esos profetas de Baal que mantienen cautivos a millones como borregos para el matadero.

(1) Kenneth Copeland, audio-casete # 06-0601, lado 1, grabado en 1985).

(2) Charles Capps, página 19, La sustancia de la fe, Harrison House, 1990.

(3) Kenneth Copeland, página 19, La fuerza de la fe, publicado en 1989.

(4) Jerry Savelle, capítulo 5, página 68.

(5) Kenneth Copeland, audio cásete #01-3001, lado 1, grabado en 1985).

(6) Charles Capps, Dinámicas de la fe y confesión, Harrison House, 1987, páginas 28-29.

(7) Charles Capps, Autoridad en tres mundos Harrison House, 1982, páginas 15-16.

(8) Paúl Crouch, programa Gloria a Dios, cadena de televisión TBN, 5 de febrero de 1986.

(9) Paúl Crouch, programa Gloria a Dios, cadena de televisión TBN, 7 de julio de 1986.

(10) Kenneth Copeland, Santa Biblia: Edición de Referencia de Kenneth Copeland, 1991, página 45.

(11) Kenneth Copeland, Siguiendo la fe de Abraham, lado 1.

(12) Kenneth Hagin, La autoridad del creyente, 2a edición, Tulsa, OK, 1991, página 19.

(14) Frederick K.C. Price, La fe siempre creciente, programa en la cadena de televisión TBN, 11 de mayo de 1992, audio cásete # PR11.

(14) Benny Hinn, programa Gloria a Dios, cadena de televisión TBN, 26 de diciembre de 1991.

(15) Kenneth Copeland, Sensitividad del corazón, KCP Publications, 1984, página 23.

(16) Kenneth Copeland, El poder de la lengua, KCP Publications, 1980, páginas 6-7.

(17) Kenneth Hagin, La autoridad del creyente página 19.

(18) Kenneth E. Hagin, Cómo obtuvo Jesús su nombre, audio-casete # 44H01, lado 2.

(19) E. W. Kenyon, El Padre y su familia, 17a edición, Kenyon's Gospel Publishing Society, 1964, página 48.

(20) Benny Hinn, Nuestra posición en Cristo #5 - Una heredera de Dios, 1990, audio-casete #A031190-5, lado 2.

(21) E. W. Kenyon, El Padre y su familia, páginas 38-390.

(22) Kennelh Copeland, El pacto de Dios con el hombre 11, audio-casete #01-4404, lado 1.

(23) Kenneth Copeland, programa en TBN, abril de 1988.

(24) Frederick K. C. Price, La fe siempre creciente, programa en TBN, 11 de mayo de 1992, audio-casete #PRIl.

(25) Kenneth Copeland.

(26) E. W. Kenyon, El pacto de sangre, Kenyon's Gospel Publishing Society, 1969, páginas 14 y 16).

(27) Charles Capps, Autoridad en tres mundos, páginas 60 y 61.

(28) Kenneth Copeland, El poder de la lengua, página 9.

(29) Kenneth Copeland, El poder de la lengua, páginas 9 y 10.

(30) Kenneth Copeland, El pacto Abrahámico, audio-casete #01-4405, lado 2.

(31) Benny Hinn, La revelación de Jesús, 1991, video-casete #TV-292.

(32) John Avanzini, Voz de la victoria del creyente, programa en TBN, 20 de enero de 1991.

(33) John Avanzini, programa Gloria a Dios, en TBN, 15 de septiembre de 1988.

(34) John Avanzini, Voz de la victoria del creyente, programa en TBN, 20 de enero de 1991.

(35) Frederick K. C. Price, La fe siempre creciente, programa en TBN, 23 de noviembre de 1990.

(36) Kenneth Hagin, Teniendo fe en su fe, 1988.

(37) Charles Capps, Autoridad en tres mundos, páginas 258 y 59.

(38) JohnAvanzini, Voz de la victoria del creyente, programa en TBN, 20 de enero de 1991.

(39) Kenneth Copeland, Tome tiempo para orar. La voz de la victoria del creyente, febrero de 1987.

(40) E. W. Kenyon, Qué ocurrió desde la Cruz hasta el Trono Kenyon's Gospel, Publishing Society, 1969, páginas 20, 23, 44 y 45.

(41) Benny Hinn, Nuestra posición en Cristo # 2 - el Verbo hecho carne, 1991, audio-casete #A031190-2, lado 2.

(42) Charles Capps, Autoridad en tres mundos, 143.

(44) Kenneth Copeland, Voz de la victoria del creyente, 21 de abril de 1991.

(44) Kenneth Copeland, Voz de la victoria del creyente, septiembre de 1991.

(45) Kenneth Copeland.

(46) Kenneth E. Hagin, El padre y su familia, 100.

(47) Frederick K. C. Price, La fe siempre creciente, programa en TBN, 9 de diciembre de 1990.

(48) Benny Hinn, programa en TBN, 6 de noviembre de 1990.

(49) Frederick K. C. Price, La fe siempre creciente, programa en TBN, 16 de noviembre de 1990.

(50) Kenneth Copeland, Nuestro pacto con Dios, KCF Publications, 1987, página 32.

(51) Jerry Savelle.


Capítulo XVIII

Cómo hacer guardia 

"Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día. Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos... Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes ... Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte" (Eze. 2:3-5,7 y 3:17).

El verdadero hijo de Dios, especialmente si es un pastor o misionero, debe mantenerse firme en la verdad, en la sana doctrina, y hablar aunque parezca que nadie le escucha, porque es probable que nos esté sucediendo lo mismo que le ocurrió a Elias, quien pensaba que se había quedado solo y así se lo dijo a Dios. La queja de Elias era esta: "He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado su pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida" (1 Rey. 19:14). Pero... ¿Sabe cuál fue la respuesta de Dios? "Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal y cuyas bocas no lo besaron" (1 Rey. 19:18).

Los cálculos de Elias estaban muy lejos de la realidad. Dios le comunicó que no era el único que había quedado. Había siete mil que seguían siendo fiel a él. Es lo mismo que ocurre hoy en muchas congregaciones numerosas. Es probable que al frente de esa congregación esté un Acab pero muchos de los que escuchan a esos "maestros gurúes", leen su Biblia y en realidad son personas regeneradas.

Si usted es pastor o líder de un grupo de hermanos y responsable por lo que ellos reciben en términos de doctrinas, quisiera compartir con usted lo que considero que debe hacerse para evitar que estos vientos de doctrinas falsas invadan su iglesia. Es necesario estar muy despierto y mantenerse en guardia todo el tiempo, ya que el enemigo es muy astuto.

A continuación permítame enumerarle algunas precauciones sencillas, pero que pueden ser de granbendición,

EVITE EL PASTORADO DE LA MUJER

Hasta el Concilio Vaticano II, por allá por el año 1960, casi no sabía de ninguna mujer "pastora o reverenda". Pero hoy las cosas han cambiado. Muchos cristianos piensan que el movimiento carismático tuvo su origen en la iglesia cristiana, cuando en realidad fue promovido por el Vaticano, justamente fue uno de los asuntos tratados en dicho cónclave para evitar el rápido crecimiento de los "protestantes". El razonamiento entonces fue el siguiente: Perseguir a los cristianos no tenia sentido. Los países comunistas que lo hicieron sólo lograron que hubiera una iglesia más pura a la que se le llamó "iglesia subterránea", especialmente en la ex-Unión Soviética y actualmente todavía en China. Constantino lo descubrió en los albores de la iglesia. Los emperadores que le precedieron eran más bien hostiles hacia la iglesia cristiana, pero Constantino descubrió que cuánto más la perseguía, tanto más proliferaba. Así, que decidió infiltrarse y declarar de un plumazo que su imperio era "cristiano". Es fácil comprender entonces cómo afectó esto a la iglesia. Al principio los hermanos dieron gloria a Dios, ¡porque hasta el emperador se había hecho cristiano! Pero no pasaron muchos días cuando descubrieron el engaño. Así nació la iglesia que se llamó "CATÓLICA, APOSTÓLICA Y ROMANA". Constantino fue el origen .de esta iglesia. mismo - Infiltrarse en la iglesia en los países hispanos parlantes, especialmente en la iglesias pentecostal. Se escogió Hispano América por ser prácticamente lo único que todavía le queda al Vaticano y se eligió el pentecostalismo por dos razones:

  1. Porque son muy agresivos e intrépidos, y
  2. Porque contaban con un elemento muy favorable por un lado la mayoría tiene poco conocimiento doctrinario pero sí mucha confianza en las emociones; mientras que por el otro, practican "el donde lenguas" alegando que dicho don es el sello de la plenitud del Espíritu.

Entonces ... ¿Por qué no "hablar en lenguas" y así "probar" en esta iglesia que uno ya tiene la "plenitud del Espíritu"? La idea no podía ser mejor. Muy pronto, cuando terminó el largo Concilio, todos pudimo; ver a jóvenes de la Acción Católica, guitarra en mano, sentados en las escalinatas de alguna catedral católica, cantando "coritos cristianos", como por ejemplo "Yo tengo un amigo que me ama", "Mi corazón contento está", "No con ejército ni con espada, sino con mi Espíritu", "Allá en el cielo, allá en el cielo", etc. Tras los coritos que cantaban estos ... "nuevos hermanos", algunos curas y monjas comenzaron de repente a "hablar en lenguas", exactamente igual como lo hacían las iglesias pentecostales. El dilema se hizo claro. Si el "hablar en lenguas" era prueba de haber recibido la plenitud del Espíritu Santo, ¿cómo negar que el cura o la monja acababan de ser bautizados con el Espíritu? Se dieron casos de "intercambio de ministros", donde un cura iba a una iglesia evangélica a predicar y el pastor a la iglesia católica, aunque seguramente éste último no sabía cómo oficiar misa. Este coqueteo con Babilonia hizo mucho daño, ya que la mayoría de hermanos no sabía qué hacer, pues sus ministros habían decidido "unirse".

Una de las muchas cosas que aparecieron, fueron las mujeres pastoras, pretendiendo que esto es absolutamente correcto. Nunca explicaron de qué Biblia sacaron esto, pero tal como me dijo cierta vez una hermana que favorecía el pastorado femenino, el apóstol Pablo lo aprobó en el capítulo 3 de Gálatas, cuando dijo: "De manera que la ley ha sido nuestro ayo para llevamos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gal. 3:24-28).

Pero ... ¿Cómo se puede deducir por estas palabras que el pastorado también es para la mujer? "Efectivamente" - dicen algunas señoras - "ya no hay varón ni mujer". Aunque este tipo de interpretación o hermenéutica, es descabellada. Algunos la usan para probar lo que quieren, aunque la Biblia lo prohiba explícitamente. Por supuesto que cualquier persona, incluso sin conocimiento de la Biblia, ni siquiera convertido, sabrá por el contexto, que Pablo aquí no está refiriéndose al pastorado, sino a la eliminación de barreras que permite que tantos judíos como gentiles puedan acercarse libremente a Dios y ser salvos por la fe en la gracia Divina.

Permítame compartir con usted estos dos pasajes de la Escritura en donde están detalladas las credenciales pastorales. "Pero es necesario que el obispo [el pastor] sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en subjeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea .que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo" (I Tim. 3:2-7), "Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos [pastores] en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque es necesario que el obispo [pastor] sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de si mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido ensenada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen"(Ti. 1:5-9).

Al leer estos dos pasajes se nota que el pastorado no es para la mujer, por muy buena cristiana que sea. Por el registro del Antiguo Testamento podemos comprobar que las mujeres tomaban control del pueblo de Israel, siempre que su gente se alejaba de Dios. El Señor amenazaba a su pueblo con las mujeres y los jóvenes. La mujer era símbolo de debilidad y el joven de inexperiencia. Eso fue lo mismo que dijo Dios por boca del profeta Isaías: "Y les pondré Jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores ... Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él" (Is. 3:4,12). ¡Una iglesia que respira "pastorado femenino" no es neotestamentaria y ha abierto sus puertas a la apostasía.

La iglesia debe contar dentro de sus estatutos y principios de fe, con una cláusula que prohiba explícitamente el pastorado femenino. Tengo la impresión de que muy pronto las iglesias bíblicas NO podrán hacerlo. Está llegando el día cuando un "miembro" de algunas de nuestras iglesias podrá demandar fácilmente al pastor o a la iglesia y exigir que se ponga como pastor a un homosexual o a una mujer. Por ahora debemos estar en guardia, para evitar esto. ¿La razón? Simplemente porque la Biblia ni explícita ni implícitamente sugiere el pastorado de la mujer.

¡CUIDADO CON LOS HIMNARIOS Y CORITOS!

Otra señal que debe tenerse en cuenta en una iglesia que va camino a la apostasía es la desaparición de los himnarios, y no sólo esto, sino la supresión de los instrumentos tradicionales que por tantos años han sido de bendición a tantas generaciones, tal como el piano y el órgano. Estos instrumentos han sido cambiados por guitarras, tambores e instrumentos de percusión. "Pero ..." - dirán algunos - "¿qué hay de malo en introducir un poco de jovialidad en los servicios?". Es que no se trata de "Jovialidad", sino de desenfreno. Además, cuando una iglesia está camino a la apostasía, no puede tolerar la lírica de los himnos antiguos.

La gran diferencia entre los himnos y coritos, es que los himnos son el producto de escritores con una sólida vida espiritual, quienes reflejan en la letra que escribieron, las doctrinas bíblicas. Por ejemplo, la gracia divina, la sangre derramada por nuestro Salvador, el perdón de Dios por pura gracia, el arrepentimiento, la conversión, el nuevo nacimiento, el juicio de Dios, etc. Mientras que los coritos hablan de las experiencias personales, del "calor de la presencia de Dios", de estar "siempre gozosos", de cuán "Salvador y sanador es Cristo" y también, que "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy y por los siglos". Se le canta a la abuela, al padre, a la madre, y muy especialmente a a "cosa hermosa que se siente en ese lugar..." Para comprobar lo que le digo, usted no tiene más que tomar uno de estos "cancioneros" de ahora y comparar sus letra con la de algún himnario antiguo.

Cuando en su iglesia se intente introducir alguna de estas "reformas", haga sonar la alarma, no porque haya alguna intención mala en esto, sino que así es como comienza a entrar la carroza de la apostasía. Hay algunos coritos que son muy bíblicos y buenos, su melodía es pegajosa y agradable. No hay nada de malo en cantarlos, pero le aconsejo que no los use en un servicio formal, especialmente en el matutino. En este servició, la gente necesita permanecer en absoluto silencio y escuchar un mensaje cargado de principios bíblicos y del poder divino. Nada mejor que cantar unos cuantos himnos relacionados con el tema del día, y permitir que Dios se válga de estos medios para recibir la porción espiritual y teológica necesaria.

Otro aspecto en cuanto a la música, es que existen en nuestros himnarios algunos himnos, que por su contenido lírico no deberían cantarse jamás. Un ejemplo muy elocuente es el que se titula "La mañana gloriosa". Leamos la letra de este himno y luego vamos a compararla con. lo que dice Dios en su palabra:

"Cuan gloriosa será la mañana, cuando venga Jesús el Salvador;

Las naciones unidas como hermanas, bienvenida daremos al Señor...

Esperamos la mañana gloriosa para dar la bienvenida al Dios de amor.

Donde todo será color de rosa, en la santa fragancia del Señor ..."

Ciertamente, me gustaría mucho que Dios hubiera provisto un plan como el que expresa este himno, pero NO hay tal. Nunca llegará "esa mañana gloriosa, cuando las naciones unidas como hermanas le darán la bienvenida al Señor". Ésto es exactamente lo que predica la Nueva Era. Esta secta tiene un plan muy bien elaborado para crear en la madre Tierra, una supuesta paz duradera, para que todas las naciones del mundo conformen una sola familia, sin ningún tipo de diferencias - nacionales, raciales, sociales o culturales. Una vez lograda esta utopía, la Nueva Era proyecta invitar a Jesús para que ocupe el trono de Jerusalén. Sin embargo, sabemos muy bien que los planes de Dios no funcionan así. Satanás es mentiroso y padre de la mentira. Él sabe que deseamos paz, que queremos acabar para siempre con las guerras e intrigas. Mientras algunos cantan "La mañana gloriosa". Dios nos advierte en la Biblia cómo serán exactamente las cosas.

En primer lugar, la Biblia nos dice que Dios se encargará de trasladar a los redimidos de todos los tiempos y en todo el mundo, en un abrir y cerrar de ojos, a la presencia del Salvador. Este es el primer gran paso que parece estar en turno ahora. "Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada. Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado" (Luc. 17:34-36). Esto que dijera Jesús nunca ocurrió, por eso pienso que él está hablando de ese gran momento que llamamos el arrebatamiento de la Iglesia. Años después, Pablo dijo: "He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados" (I Cor. 15:51,52). Esta declaración del apóstol Pablo es significativa, porque había llegado el momento en los planes de Dios para revelarle algo a un siervo suyo que nadie conocía hasta entonces. Pablo explica que este "misterio", consistía en el hecho de que "no todos dormirán". En otras palabras, no todos los cristianos morirán, porque habrá una generación que no experimentará la muerte física, sino que será transformada en el momento del arrebatamiento. En un momento, "en un abrir y cerrar de ojos", los cristianos muertos resucitarán en cuerpos nuevos glorificados, y los que estén vivos serán transformados. Pablo acababa de recibir esta revelación y se la comunicó a los hermanos de la iglesia más carnal de todos los tiempos, la de Corinto, allá en Grecia. Esto nos indica también que no hay tal cosa como "un rapto parcial", sólo para los espirituales, como enseñan algunos. Pablo le dijo a los hermanos de Corinto, que a pesar de que algunos de ellos tenían una conducta peor que los incrédulos, si el Señor llegaba en sus días para arrebatar a su Iglesia, todos serían transformados. El mismo apóstol le escribió luego a los Tesalonicenses diciendo: "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor" (I Tes. 4:16,17).

Este gran evento conocido como el arrebatamiento de la Iglesia, sucederá en cualquier momento, bien podría tener lugar antes que usted termine de leer esta página. No olvidemos que cuando Jesús habló de este tema, tal como así está registrado en el capítulo 17 de Lucas, mencionó como ejemplo los días de Noé y Lot. Explicó que las condiciones que reinarían en el mundo en los días previos al rapto, serían similares a las condiciones que prevalecieron en los días de estos dos hombres. Dice la Escritura que en el tiempo de Noé predominaba el mal y en los días de Lot la sodomía. Si se detiene a pensar por un instante en lo que lee en los diarios y observa y escucha diariamente por los noticieros de televisión, reconocerá que lo que más abunda en nuestros días es la violencia, el crimen, las drogas y la sodomía. A pesar de todos estos males, la iglesia seguirá existiendo, aunque en una cifra prácticamente insignificante, tal como fuera el número de justos en los dos casos antes mencionados. Jesús además destaca que los hombres estarán comprando, vendiendo, casándose y dándose en casamiento. En otras palabras, la vida seguirá su rutina acostumbrada. Los hombres hasta el último momento estarán divirtiéndose, jugando, concurriendo a eventos olímpicos, salas de teatro, etc.

Cuando la Iglesia que es la luz del mundo y la sal de la tierra, haya partido, el mundo nunca más volverá a ser igual. El mal se agravará de inmediato y no habrá oposición al desenfreno de los hombres. Entonces aparecerá el Anticristo para llenar el vacío dejado por la Iglesia, él tendrá su oportunidad. Para esa época la situación mundial habrá llegado a extremos peligrosos, incluso es muy probable que el mundo esté al borde de un holocausto global. La humanidad entera aclamará al Anticristo como el "salvador". Él aparecerá montado en un "caballo blanco" (Apoc. 6:2), aparentando justicia y victoria, sin dejar traslucir la menor señal de que le siguen otros caballos con sus jinetes; esto es el "caballo bermejo" (sangre), el "caballo negro" (hambruna) y el "caballo amarillo" (muerte) (Apoc. 6:3-8).

Este singular personaje, Satanás encarnado, será recibido como un verdadero "Mesías", incluso engañará hasta los propios judíos. Jesús se refirió a él cuando dijo: "Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis" (Jn. 5:43). Esta es una declaración poco alentadora. Será una decisión suicida para los judíos, pero eso será exactamente lo que sucederá. Ese "otro" que aparecerá inmediatamente después del rapto de la Iglesia, es el Anticristo. Los judíos, lejos de recibir a su Mesías, el Señor Jesucristo, estarán dándole la bienvenida al Anticristo.

Aunque todos los aspectos de la vida del hombre estarán en poder de ese hombre, el aspecto religioso estará a cargo de la Nueva Era, junto con los actuales "predicadores" y sus innumerables seguidores. Entonces, lejos de opacarse las manifestaciones milagrosas, los milagros y prodigios aumentarán en forma increíble. Es probable que se escriban y se publiquen libros, sobre cómo, Dios se encargó de los enemigos de la unidad y los arrojó al infierno.

El gobierno del Anticristo estará basado en la mentira y el engaño. Las multitudes ya casi están listas para ese día. Los políticos nunca habían sido tan mentirosos como ahora. La mentira incluso se ha colocado en los estantes de las librerías "cristianas".

Las Biblias han sido tergiversadas y ampliadas con los textos apócrifos. La mentalidad del hombre está madura para asimilar la gran mentira que está por llegar. El Anticristo en su primera etapa, pretenderá ser un gobernante "bonachón", luego mostrará los dientes y se autoproclamará Mesías de los judíos, pero ellos le rechazarán. De inmediato procederá a organizar una fuerza militar multinacional para invadir a Israel y borrarlo del mapa para siempre. Estando ya todos los ejércitos del mundo listos para el asalto final, ocurrirá algo extraordinario, porque el Señor impedirá que el Anticristo se salga con la suya, aunque dos tercios de los judíos serán exterminados.

A este gran acontecimiento se refiere Dios cuando dice: "Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén ... Después saldrá Jehová [Jesús] y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio ... Y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos" (Zac. 14:2-5). Cuando el Señor Jesucristo esté por regresar a este mundo, "las naciones no estarán unidas como hermanas" para darle la bienvenida, sino que estarán reunidas para impedir que venga. Tal como dice el Salmista: "¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira" (Sal. 2:1-5).

Los cañones de esta fuerza multinacional estarán apuntando a un solo enemigo, al propio Señor Jesucristo que estará llegando con su amada Iglesia, mientras nuestro planeta se hallará sumido en tinieblas. Jesús mismo habló de esto cuando dijo: "E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria" (Mat. 24:29,30). "Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quie al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos" (II Tes.2:7-10).

Estos y varios otros pasajes de la Biblia describen la misma escena - el momento cuando el Señor regrese a la tierra. Nadie le dará la bienvenida, excepto el remanente de Israel, quien al darse cuenta del error que cometieron con Jesús, ientonces le recibirán como Salvador y Mesías! Jesús mismo les dijo: "Porque os digo que no me veréis hasta que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor" (Mat. 23:39).

No corresponde explicar con detalle los eventos que acompañarán el regreso del Señor, pero los pasajes citados nos bastan para comprobar cuan lejos está la realidad bíblica de lo que descuidadamente solemos cantar. Esta es una razón, que cada iglesia, especialmente cada líder, debe considerar con seriedad, antes de reemplazar los himnos saturados de teología, con esos coritos tipo "merienda".

Alguien podría argumentar diciendo: "Lo que pasa es que el himnólogo se está expresando en forma poética". Pero permítame preguntarle: ¿Enseña la Biblia que es posible mentir cuando se hace poéticamente? Debemos revisar hasta lo que viene en nuestros himnarios, porque no podemos predicar una cosa y cantar otra. Mediante los himnos, en cierto modo también estamos enseñando. Y aunque su mensaje sea bueno o malo, la enseñanza quedará, no sólo la melodía y el ritmo.

Les aconsejo que revisen con extremo cuidado los himnos que canten. Hay algunos cuya letra parece muy bíblica, hasta cuando nos detenemos y comenzamos a compararla con la Escritura. Tal es el caso por ejemplo, del himno titulado "Divino Espíritu de Dios". Su letra dice en parte:

"Divino Espíritu de Dios, enviado por Jesús, Del bien condúcenos en pos, y alúmbrenos tu luz.

Haz comprender al corazón, cuan grave es su maldad.

Y danos el precioso don de andar en santidad".

Otro dice:

"Llena, oh Santo Espíritu, llena sí hoy nuestro ser... Llénanos hoy. Señor. Llena, oh Santo Espíritu, para servirte en amor ..."

Otro himno titulado "Ven, Santo Espíritu", dice:

"Ven y concédenos vida; ven, danos luz para ver. Ven, danos hoy fortaleza... ven Santo Espíritu llena mi alma de santo amor; Ven con poder y victoria. Ven, como quieras, ven hoy".

La lista de himnos de este tipo es larga. Pero ... ¿Por qué está mal cantar estos himnos? Esta pregunta voy a responderla con otra: ¿En qué pasajes de la Biblia se nos dice que tenemos que orar al Espíritu Santo, alabarle o que tenemos que pedir que venga? El Espíritu Santo es un don de Dios, pero deja de serlo si creemos que lo recibiremos pidiendo, sea en la forma que sea que lo hagamos. Teológicamente es incorrecto hacerlo y es necesario que tengamos cuidado con esto en nuestras iglesias, siervo de Dios, reconoció que no había tal, que era una alegría satánica. "Cuando oyó Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento. Y él respondió: No es voz de alaridos de fuertes ni voz de alaridos de débiles; voz de cantar oigo yo" (Exo. 32:17,18).

Usted seguramente recuerda lo que Moisés y Josué encontraron cuando llegaron - el "servicio de alabanzas y adoración" estaba en pleno apogeo. Hay muchos Aarones hoy, pero nos faltan los Moisés. Los llamados "hombres de Dios" de nuestros días, tienen mucho de hombre, pero muy poco de Dios. No tienen carácter, ni convicciones, no son verdaderos líderes, son tan pusilánimes como lo fuera Aarón. El pueblo les pidió algo que los hiciera "sentirse bien", porque Moisés se demoraba en la presencia de Jehová. Aarón, en lugar de convocarlos a una vida de oración, apoyando a su líder quien estaba en la presencia del Señor, satisfizo el deseo del pueblo. Todo el mundo "quiere sentirse bien", porque es lo que vale hoy en día. Esta estafa es la única teología que conocen muchos cristianos, porque jamás se han visto enfrentados con la Palabra de Dios. ¿Recuerda la pregunta que le hizo Moisés a su hermano Aarón? "Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho estepueblo que has traído sobre él tan gran pecado?" (Exo. 32:21).

Aarón ni siquiera se había dado cuenta que esto era malo. Cuando la verdad de Dios es cambiada por los sentimientos, entonces obviamente el Espíritu Santo no nos reprenderá, así como tampoco lo hizo con Aarón. Moisés y Aarón eran hermanos, estaban viendo el mismo cuadro, sin embargo lo que para Moisés era un gravísimo mal, para Aarón era perfectamente normal.

Alguien podría objetar diciendo que Jesús sí invitó a los judíos a pedir el Espíritu Santo, ya que en Lucas 11:13 él dijo "Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?". Recordemos que éste es el único texto que afirma que los cristianos deben pedir el Espíritu Santo. Sin embargo, teniendo en cuenta lo que hicieron los 120 desde el ascenso de Jesús hasta Pentecostés, parece claro que allí se cumplió esta invitación del Señor. De otra manera: ¿Cómo oraban ellos? ¿Qué pedían? Puesto que el Señor les ordenó que no salieran de Jerusalén hasta tanto no recibieran el Espíritu Santo, es obvio que ellos oraron pidiendo el Espíritu Santo y que Jesús, tal como les dijo, lo cumplió en el Pentecostés.


Capítulo XIX 
Aplausos, saltos y demás

Otra señal que indica en una iglesia que se aproxima el carruaje de la apostasía, es cuando comenzamos a escuchar "aplausos para Jesús ..." o simplemente como "parte de las alabanzas", porque la Biblia dice que debemos "batir las manos". Y ciertamente alguien podría decir: "Pero ... ¿qué tiene de malo que la congregación acompañe un himno batiendo las manos?". En sí no hay nada de malo, pero he comprobado que generalmente a través de los aplausos es como se introducen muchas otras modalidades de "alabamos". Se comienza con los inocentes aplausos, luego naturalmente "los saltos para Jesús", luego "las carcajadas para Jesús", después "abrazarse y levantarlas manos para Jesús". Sin darse cuenta la congregación comienza a ser manipulada por un gurú que está al frente, casi siempre con una guitarra, creyendo que lo que ocurre es que están dándole lugar al Espíritu Santo, ya que están algo así como ... "borrachos del Espíritu". Pero lo que sucede en realidad es que inocentemente se han rendido a un espíritu extraño quien se encarga de alejarlos de la Palabra para mantenerlos saltando y "alabando"por horas.

Después de casi dos horas de este ritual Aaróníco, con su becerro de oro caminando por la plataforma, soltando una que otra palabrita, algún chiste, alguna ilustración que vaya preparando los bolsillos de los presentes, porque a los "borrachos" habrá que despojarlos de lo que tienen, el becerro de oro brilla, gracias al juego de luces montadas profesionalmente. A distancia muchos podrían pensar que es una pelea, pero cualquier hombre de Dios, veterano en la Palabra, sabrá de qué se trata. Sin embargo, es indudable que esa multitud se lleva algo a su casa: ¡Se sienten bien! Dieron rienda suelta a sus emociones, gritaron, aplaudieron, fueron adulados porque el becerro es profesional y sabe cómo es la naturaleza del hombre.

¿Alguna vez se detuvo el lector a pensar en lo que realmente significan las alabanzas? En cierta oportunidad Jesús dijo: "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos" (Jn. 15:8). No son los coros, las guitarras, los pianos, los órganos, los instrumentos de percusión o los violines los que mejor glorifican al Señor. Ciertamente tampoco son los gritos de "gloria a Dios y aleluya", ni los saltos, ni el.batir las manos. El Señor no pudo haber sido más claro. Debemos dar fruto y que esos frutos permanezcan. Sin duda el Señor Jesucristo se refiere a dos clases de frutos. Llevar almas a sus pies y vivir una vida guiada por el Espíritu. En ninguno de los dos casos intervienen ni saltos, ni cánticos, ni aplausos, ni los instrumentos. En el caso de un pecador, usted va y le habla de Cristo y en el caso de su vida dirigida por el Espíritu Santo, la Biblia dice: "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza" (Gal. 5:22).

En los días del profeta Isaías, Dios se quejó del tipo de alabanzas que le ofrecía su pueblo: "¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? No me traigáis mas vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos" (Is. 1:11-15).

Si tuviéramos que colocar esta protesta de Dios a la luz de lo que hacen hoy muchos de aquellos que pretenden ser hijos de Dios, diríamos: "¿Para qué me sirven vuestras reuniones multitudinarias con ofertas de sanidad del cuerpo, para beneficiar la come y reclamando supuestos 'dones del Espíritu', siendo que yo nada tengo que ver en esas reuniones? ¿Cuándo pedí yo dinero a la gente? ¿Por qué los supuestos ungidos de tantas congregaciones explotan a su gente en mi nombre? Esas reuniones tan concurridas, esos 'testimonios de sanidad' que son fraudes descarados, la búsqueda de poderes, el tumbar a la gente y practicar hechicería en mí nombre, pretendiendo que yo estoy en esos negocios, me tienen hastiado. Cuando ustedes extiendan sus manos hacia arriba aparentando ser un pueblo humillado y suplicante, moviéndose al compás de una música que hipnotiza colectivamente a miles de hombres y mujeres atrapados en el ocultismo, yo esconderé mi rostro de ustedes".

TODO ES RELATIVO

Los cristianos rara vez escuchan de verdad lo que el ministro está predicando y enseñando. Por eso les toma mucho tiempo advertirse que están ante un gurú no ante un predicador. Él usa la Biblia, ora a Dios, canta himnos cristianos, dice gloria a Dios y de cuando en cuando "aleluya". Pero permítame ayudarle para que usted pueda descubrir cuanto antes al apóstata. Observe entre otras cosas, si ese "predicador" comienza a decir: "Bueno, uno no puede asegurar que Moisés escribió el Pentateuco ... Tampoco podemos asegurar que Jesús nació de una virgen, eso era lo que la gente creía en esos días. Tampoco se puede asegurar que resucitó, pero sea como fuere, él sí vivió una vida santa y ejemplar . No se puede creer el relato del diluvio, porque casi todos los pueblos, incluyendo los aztecas, mayas y otros, tienen leyendas similares. La arqueología ha demostrado que la creencia de una lluvia torrencial debido al enojo de los dioses, la tenían casi todos los pueblos del planeta. Cada uno su propia versión, pero todas parecidas a la epopeya del Noé de la Biblia".

Si escucha con atención a un apóstata, se dará cuenta de que para él, todo es relativo. La Biblia no es la declaración terminante de Dios digna de confianza, sino simplemente un compendio de las creencias populares, en otras palabras, su mensaje central son las creencias del pueblo hebreo. Si su pastor cree estas cosas, las habla y las predica, usted debe salir de esa iglesia cuanto antes. Debemos tener presente que en el fondo, lo que creen estas iglesias de la prosperidad económica, la sanidad a pedido y el don de lenguas a pedido, es lo mismo que enseña y predica la llamada Nueva Era.

UNÁMONOS 

Si su pastor es famoso porque integra algún concilio de pastores de la ciudad o de toda una región, ésto es otra señal negativa. El lugar del pastor siempre debe ser su iglesia. Su deber es cuidar de la grey de Dios, no de buscar la "unidad" con gente que predica todo viento de doctrinas. Uno de los trucos que Satanás ha montado para fomentar el ecumenismo sin que la gente se alarme por el ocultismo y las falsas doctrinas en las iglesias cristianas, es justamente el propiciar reuniones conjuntas, ecuménicas, interdenominacionales. aunque hayan diferencias abismales en materia de doctrinas.

No existe ninguna necesidad de unirse con las demás iglesias porque algún predicador fogoso llega a la ciudad y seguramente promete grandes milagros.

No es bíblico auspiciar esta clase de reuniones uniéndose a veces con todo tipo de personas, e incluso se dan casos en que se le dice a los nuevos convertidos que "asistan a la iglesia más cercana a su hogar", sin decirles nada más. ¿Quiere decir esto que si la iglesia más cercana es la católica, la mormona, el salón del reino, el centro de rosacruces o la misma iglesia de Satanás, el supuesto "convertido" deberá en obediencia a sus consejeros concurrir allí?

La iglesia necesita concentrar sus esfuerzos a nivel local. No requiere de predicadores que suelen aparecer con todo un séquito de "profesionales", para así crearles gastos astronómicos a los hermanos, quienes muchas veces son personas de escasos recursos. Es notable ver cómo actuaron los hermanos de la iglesia primitiva. El capítulo 15 del libro de Hechos nos habla del concilio de la iglesia en Jerusalén. Allí se trata de manera especial el asunto de la conversión de los gentiles. El capítulo 16 de Hechos nos dice, que Pablo conoció a un joven llamado Timoteo,"Y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio" (Hec. 16:2). Aquí tenemos a un joven conocido en dos ciudades del Asia Menor, y el versículo indica que las iglesias en forma individual daban buen testimonio de él. "Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guardasen. Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día" (Hec. 16:4,5).

Pablo, Bernabé y Timoteo no le entregaron cartas respecto a lo que habían acordado los hermanos en Jerusalén, a los presidentes de una asociación de iglesias del Asia Menor, ni a un secretario ejecutivo de una convención que agrupaba un buen número de iglesias. Lo que Pablo hizo fue darle una carta a cada iglesia en forma individua, porque ese era siempre el concepto de la iglesia, que cada congregación funcionará en forma individual, no colectiva.

Nunca debemos preocuparnos de la "unidad", sino ocuparnos en ella. La unidad no es obra humana, sino divina. La situación geográfica, la denominacional y hasta la idiomática, hace que sea mucho mejor que cada iglesia trabaje independientemente. Además, esto hace mucho más difícil que un poco de levadura "leude toda la masa", si esta masa está en recipientes separados. La "levadura" podrá leudar un recipiente, pero dejará intactos los demás.

En Corinto había pecados muy grandes, muy graves, pero la iglesia de Corinto no formaba parte de una convención, de una asociación o algo parecido, con las iglesias de Tesalónica, Galacia, etc. De haber sido así, todas las iglesias se habrían contaminado con el corintianismo, pero gracias a esta individualidad, las otras iglesias quedaron libres de tanta falsa doctrina, tanto pecado e inmoralidad. La unidad de que habla la Biblia es de tipo espiritual. Eso es lo que implica cuando dice: "Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz" (Efe. 4:3). La Biblia ni siquiera nos dice que debemos orar por la unidad, porque fue el Señor Jesús quien oró por esto y sin duda alguna su oración fue oída, porque la iglesia cristiana definitivamente está unida, aunque no uniformada.

La Iglesia debe concentrarse en la evangelización de los inconversos y la edificación de los cristianos. No tiene que vivir en pugna con otras iglesias de la zona, pero tampoco tiene por qué buscar alianzas con ellas, salvo que se trate de iglesias verdaderamente bíblicas y que el deseo que los mueva a esa unión sea algún esfuerzo en común, puesto que las dos son del mismo corte bíblico fundamental. La iglesia bíblica no se ocupa de la unidad, sino que la disfruta. Todo cristiano verdadero sabe perfectamente que la unidad es obra del Espíritu Santo, no de ejecutivos con título de reverendos.

LA BIBLIA: ¿ES O CONTIENE LA PALABRA DE DIOS? 

Es extremadamente necesario que se descubra cuanto antes este otro "paquete" en el carruaje de apostasías. El cristiano verdadero no tiene ninguna razón para dudar de la inspiración de la Biblia, la palabra de Dios. El hispano debe tener presente que aparte de las versiones Reina Valera 1909,1960 y la revisada en 1977, ninguna otra versión es digna de crédito. Este no es un tratado sobre las diferentes versiones bíblicas, pero conviene recordar algunas amonestaciones bíblicas al respecto.

Hace muchos años Jeremías escribió: "¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas ... he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen?" (Jer. 8:8,9).

La Palabra de Dios ha sido atacada siempre. Ya la estaban alterando en los días de Jeremías los escribas que la copiaban convirtiéndola así en mentira. Hoy, existen versiones bíblicas mal traducidas en forma deliberada y otras con notas al margen, abiertamente contrarias al texto. Estos dos casos correspondían en el pasado sólo a los testigos de Jehová y a los católicos, respectivamente. Ahora el panorama bíblico ha cambiado radicalmente y el cristiano se encuentra con muchísimas nuevas versiones bíblicas. Incluso en algunas versiones llamadas protestantes, hasta encontramos los textos apócrifos. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo: "Toan la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (II Tim, 3:16).

Esta declaración inspirada por el Espíritu Santo, deja plenamente claro que la Biblia es inspirada y que por lo tanto su autoridad es divina. La Biblia instruye, redarguye, corrige, prepara y perfecciona al hombre. Una iglesia que acepta la versión Dios llega al hombre, la Biblia Pentecostal, esta última con sus citas correspondientes en donde entre otras cosas se niega la seguridad de la salvación, y otras versiones diferentes a la Reina Valera, ya está en serio peligro y usted debe tener mucho cuidado de no ser arrastrado por el error. Salomón dice: "Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso"(Prov. 30:5,6). Pedro escribió: "Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (II Ped. 1:21).

Aceptemos que Dios habla .en primera persona, tal como aparece en la Biblia, y cuidémonos de que lo dicho por él no sea alterado. Debemos tener mucho cuidado, porque abundan las versiones llamadas modernas y de fácil lectura, especialmente en el idioma inglés, que contradicen lo que enseña la Biblia. Es nuestro deber recordar que Satanás tiene gran interés en que la Biblia pierda en el concepto del hombre toda credibilidad. Estamos llegando a un punto en que ya no se podrá saber cuál de las versiones es correcta. Para aquellos que en forma tan liviana alteran las Escrituras, sería bueno recordarles las palabras de Juan: "Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas. Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía. Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro" (Apoc. 22:18,19).

Cualquiera de estas dos cosas son una seria amenaza de parte de Dios: El agregarle o quitarle a la Biblia - aunque sean los libros apócrifos o advertencias para explicar caprichosamente textos fuera de su contexto. Tal como el caso sobre la salvación, por la cual "debemos trabajar". Esto es lo que aparece en una nota de una de estas versiones bíblicas. La base del cristianismo es la Biblia. Su fe está fundada en los principios bíblicos. Pero ... ¿Sobre cuál Biblia? Los mormones tienen su versión, los testigos la suya, y últimamente hasta los pentecostales. Aquellos que alteran la Biblia y la publican, aparentemente no se advierten del daño que le hacen a millones de lectores, ni del severo castigo que les espera. Pero el día de rendir cuentas llegará, todos deberemos responder por lo que hemos dicho y hecho. La misma publicación de este libro es en sí una seria responsabilidad, yo estoy perfectamente consciente de lo qué significa.

Hay otras cosas que podría mencionar y que son una especie de advertencia para que el cristiano pueda reconocer la falsa iglesia, pero por ahora lo dejaremos aquí, ya que el espacio no me permite ampliar más este tema.


 


Capítulo XX
¿Qué alternativa me queda?

Ya para finalizar esta obra, quisiera ofrecer a tantos cristianos algunas sugerencias prácticas. Esto va para aquellos que no pueden encontrar en su lo calidad una iglesia bíblica fundamental, fiel a la Palabra.

1. Haga todo lo que pueda para corregir su curso. No por medio de divisiones o algo así, sino más bien hablando con el pastor, previa oración. Tal vez podría compartir su inquietud con otros hermanos que en su concepto tienen madurez y que comparten su misma ansiedad. En estos casos hay que evitar las acusaciones de cualquier tipo. Aunque son pocos, todavía hay pastores lo suficientemente humildes como para aceptar las observaciones. Si bien asimismo hay que reconocer, que con mucha frecuencia los hermanos bien intencionados no siempre son humildes, y con muy poco tacto atacan y ridiculizan al pastor. Es apenas Justo que el pobre hombre, culpable o no de lo que se le acusa, se ponga a la defensiva. No olvide que la Biblia aconseja: "Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos" (II Tim. 5:19). El "anciano" es el mismo pastor. Si usted tiene suficiente base para hablar con él sobre sus enseñanzas o cualquier otro procedimiento en la iglesia, que a su juicio no es bíblico, trate de hablar con su pastor cuanto antes.

2. Si el caso no tiene solución, o usted ya procuró hablar y no le hicieron caso, a pesar de que ve claramente que está mal lo que se enseña y cómo se realizan los servicios, no lo queda otra cosa que "salir de en medio de ellos". Si no existe otra iglesia con sana doctrina en la ciudad, puede hacer una de dos: En primer lugar puede seguir asistiendo a la misma iglesia para no perder el compañerismo con los hermanos, ya que siempre habrá hermanos fieles. Pero no contribuya allí en ninguna forma, a menos que no le prohiban hablar de las sanas doctrinas y usted pueda enseñar en la escuela bíblica dominical. De lo contrario le aconsejo que se retire de esa iglesia.

Colabore con una obra del tipo de la KGEI, pero siempre, en lo posible, mantenga el compañerismo cristiano en la iglesia.

Su otra alternativa es comenzar una nueva iglesia, aunque no tenga más gente que usted y su familia. Comience con estudios bíblicos en su hogar. Comuniqúese con nosotros, así podremos enviarle una especie de guía para que pueda redactar lo que serían los estatutos y reglamentos, lo mismo que los principios de fe de su iglesia. Hable luego con los vecinos y amigos, congregúese para leer la Biblia y orar juntos. Pueden aprovechar muy bien los mensajes de la KGEI, los cuales podrá grabar para luego volver a escucharlos. En su carta a los Romanos, Pablo menciona a los esposos Aquila y Priscila y luego dice: "Saludad también a la iglesia de su casa" (Rom. 16:5). Y Jesús dijo: "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mat. 18:20). Si realmente queremos permanecer fieles al Señor, no debemos preocuparnos por la cantidad de gente, sino más bien por la pureza de las doctrinas.

Un detalle muy importante en esto, es que con frecuencia los padres, que ya son personas mayores y más reposadas, prefieren no concurrir a ningún lugar, sino más bien alimentarse de la lectura de la Biblia, sintonizar buenos programas cristianos, etc. Pero usted debe velar por sus hijos, para quienes el aspecto social cuenta mucho. Debido a esto es necesario procurar por todos los medios que la familia pueda tener un iglesia donde congregarse.

3, En tercer lugar, tal vez en alguna ciudad no muy distante del lugar donde vive, ya haya una iglesia bíblica fundamental. Sería bueno que los visitara por algunos domingos y luego ver si ellos mismos no estarían dispuestos a comenzar una obra misionera, una nueva obra en su propia iglesia. Además, es muy probable que en la iglesia donde usted asiste estén otros hermanos con familia que también desearían recibir la sana doctrina, pero que están allí porque no saben qué hacer. Es bueno averiguar y ver la forma de integrar una iglesia cristiana bíblica. No existe ninguna razón para estar voluntariamente en un lugar que enseña herejías y que en cierto modo le obliga a usted a participar de las mismas. Usted y su familia necesitan congregarse, no es posible vivir una vida cristiana normal, sin este elemento. Fuimos hechos así, la iglesia en sí constituye un cuerpo que para funcionar bien debe estar literalmente unido.

Bien dice la Biblia: "Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y consíderémonos unos a otros para estimulamos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregamos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca" (Heb. 10:23-25).

Dígase lo que se diga sobre el modernismo y las herejías en nuestras iglesias actuales, todavía los padres deben velar para que sus hijos tengan un lugar dónde congregarse. No debemos pensar como adultos, sólo en nuestra condición. Pensemos también en los niños, adolescentes y jóvenes, que son el futuro de la Iglesia de Cristo.


 

PRÓLOGO

VIENTOS DE APOSTASÍA es una obra para los cristianos confundidos a raíz de tantas manifestaciones extrañas en muchas iglesias en estos últimos años. El cristiano bíblico quiere saber a qué se deben acontecimientos tales como “soplar” con poder y tirar a multitudes, recibir una “segunda unción” realizar milagros, especialmente “sanidades’ hablar en “lenguas’; saltar, tirarse al suelo, retorcerse, recibir el “espíritu de las carcajadas” y muchas otras manifestaciones.

Lo más difícil para el cristiano promedio, es explicar cómo es posible, que si estas manifestaciones no provienen de Dios ni del Espíritu Santo, quienes las practican tengan tantos seguidores. Sus iglesias florecen, son miles los que concurren a cada servicio.

VIENTOS DE APOSTASÍA encara estos fenómenos desde el punto de vista bíblico, incluyendo “La Estafa de las Lenguas” Esta obra no pretende agotar los temas que incluye, pues existen muchas otros libros muy buenos, aunque algunos solamente en el idioma inglés.

Es mi oración que cada Hermano o Hermana que lea este libro, antes de tildarlo de herejía, examine cuidadosamente las citas bíblicas, casi todas incluidas en su lugar correspondiente. No tengo el menor deseo de ofender a ningún Hermano que está sinceramente equivocado y que tal vez milita en alguna congregación que practica algunas de estas cosas. Dios conoce mi corazón y sabe cual es mi intención.

Agradezco mucho a la Hermana Judith Rojas, quien se encargó de ordenar este libro, además de corregirlo - leyéndolo una y otra vez - preparándolo para la imprenta. Era un trabajo enorme y tuvo que realizarlo en muy corto tiempo. También agradezco a mi esposa Esperanza, por todo su apoyo y paciencia, a mi familia y a los hermanos que estuvieron orando para que mi Dios me diera las fuerzas y la capacidad para poner ordenadamente estas enseñanzas en un volumen que sin duda será de mucha bendición, aunque ciertamente también de controversia.

J. A. Holowaty