Menu

Escuche Radio América

La tecnología para implementar la marca de la bestia

  • Fecha de publicación: Sábado, 23 Marzo 2013, 02:30 horas

En los últimos dos mil años, la civilización occidental se ha movido desde la edad de la fe, pasando luego a la razón, hasta llegar al descubrimiento.  Pero actualmente y debido a la tecnología, nos encontramos ya en la era de la informática.  Hoy contamos con bancos de información como la fuente más importante de conocimiento disponible.

Dice en el libro American Perspective: «El mayor impacto económico en los próximos años, probablemente sea en la telemática, una nueva palabra que significa ‘información sobre economía’.  Esto aumentará el desarrollo de un amplio rango de sistemas de procesamiento de información combinado con comunicación y control de tecnologías, basadas en el microchip...»

En su mayor parte, los dos principales suscriptores de la telemática son los gobiernos y los negocios privados.  En Estados Unidos hay cinco agencias federales de importancia, las cuales recolectan la mayor cantidad de información.  Ellas son: el Departamento de Salud, Educación, Bienestar Social y Comercio.  Manejan el censo, defensa, seguridad social y el IRS (La Superintendencia de Contribuciones).

Theodore Rosak en su libro El culto de información, dice: «Estos cinco departamentos tienen archivos completos sobre los ciudadanos adultos americanos.  Usted está en sus archivos.  En 1985, la Directiva Nacional de Seguridad del gobierno # 145, le dio a la Agencia de Seguridad Nacional control exclusivo y uso de todas las computadoras federales y bancos de información».

Sin embargo, lo más alarmante es que permite acceso a la NASA a todos los archivos computarizados del gobierno, sin provisión para el derecho a la privacidad.  Vivimos en un mundo cada vez más rígido, el cual está tornándose cada vez más reglamentado debido a las computadoras electrónicas, los satélites de vigilancia que están en órbita y todos los bancos de información y bancos de huellas digitales con que cuenta tanto el gobierno como los negocios.

En el sector privado, los bancos de información más grandes son esos que pertenecen a cerca de dos mil agencias de crédito, ¡lo cual no sorprende!  Los cinco más grandes incluyen corporaciones como Transunion de Chicago, y TRW de California.  Sólo estos dos sistemas poseen más de 450 millones de archivos.

De acuerdo a estimaciones, la información de casi todos los norteamericanos mayores de 18 años, están en computadoras colectivas en algún lugar.  Estos archivos contienen datos introducidos bajo titulares tales como “estilo de vida”, lo cual incluye información que abarca desde el ingreso personal y hábitos de compra hasta la filiación política y tendencias religiosas.

¿Qué dice la Biblia?

     Dice la Escritura: “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre” (Ap. 13:16, 17).
“Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero” (Ap. 14:9, 10).

Los versículos que acabo de citar, es lo que dice la Biblia respecto a ese día futuro, cuando la humanidad tendrá que recibir una marca en su cuerpo para poder sobrevivir, por lo tanto la información que voy a proporcionar en este artículo, no tiene el propósito de alarmar a nadie, sino de informar, a fin de que cada creyente se prepare espiritualmente en conformidad con el tiempo en que vivimos.

La “marca” que se menciona aquí es traducida de la palabra griega charagma, la cual denota un sello o algo impreso.  También podría indicar algo grabado o incluso un tatuaje.  En sus Notas sobre la Biblia, Albert Barnes escribe sobre la historia de la marca.  Sus observaciones son típicas de esas que se han sostenido a lo largo de la edad de la iglesia, dijo: «Cuando se aplica a las personas, se usa para denotar una especie de marca en la mano o en otro lugar - tal como es el caso de un esclavo sobre cuya mano o brazo se imprimía el nombre de su amo; o de un soldado que se hacía un tatuaje denotando el nombre de la compañía o de la falange a que pertenecía.  No era nada raro marcar a los esclavos o los soldados en esta forma; y el diseño era, o para denotar que eran propiedad de alguien, su rango, o para impedir que escaparan al no ser detectados.  Entre los romanos los esclavos eran estigmatizados con el nombre o marca de sus amos en la frente.

     La gran mayoría hemos visto tales marcas sobre las manos y brazos de los marineros, quienes voluntariamente se tatúan sus nombres, los nombres de sus barcos, la figura de un ancla o algún otro artefacto.  Esto se lo hacen con agujas y tinta de color indeleble».

Sin embargo, últimamente ha ocurrido algo muy interesante.  El tatuaje se ha convertido en algo chic, elegante, de moda.  El ignominioso tatuaje que fuera en un tiempo una marca que distinguía a los parias sociales, a la clase más baja, se ha elevado desde el sórdido mundo de los marineros y de los malhechores.  Ahora sirve como decoración a los jóvenes universitarios de ambos sexos y especialmente a las estrellas de la música y del cine, e incluso a la alta sociedad.  Algunos personajes pagan sumas enormes por sus tatuajes artísticos.  Incluso hasta los niños de escuela se decoran con calcomanías a prueba de agua, con flores y personajes de las caricaturas.  Tal parece como si la propia humanidad se estuviera preparando para llevar una etiqueta internacional de identificación.

Probablemente por lo mucho que se ha especulado al respecto, muchos han imaginado que la marca profetizada que impondrá el Anticristo debe ser una especie de tatuaje, una marca como la que se les imprimía a los esclavos.  A lo largo del curso de la historia se han impuesto muchas de tales marcas.  Sólo recordemos los campos de concentración de los nazis, en donde se tatuaban números de identificación sobre los antebrazos de los prisioneros judíos.

Pero en el caso del Anticristo, su infame marca es mucho más que sólo una identificación.  Facultará a quien la tenga, para poder operar dentro del sistema económico de un mundo devastado por la guerra, el hambre, la muerte y la depresión.  Inmediatamente después del galope de los cuatro jinetes del Apocalipsis, los hombres estarán buscando algo, cualquier cosa que les proporcione alivio al sufrimiento y al caos que descenderá como un sudario después que la iglesia haya sido tomada fuera de este mundo.  Para ellos la marca será como una señal de esperanza en un mundo en tinieblas.  Será un sistema que prometerá estabilidad en un planeta inestable.  El poder comprar y vender en este mundo actual de abundancia y prosperidad es algo natural, y no lo apreciamos, pero entonces será un don precioso.

La Escritura dice que la marca incluirá “el nombre de la bestia”, lo cual es la forma bíblica de referirse al acceso oficial al sistema de códigos de alguna clase que abrirá el acceso a la masiva organización económica y comercial establecida por el Anticristo.  La marca contendrá información que se llamará “el número de su nombre”.

Pero ¿cómo podrá algo que sólo será un código, permitirle al portador realizar transacciones comerciales diversas?  En un mundo sin un sistema gobernante, este nuevo plan parecerá como si la divina providencia estuviera supliendo tanto las necesidades de la vida como la promesa de un mundo mejor.  Pero claro está, tiene su lado tenebroso: “Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (Ap. 13:8).

Ese lado tenebroso es que la marca contiene información, y la información trabaja en dos formas, tal como puede testificar cualquiera que usa una tarjeta de crédito.  Con ella usted puede tener acceso a un sistema que le permite comprar y vender, pero el sistema a su vez también tiene acceso a su información personal.  Por siglos los teólogos han meditado en el misterio del “666”, pensando algunas veces que se trataba de un código para el nombre de ese que controlará al mundo durante el período de la tribulación.

Luego apareció la computadora y su sistema científico de computación, encontrándose que el método de cálculo era la forma más compatible y confiable de transmitir información.  Los matemáticos habían jugado con él mucho antes de la edad de las computadoras.  Se llama el sistema hexadecimal, conocido simplemente como «hex», por la palabra griega que significa «seis».  En una unión eficiente con un microcircuito de computadora, este sistema de manera efectiva almacena información y puede transferirla rápidamente de un lugar a otro.

Una cosa es cierta, el número del Anticristo es en alguna forma hexadecimal.  Algunos manuscritos antiguos del libro de Apocalipsis incluso deletrean el número del nombre del Anticristo - 666 - como “Hexakosioi hexakonta hex”.  El Hex está repetido tres veces, para enfatizar el sistema hexadecimal.  La marca estará unida a una base de datos.
Sabiendo todo esto, muchos ya han dicho que la única parte del rompecabezas que permanece para ser solucionada, es exactamente cómo podrá almacenar la marca toda la información necesaria para comprar, vender y la identificación personal.

Sin embargo, ha llegado el momento en que verdaderamente podemos decir que “la marca de la bestia”, con todas sus ramificaciones ya es una realidad tecnológica y son varios los sistemas que bien podrían servir para tal fin.  Todo está listo para que tenga lugar un movimiento rápido hacia el registro electrónico de cada ser humano sobre la tierra.  Permítame a continuación referirme brevemente a las nuevas tecnologías.

Parches electrónicos

     La Universidad de Illinois informó el 11 de agosto del 2011, que los ingenieros han desarrollado una plataforma de dispositivo que combina componentes electrónicos para la detección, diagnóstico médico, comunicación y la comunicación física entre hombres y máquinas, todo en una especie de parche ultra fino que se adhiere directamente sobre la piel con facilidad y comodidad.

Dirigidos por John A. Rogers, el presidente y fundador del J. Lee Flory, y profesor de ingeniería en la Universidad de Illinois, los investigadores describieron sus nuevos y novedosos parches electrónicos que se pegan en la piel, en la edición de la revista Science del 12 de agosto del 2011.

Los circuitos se doblan, se arrugan y se estiran con las propiedades mecánicas de la piel.  Los investigadores presentaron sus parches, dotados con una amplia gama de componentes electrónicos, montados sobre un soporte delgado de goma, incluyendo los sensores, LEDs, transistores, condensadores de frecuencia de radio, antenas inalámbricas, bobinas conductoras y células solares para la energía.

Un parche electrónico tan delgado como un cabello que se adhiere a la piel podría transformar la detección médica, los programas de computadora e incluso las operaciones de espionaje.  Según este estudio, la tecnología micro-electrónica, llamada sistema epidérmico electrónico, fue desarrollada por un equipo internacional de investigadores.
John Rogers, profesor de ciencias de los materiales e ingeniería en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, y coautor, dijo que, «Es una tecnología que borra la distinción entre la electrónica y la biología».  Y prosiguió: «Nuestro objetivo era desarrollar una tecnología electrónica que se pudiera integrar con la piel de una manera que aunque es mecánica, es fisiológicamente invisible para el usuario».

El parche puede ser usado en lugar de electrodos para controlar el cerebro, el corazón y la actividad del tejido muscular, y cuando se coloca sobre la garganta, permite que los usuarios puedan operar programas de computadora activados por la voz con una precisión superior al 90%.

Rogers comentó: «Este tipo de dispositivo puede ser de mucha utilidad para aquellos que sufren de ciertas enfermedades de la laringe.  También podría ser la base de una tecnología de comunicación sub-vocal,  para usos de otro tipo».

El dispositivo inalámbrico casi no tiene peso y según el estudio requiere de muy poco poder ya que tiene colectores solares en miniatura, y hasta recoge la radiación electromagnética de la calle.  Tiene menos de 50 micras de espesor, lo que lo hace un poco más delgado que un cabello humano - y es capaz de adherirse a la piel sin pegamento o material pegajoso.  Yonggang Huang, ingeniero de la Universidad Northwestern, dijo que el parche era «tan suave como la piel humana».  Rogers y Huang han estado trabajando juntos en la tecnología durante los últimos seis años.

Los dispositivos pueden encontrar usos futuros en pacientes con apnea del sueño, en los bebés que necesitan cuidados neonatales, y para la fabricación de vendajes electrónicos que ayudan a sanar la piel de heridas y quemaduras.

Los parches inicialmente están adheridos a una hoja delgada de plástico soluble en agua, y se desprenden al ser humedecidos para ser laminados sobre la piel.
Todd Coleman, profesor de ingeniería eléctrica e informática de la Universidad de Illinois, quien es otro de los que dirige el grupo, dijo: «Creemos que esto podría ser un avance conceptual importante, el poder portar en nuestro cuerpo, electrónicos que son casi imperceptibles para el usuario.  La tecnología se puede conectar tanto al mundo físico como al espacio cibernético de una manera tan natural que se siente muy cómodo».

Estos parches electrónicos en la piel tienen muchas aplicaciones biomédicas, incluyendo sensores que sirven para monitorear la actividad muscular y de los nervios.  Una de las principales ventajas de estos circuitos como piel, como ya dijera, es que no hay que adherirlos con gel, cinta adhesiva, agujas que penetren en la piel o alambres que pueden ser incómodos para el usuario y que limiten su eficiencia.  Son cómodos y menos engorrosos que los electrodos tradicionales y dan una completa libertad de movimiento a los usuarios.

RFDI - Identificación Por Radiofrecuencia

     Pero ésta no es la única posibilidad, el 10 de enero del 2007, varios portales de internet dieron a conocer la noticia de la cual hablaremos a continuación.  Por ejemplo, InformationWeek, publicó el siguiente titular: «Una compañía asegura, que la tinta invisible para identificación por radiofrecuencia es segura para el ganado y las personas».
Su autor K.C. Jones, escribe: «Una compañía nueva que ha inventado una identificación por radiofrecuencia sin microchips, sino que involucra el uso de una tinta invisible, ha probado su producto en ganado y ratas de laboratorio».

Hasta ahora, era necesario implantar un “transponder”, un aparato diminuto de radio del tamaño de un grano de arroz capaz de recibir señales, almacenarlas y trasmitirlas.  Hace muchos años, la Corporación Ángel Digital anunció que tenía disponible un microchip patentado implantable que podía usarse para rastrear tanto animales como a seres humanos.  Pero en el sentido verdadero de la palabra, un microchip implantado no es una “marca”.  La definición precisa de la palabra charagma que figura en el texto original griego se ajusta mejor a un tatuaje.

El microchip implantable ha sido ahora eclipsado por una tecnología más nueva y mucho más atractiva.  Inicialmente el creador de la tinta para identificación por radiofrecuencia la ofreció a la industria ganadera.

Y sigue la noticia: «Somark Innovations anunció esta semana que ha probado exitosamente la tinta biocompatible para identificación por radiofrecuencia, la cual puede leerse incluso a través del pelo del animal.  La tecnología pasiva RFID podría usarse para identificar y rastrear ganado reduciendo así la pérdida de bovinos asustados por la enfermedad de la vaca loca.  Somark que se integró en el año 2005, está localizado en el Centro para Tecnologías Emergentes en St. Louis... La compañía planea otorgar licencia de la tecnología a mercados secundarios, lo cual podría incluir laboratorios de animales, perros, gatos, y personal militar.

     Su cofundador Mark Pydynowki dijo durante una entrevista, que la tinta no contiene ningún metal y puede colorearse o permanecer invisible.  Se negó a decir qué había en la tinta, pero sí afirmó que ciertamente es 100% biocompatible y químicamente inerte.  También agregó que es segura para personas y animales.

     El proceso desarrollado por Somark involucra un arreglo geométrico de micro-agujas y un aplicador vuelto a ser usado con una cápsula de tinta de una dosis.  Pydynoski dijo que se necesitan de cinco a diez segundos para estampar o tatuar un animal, y que no hay necesidad de removerle el pelo.  La tinta permanece en la dermis de la piel y un lector puede detectarla a una distancia de un metro con 22 centímetros».

Sistema de código de barras

     En el año 2004, la Administración de Medicinas y Alimentos, cuyas siglas en inglés son FDA, aprobó la tecnología de implantar un chip en los seres humanos conocida como el VeriChip.  Según la FDA, el VeriChip podía ser implantado en el cuerpo de la persona y luego al escanearlo, podía recuperarse la información electrónica archivada en él.

Desde el año 2006, los nuevos pasaportes en Estados Unidos incluyen etiquetas de identificación de radiofrecuencia, que almacenan toda la información en el pasaporte, al igual que una fotografía digital del propietario.

En el año 2007, la Asociación Médica Americana eclaró que los artefactos implantables de identificación por radiofrecuencia, podían ayudar a identificar pacientes, mejorando así la seguridad y eficiencia en la atención, permitiendo además el acceso seguro a la información clínica del enfermo.

El VeriChip fue el primer implante en humanos aprobado por la Administración de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos en el año 2004.  Se trata de un nano-chip que contiene información relativa a su portador humano, la que ha sido grabada, y puede recuperarse por un sistema de identificación por radiofrecuencia.  Fue comercializado por la Corporación VeriChip, una subsidiaria de Applied Digital Solutions.  Tiene un tamaño aproximado a un grano de arroz, el dispositivo se implanta normalmente por encima de la zona de los triceps de una persona, en su brazo derecho.  Una vez escaneado y usando la frecuencia correcta, el VeriChip responde con un número único de 16 dígitos, con información sobre el usuario, almacenada en una base de datos para verificación de identidad, acceso a los registros médicos y otros usos.

El procedimiento de inserción se realiza bajo anestesia local en una consulta con un médico y una vez insertado, es invisible a simple vista.  Sin embargo, la producción del VeriChip fue descontinuado misteriosamente en el año 2010, cuando se descubrió que le causó cáncer a las ratas que estaban siendo usadas para las pruebas.  Cuando esto se hizo público, las acciones del VeriChip descendieron 40%.  Ese mismo año el VeriChip oficialmente cambió su nombre a “PositiveID” pero actualmente se descontinuó la venta del producto.

MicroChips, una compañía biotecnológica, ha desarrollado un chip implantable para suministrar medicamentos a las personas en un tiempo programado, y sin inyección.  Pero el problema con los chips RFID, es que son vulnerables a la piratería informática.

Consecuentemente, la empresa de tecnología BIOPTid ha patentado un método no invasivo de identificación llamado “código de barras humano”.  Esta tecnología se ha estado usando desde la década de 1970.  El código de barras es un sistema basado en la representación de un grupo de líneas paralelas verticales de distinto grosor y espacio, que en su conjunto contienen una determinada información.  Es decir, las barras y espacios del código representan pequeñas cadenas de caracteres.

De este modo, el código de barras permite reconocer rápidamente un artículo de forma única, global y no ambigua, en un punto de la cadena logística, para así poder realizar inventario o consultar sus características asociadas.  Actualmente, está implantado masivamente y de forma global.

Este sistema fue desarrollado como el Símbolo Universal de los Productos y por décadas se encuentra en todos los artículos que se compran en el mundo.  Hay tantas clases diferentes hoy, que sería interminable tratar de enumerarlos todos.  Sólo trate de encontrar un producto que no tenga este código.

Si va al hospital, la pulsera que le colocan en la muñeca, tal vez tenga su nombre, pero toda la información importante está archivada en el código de barras.  Todo lo que compra tiene un código de barras en alguna parte.  Cuando adquiere las entradas en un cine y paga con su tarjeta de crédito, un código de barras aparece en la pequeña pantalla de la máquina registradora.

Amazon.com, Inc., una compañía estadounidense de comercio electrónico con sede en Seattle, estado de Washington, una de las primeras grandes empresas en vender bienes e implantar este sistema para sus ventas electrónicas, acaba de lanzar una aplicación de código de barras móviles para que las personas puedan hacer sus compras, con sólo presionar una tecla.

PayPal una empresa estadounidense, propiedad de eBay, perteneciente al sector del comercio electrónico por internet que permite la transferencia de dinero entre usuarios que tengan correo electrónico, y que constituye otra alternativa al tradicional método de cheques o giros postales, rápidamente siguió este mismo método.

En la primera semana de junio del 2012, la autora de ciencia ficción Elizabeth Moon concedió una entrevista a la BBC en la que abogó por la idea de utilizar códigos de barras para marcar a cada bebé al momento de nacer.  Agregando ante “El Foro”: «Me gustaría insistir en que a cada individuo debería asignársele un identificador único, fijado de manera permanente - un código de barras si se quiere - o un chip implantado, lo cual proporcionaría una forma fácil y rápida de bajo costo para identificar a las personas».
Incluso es mucho lo que se ha especulado respecto a la posibilidad de que La Reforma al Sistema de la Salud del presidente Obama, que se refiere a «un artefacto implantable», alude a un microchip que se le colocará a las personas que deseen ser cubiertas por el sistema público de salud.  Con la reforma al sistema de salud, muchas personas cambiarán sus compañías de seguro.

Este tipo de dispositivo se implantaría en la mayoría de las personas que opten por ser cubiertos por la opción de cuidado de la salud pública.  Con la reforma de las compañías de seguros privadas, mucha gente va a cambiar su cobertura, a un plan de seguro más asequible.  Esto significa que el número de personas que opten por la opción pública se incrementará.  También quiere decir que la cifra de esos a quienes supuestamente se les implantare el chip, serán muchas.

Los adultos que opten por tener un chip implantado, serían los afortunados que recibirían cuidado de la salud a un costo irrisorio.  Incluso también se especula que los niños que nazcan en Estados Unidos cuando esté vigente esta ley, recibirán igualmente el microchip.  Sin embargo, vuelvo a aclarar, hasta este momento nadie puede asegurar que todo esto sea verdad, aunque tampoco pueden negarlo, porque el texto de la proposición se presta a mucha confusión y especulación.

Sin embargo, dice el texto sagrado: “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre” (Ap. 13:16, 17).

La palabra que se traduce como “marca” en nuestra Biblia es el término griego charagma que significa «una marca o grabado, algo así como poner un sello o insignia de servidumbre», en lugar de un estigma, o la cicatriz que dejan las heridas corto punzantes.

El sistema de código de barras podrá estamparse sobre la piel, como un sello, mientras el microchip de radiofrecuencia tendría que ser implantado bajo la piel, perforándola.  La Biblia dice que la marca será impresa o en la mano derecha, o en la frente, no bajo la piel.  ¿Pero acaso no le parece muy interesante que el VeriChip fuera retirado del mercado en el 2010 cuando se le asoció con el cáncer?

“Aquí hay sabiduría.  El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre.  Y su número es seiscientos sesenta y seis” (Ap. 13:18).

Entre los incrédulos, este tal vez probablemente sea el versículo más citado de la Escritura.  ¿Recuerda la trilogía de películas La profecía, cuyo título original en inglés es Omen?  El hijo de los protagonistas muere en Roma poco tiempo después de haber nacido.  El padre es convencido por un cura de sustituir a su hijo fallecido por un huérfano cuya madre murió al dar a luz, y no decir nada a su esposa.  Ellos nombran a su nuevo hijo Damien, pero lo más curioso es que Damien tenía tres números seis tatuados en su cabeza cubiertos por el cabello, los cuales lo identificaban como el Anticristo.

Sin embargo la Biblia dice que la marca contendrá el número de su nombre, y que el número es 666.  El Anticristo no llevará una marca, sino que estará estampada en sus seguidores.

Me gustaría recibir un dólar cada vez que oigo a alguien decir despectivamente: «¡Cuando aparezca una marca que use el símbolo 666, entonces creeré!».  Pero permítame decir, esto será una realidad muy pronto, no en vano dijo el Señor Jesucristo en Mateo 24:35: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”, y eso es exactamente lo que dice su Palabra, la Biblia.

Los símbolos de tres seis han sido parte del Código Universal de los Productos por casi 40 años.  En este punto siempre ha habido críticas de parte de los incrédulos, quienes aseguran que las tres líneas divisorias del código de barra no son «seises» sino que sólo lucen como tales.

Pero ese es mi punto.  No importa si no son seises.  Los códigos de barras utilizan símbolos que son legibles por una máquina.  La Biblia no está escrita desde la perspectiva de una máquina.  Nos fijamos en las mismas figuras con los ojos y los tres separadores largos lucen como el símbolo para el «seis».

Así que para todos los intentos y propósitos, ya hay una marca universal, una que incorpora tres visibles «seises», sin la cual, los comerciantes, y los vendedores al por menor, no pueden vender, y consecuentemente tampoco pueden comprar.  Pero no es la marca de la bestia, como tampoco un chip RFID implantable es la marca de la bestia.
La marca es un símbolo de adoración.  Las personas la recibirán al someterse a la exigencia del falso profeta, quien exigirá que se adore a la Bestia.  Esos que se rehúsen a adorarlo, rechazarán la marca, la cual los excluye del sistema económico, y facilita la identificación.

Quiero aclarar que no estoy diciendo que la marca de la bestia ya comenzará a imponerse, porque para que eso ocurra primero necesitamos la presencia de la Bestia, luego se impondrá la marca, pero lo que sí quiero que sepa es que ya contamos con la tecnología para que esto sea una realidad.

Esto nunca había sido posible antes de esta generación, pero ahora dos mil años después es una realidad posible.  Generación tras generación se preguntó qué significaba esta profecía.  El argumento preterista era, que la bestia de Apocalipsis bien podían haber sido emperadores como Nerón, o Domiciano y que la marca de la bestia era algo simbólico.

Pero hoy en día, la marca de la bestia no sólo es literalmente posible para esta generación, sino que es algo inevitable.  Nadie puede negar la realidad de que para esta generación el dinero en efectivo no es necesario, que el anonimato es imposible y que la centralización del gobierno es una realidad de la cual no podemos escapar.
Sólo hay una explicación posible para la detallada descripción del apóstol Juan de este escenario exacto, establecido para una generación determinada en algún momento del tiempo, excluyendo a todas las otras generaciones, ya que todo debía coincidir con el tiempo de la restauración del estado de Israel y el renacimiento del antiguo imperio romano.

Medite en esto último que le acabo de decir, no permita que llegue a familiarizarse tanto con esto, hasta el punto que no le preste atención.  Este es el tiempo del cual habló el Señor Jesucristo y los profetas de todas las generaciones, el tiempo que hemos estado esperando desde que el Señor ascendió al cielo.

Nosotros somos esa generación que ha sido testigo de la más grande interacción entre lo natural y lo sobrenatural, desde el tiempo en que los apóstoles anduvieron por el mundo conocido predicando el Evangelio de Paz.  ¡Todo está sucediendo ahora mismo, a nuestro alrededor!

Alguien nos escribió diciendo: «Estoy cansado de tantos asesinatos.  Estoy cansado de enterarme de que un caníbal le comió el rostro a otra persona, de madres que asesinan a sus hijos.  ¡Estoy cansado, cansado de todo!».

Permítame decirle, yo también estoy cansado.  Me levanto cada mañana determinado a encontrar algo agradable y optimista para preparar mis mensajes, pero todo lo que encuentro es deprimente.

Sin embargo, si mantenemos las cosas en perspectiva, encontramos que las mismas, al igual que todo lo demás, nos indican, que llegará un momento en que el mal se desatará sobre el planeta, sin obstáculos y restricciones espirituales, lo cual cualquier observador honesto puede ver claramente a su alrededor, porque hemos llegado a un momento decisivo.

Visto desde la perspectiva de las noticias de hoy, uno ni siquiera necesita tratar de interpretar la Biblia, o haber escuchado alguna vez las profecías bíblicas para llegar a la misma conclusión profetizada por los profetas para los últimos días.

Sin embargo, la diferencia es que la Biblia no sólo nos dijo lo que ocurrirá con dos mil años de anticipación, sino que también nos dice cómo será el fin: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” (Lc. 21:28).

¡No permita que el temor le robe su victoria!  Entre más aterrador le parezca todo, más cerca estamos de nuestra redención.  ¡El Señor viene pronto!  “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tit. 2:11-13).

volver arriba