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Deje que la Biblia hable sobre las lenguas - Respuesta a este polémico tema - Hablando en lengua en Cesarea y en Efeso

Índice del artículo

 

Hablando en lengua en Cesarea y en Efeso

(Léase Hechos 10:44-48 y Hechos 19:1-7)

{japopup type="image" content="images/stories/mapa_lugares.gif" width="550" height="354" title="Mapa"}Lugares bíblicos donde se hablaba lenguas{/japopup}

En el libro de los Hechos sólo hay tres situaciones que se relacionan directamente con el hablar en lenguas. Estas se encuentran en Hechos 2, 10, y 19. La primera de estas referencias, Hechos 2, fue tratada en el capítulo anterior. Entre los capítulos 2 y 10 toda la acción ocurre sin referencia alguna a las lenguas.

En el capitulo 3 un cojo es sanado. Cuando Pedro y otros predican, crece el número de creyentes hasta aproximadamente 5.000. En el capítulo 4 Lucas hace mención del inicio de la persecución. No obstante, los creyentes fueron llenos del Espíritu Santo a pesar de esta persecución. La llenura no resultó en hablar en lenguas sino en predicar la Palabra de Dios con denuedo. "Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios" (4:3 1). Sea que el Espíritu Santo bautizara o llenara, es importante observar que el hablar en lenguas no era siempre la evidencia de su ministerio. En esta ocasión en Jerusalén la plenitud del Espíritu Santo resultó en el poder de predicar la Palabra.

Además, había gran unidad en la iglesia primitiva. El pecado contra el cuerpo era juzgado con la muerte inmediata, como indica el capítulo 5.

Los capítulos 6 al 9 describen más detalladamente el aumento de la persecución, entre ellas, la del diácono Esteban, el primer mártir cristiano, y el principio de las actividades de Pablo y su salvación. Pasaron probablemente de unos cinco a ocho años entre Hechos 2 y 10 sin que se haga mención de las lenguas.

La gira evangelistica de Felipe por Samaria en Hechos 8 parece dar crédito a la idea del bautismo del Espíritu Santo después de la salvación hoy día. Aunque no se hace mención de la presencia de lenguas, Hechos 8 presenta claramente el caso de los santos neotestamentarios en Samaria que creyeron en Cristo pero que no recibieron al Espíritu hasta después de su salvación. Hay una razón para esto. Uno de los problemas principales de la época de transición del Antiguo Testamento al Nuevo Testamento era el de convencer a los judíos de Jerusalén que las bendiciones derramadas de Dios eran para los samaritanos y los gentiles, tanto como para los judíos. La demora en los samaritanos para recibir al Espíritu Santo dio tiempo para que Pedro y Juan llegaran a Samaria y les impusieran las manos para que recibieran al Espíritu. El efecto de esto fue la preservación de la unidad de la iglesia, para que los nuevos creyentes samaritanos se dieran cuenta de que eran de la misma fe que los creyentes en Jerusalén, y para que los creyentes de Jerusalén se dieran cuenta de que los samaritanos podían ser salvos igual que ellos.

El doctor John G. Mitchell, fundador de Multnomah Bible School (Escuela Biblica Multnomah), comenta con respecto a esto: "¿Por q El significado de este hecho se desarrollará más plenamente en los capítulos 9 y 11ué no se menciona aquí el hablar en lenguas? Porque no habían judíos incrédulos." (1)

Ahora nos fijaremos en la segunda referencia directa a las lenguas en el libro de los Hechos.

Hablando en lenguas en Cesarea (Hch. 10:44-48)

En Cesarea, uno de los puertos sobresalientes del mar Mediterráneo, Dios usó a Pedro para abrir la puerta del evangelio a los gentiles así como lo había usado anteriormente para abrir la puerta del evangelio a los judíos en el día de Pentecostés en Jerusalén.

Hechos 10 relata la visión sorprendente del centurión romano, Cornelio, de Cesarea. Había de llamar a Pedro para que viniera. Mientras tanto, Pedro tuvo su propia visión de un gran lienzo bajado del cielo en el cual había animales inmundos. "Levántate, Pedro, mata y come" (Hch. 10: 13b).

Obedeciendo, Pedro viajó de Cesarea a Jope, un puerto cercano, (11:12) con seis hermanos judíos, y predicó el evangelio al gentil Cornelio y a los que estaban con él. Muchos de los oyentes, Cornelio inclusive, fueron salvos. Hechos 10:34-43 relata el evento que concluye de esta manera: "De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdon de pecados por su nombre".

Fígese con cuidados en los versículos concluyentes de Hechos 10 para observar lo que pasó. Cornlio, su familia, y sus amigos oyeron la Palabra, versículo 44. Hay un énfasis fuerte en que creyeron esa palabra. Conéctese Hechos 10:43 (que se acaba de citar) con Hechos 11:17 para inferir el hecho seguro de su fe: "Si Dios. pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios"

Ahora se despliega una cantidad de referencias descriptivas al Espíritu Santo. Primero, en el versículo 44, la Palabra dice: "... el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso".

Segundo, la última parte del versículo 45 dice así: "... se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo". En tercer lugar, en el versículo 47, Pedro dice así: "¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?" (E agua se refiere al bautismo ritual, y la recepción del Espíritu Santo tiene que ver con el bautismo real.)

Se verifica toda esta acción en el relato de Pedro con los judíos que le interrogaban en Jerusalén en Hechos 11, versículos 13b-8. Al mismo instante de la salvación. Cornelio, su familia y sus amigos fueron bautizados por el Espíritu Santo, incorporados en el cuerpo de Cristo y unidos con la cabeza de ese cuerpo, el Señor Jesucristo. Lo que pasó allí es la norma de este período de gracia para todos los creyentes hoy en día, a saber oír el evangelio, creer, y ser bautizados por el Espíritu Santo. La raza o el trasfondo étnico son ajenos al caso. Habiendo recibido el bautismo real del Espíritu Santo, se les mandó a proceder posteriormente con el bautismo ritual, el bautismo en agua. "Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús" (l0:48a).

En resumen, nótese que estos nuevos creyentes gentiles inmediata y espontáneamente hablaron en lenguas, glossa, idiomas reales y comprensibles.

Había una razón especial por la que estos gentiles hablaron en lenguas en este momento. Era necesaria una confirmación exterior para que los seis judíos que habían acompañado a Pedro de Jope comprendieran que los gentiles habían recibido al Espíritu Santo, que realmente fueron salvos y eran parte del cuerpo de Cristo y de la familia de Dios. Nótese la palabra "porque" en el versículo 46 dando una rezón indicativa de la pocesión del Espíritu Santo por parte de los gentiles.

l vocablo traducido "que magnificaban" (megalunonton) se asemeja a la expresión megaleia que aparece en Hechos 2:11, indicando que el contenido de lo no hablado en lenguas fue el mismo que en Hechos 2 y en Hechos 10: ¡alabando a Dios por su grandeza y por su magnificándolo! Esta acción asombró a los de la circuncisión, aquellos Judíos que habían venido con Pedro de Jope (v 45-46)

Obsérvese la importancia de la palabra "también" en el versículo 45 donde se afirma que no sólo los Judíos si no también los creyentes recibieron el Espíritu Santo. Más tarde se cristalizó la reacción Judía en Jerusalén cuando Pedro relató lo que pasó en Cesarea para vindicar su ministerio entre los gentiles. "Entonces oidas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles a dado Dios arrepentimiento para vida!" (11-18).

sí es que tenemos un pasaje cuya meta principal es señalar la transición del orden antiguotestamentario al neotestamentario, y el hablar en lenguas dio prueba de esa transición en el sentido de que tantos los judíos como los gentiles podían recibir el Espíritu Santo sin otra condición que la fe sencilla en el Señor Jesucristo.

Las lenguas fueron una señal para estos judíos que, aunque elllos sí creían, no creían que los gentiles de ser salvos. John G. Michell nuevamente pregunta: "Por qué habló en lenguas Cornelio? Porque sencillamente en esta ocación estaba presente algunos creyentes judíos que no creían (el enfasis en la letra cursiva es mío) que el Espíritu de Dios fuera para los gentiles. (2)

Hablando en lenguas en Efeso (Hch. 19:1-7)

Entre los capítulos 10 y 19 de los Hechos hay un intervalo de unos 13 años (41 d. C. 54 54 d. C.). Los capítulos narran algunos sermones y la evangelización de muchas ciudades como parte de dos viajes misioneros del apóstol Pablo. Durante todo este periodo, con toda la actividad del Espíritu Santo, no se registra ningún evento u ocasión de hablar en lenguas sino hasta el principio del tercer viaje misionero de Pablo en Hechos 19. En este punto es cuando Pablo entra en el escenario de las lenguas con un grupo pequeño en Efeso.

"Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, despues de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espiritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo" (Hch. 19:1-2).

La mala traducción del versículo 2 en la versión de la Biblia de Reina-Valera (versión antigua, 1602) ha contribuido mucho a la interpretación incorrecta en cuanto a cuánto y cómo se recibe el Espíritu Santo hoy día.

La versión antigua aquí dice así: "¿Habeis recibido el Espíritu Santo despues que creísteis?" como si el bautismo del Espíritu Santo siguiera a la experiencia de la conversión. Esto es lo que afirma enfáticamente los carismáticos hoy, que el bautismo del Espíritu Santo es algo que se debe procurar para tener una vida más abundante y profunda después de ser salvo. "Procure el bautismo del Espíritu Santo, y su evidencia por medio de habrar en lenguas!"

Sin embargo, la traducción correcta de la primera parte del versículo 2 es la que sigue: "Recibisteis el Espíritu Santo cuando creisteis?" lo que dice correctamente en la versión de Reina y Valera de 1960 en español. Si los efesios hubieran creído en Jesucristo como su Salvador personal, ya deberían de haber recibido el Espíritu Santo. Pero fíjese en el respuesta. "Y ellos le dijeron: ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo" (v 2b).

Pablo inmediatamente administró la "prueba del bautismo" (v 3-4) "Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuiteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo el pueblo que creyesen en que aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo" (v 3-4). Los efesios conocían el bautismo de Juan que Apolos les había llevado (Hch. 18:24s). No sabían nada en ese momento del bautismo del Espíritu. La respuesta de ellos a lo que Pablo les preguntó comprobó esto.

La iluminación que vino del ministerio de Pablo trajo fe en Cristo, y fueron bautizados en agua. El versículo 5 contiene la única instancia de una repetición de bautismo de agua en el Nuevo Testamento. Estos doce hombres efesios creyeron y fueron bautizados con agua, pero les pasó algo más maravilloso. Fueron introducido al cuerpo de Cristo. "Y habiendoles puesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban" (v.6).

Una demora breve pero lógica del bautismo del Espíritu Santo es evidente tanto aquí como en Hechos 8 y por la misma razón. La imposición de las manos de Pablo identificó este grupo pequeño de efesios con el gran movimiento cristiano. Fue similar a la salvación de los nuevos creyentes samaritanos por medio de Pedro, Juan, y el diácono Felipe en Hechos 8, aunque en Hechos 8 no hay referencia de que los nuevos creyentes hablaran en lenguas.

El hablar en lenguas añadió evidencia de que estos efesios fueron introducidos en el cuerpo de Cristo. Otra vez la palabra usada es glossa, idiomas inteligibles. En Efeso, como en Cesarea, las lenguas fueron una señal para los judíos "incrédulos", por medio de Pablo "creyente", de que los gentiles también podían ser salvos y formar parte del cuerpo de Cristo. Habían judíos incrédulos en Efeso (Hch. 18:26; 19:8-9).

Aquí se señala otra transición. Es importante tener presente que el libro de los Hechos es un libro de transición, conectando los años entre la sinagoga y la Iglesia, entre la ley y la gracia, entre los santos del Antiguo Testamento y los cristianos del Nuevo Testamento, entre un cuerpo de creyentes esencialmente judío y el cuerpo de Cristo en el cual no hay ni judío ni gentil. (3)

Hay que tomar en cuenta que Hechos 2, en parte, marcó el derramamiento del Espíritu Santo sobre los santos del Antiguo Testamento, como los discípulos. Ya se habían convertido, habiendo oído y creído las promesas de Dios concernientes al Mesías, Jesús. Habían sido justificados por su fe en El e inmediatamente colocados en el cuerpo de Cristo, la Iglesia verdadera. Sin embargo, una vez cumplida la transición entre el antiguo pacto y el nuevo, con el Espíritu derramado, estaba entonces disponible para todos los que creyeran en Cristo al momento exacto de creer, y éste es el patrón o norma para la obra de Dios hoy día.

Pedro estuvo presente en Hechos 2, en Hechos 8 y en Hechos 10. Debe haber una sola Iglesia ... no una iglesia judía. una iglesia samaritana. y una iglesia gentil. Unos testigos judíos verificaron la validez de las experiencias de estos otros grupos, y así fue que su hablar en lenguas era el plan ordenado por Dios para aquel tiempo.

En conclusión, la experiencia evidente de hablar en lenguas en Cesarea y en Efeso ocurrió para comprobar a los creyentes judíos que estos creyentes gentiles eran parte del mismo cuerpo, el cuerpo de Cristo, su Iglesia verdadera.

Había cierta necesidad de la evidencia de hablar en lenguas. ¡Dios quería hacer bien patente quiénes pertenecían al cuerpo de Cristo! No obstante, esto era una etapa de transición. Una vez establecida esta aclaración por medio de hablar en lenguas, ya no había la necesidad de hablar en lenguas para evidenciar la entrada de los gentiles en el cuerpo de Cristo.

Además, observe que la señal del don de hablar en lenguas era operante en Hechos 2 (el día de Pentecostés), en Hechos 10 (en Cesarea), y en Hechos 19 (en Efeso), donde había judíos. Pero la Palabra no indica que se hablaron lenguas en Hechos 8 (en Samaria) donde no había judíos incrédulos.