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Enviar o finalizar

  • Fecha de publicación: Jueves, 01 Marzo 2012, 02:19 horas

El Señor Jesucristo advirtió que una de las señales de los últimos días sería la proliferación de falsos maestros. Dijo que estos maestros propagarían ideas en su nombre, pero que al hacerlo, de hecho estarían preparando al mundo para la religión del Anticristo. Pero... ¿Sabemos cómo reconocer un falso maestro?

¿Qué hace que un maestro falso sea tan efectivo y engañe a las personas?

Recuerdo el primer teléfono celular que compré, pienso que fue uno de los primeros que salieron al mercado. Era algo bien lejano a esos teléfonos celulares que usted puede guardar hoy en su bolsillo o en su cartera. Este era aproximadamente del tamaño de una pelota de fútbol, a pesar de todo operaba como los teléfonos celulares de hoy. Además del tablero de los números para marcar, habían dos botones muy importantes, uno decía «enviar» y el otro «finalizar».

Claro está operar el teléfono era muy fácil. Uno marcaba el número y luego presionaba «enviar». Cuando la llamada concluía, era muy importante presionar «finalizar», pero si uno por error volvía a presionar «enviar» la llamada continuaba. ¡Sí, tal como se lo imagina, mi primera cuenta fue astronómica!

Sin embargo este fiasco del enviar y finalizar me dio una buena ilustración para ayudar a las personas a entender cómo trabajan los falsos maestros o los falsos profetas. En el caso de enviar y finalizar, en el idioma inglés hay sólo una letra que es diferente ya que enviar es send y finalizar end. Si le añade una letra a end tendrá send. ¡Qué diferencia tan tremenda hace una sola letra!

Los falsos maestros y los falsos profetas son maestros del engaño. Son capaces de enseñar y engañar a las multitudes, añadiendo ligeramente o quitándole un poquito a la verdad. Pueden añadirle la «s» a end sin que las personas sinceras puedan detectar lo que han hecho.

Cuando era niño mi padre criaba pollos en una granja. Un año tuvimos a una mofeta que se deslizaba dentro del cobertizo de los pollos y se llevaba uno cada noche. Recuerdo lo que hizo mi padre para solucionar el problema. Tomó un huevo y le hizo un agujero diminuto, le insertó un pequeño grano de arsénico, del tamaño aproximado de un grano de sal y luego colocó el huevo al lado del cobertizo. A la mañana siguiente cuando fuimos a revisar los pollos, la mofeta yacía muerta al lado del huevo roto.

Los maestros falsos siempre usan la Biblia como su texto. Le dirán que creen en la Escritura, pero esos que conocen la Biblia podrán discernir, que en forma muy hábil están llevando a las personas por mal camino.

Los cristianos tienen que tener mucho cuidado para que no acaben como la mofeta de mi ilustración, que terminó comiéndose el huevo. Recuerde, los falsos maestros y los falsos profetas pueden ser espiritualmente letales. Tal vez luzcan muy bien porque lo que dicen puede parecer muy correcto, pero están equivocados. Asegúrese que sabe lo que Dios ha dicho en su Palabra. Esa es su salvaguarda para no ser engañado por los muchos falsos maestros y profetas que están en el mundo hoy.

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