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Boletin dominical - 15/09/13

  • Fecha de publicación: Viernes, 11 Octubre 2013, 00:38 horas

     Casi cada día aparecen nuevas herejías.  Hoy tratamos «LA CABAÑA».  Hace poco uno de los conferencistas en la Convención Nacional de Pastores fue William Young, autor de La Cabaña. 

Este libro ocupó el primer lugar, en la lista de ventas del periódico The New York Times durante nueve meses y para enero del 2009 había vendido cinco millones de copias.  Ha sido traducido a treinta idiomas, y ya se está haciendo una película.

Young tuvo su propio tiempo durante las conferencias y fue entrevistado en las sesiones generales por Andy Crouch.  Se dijo que el 57% de los que estaban presentes habían leído La Cabaña, y que Young fue recibido con entusiasmo.  Crouch lo trató como un creyente amigo y ni siquiera hizo la más leve insinuación que podía haber un detestable problema teológico con la forma cómo describió a Dios en este libro.
Cuando Young dijo, «No me siento responsable por el hecho que ‘La Cabaña’ esté interfiriendo con los paradigmas de las personas, acerca de la forma cómo piensan respecto a Dios», la multitud respondió con aplausos, ovaciones de júbilo y risas.  A este grupo le encanta entrometerse con las doctrinas bíblicas tradicionales, ¡sin ningún temor a Dios al hacerlo!

En La Cabaña, Young presenta a los cristianos bíblicos tradicionales como hipócritas, resentidos y malvados.  El principal personaje del libro creció bajo reglas rigurosas, y su padre, un anciano de la iglesia, era un borracho clandestino y trataba a su familia con crueldad cuando estaba borracho.

La hipocresía es muy injuriosa en la causa de Cristo, pero la hipocresía de parte de cristianos no refuta la Biblia.  ¡“De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso...” (Ro. 3:4a)!  Este tipo de cosas se usa con mucha frecuencia como una excusa por los rebeldes.  Lo sé por experiencia personal.  He visto cómo muchos hermanos usan estas inconsistencias en las iglesias, como una excusa para rechazar a Dios; sin embargo el problema principal de casi todos, es su propia rebelión y amor por el mundo.  Cuando una persona se arrepiente de sus pecados, se vuelve a Cristo y acepta la Biblia como su Palabra Santa, de inmediato deja de culpar a otros y acepta su propia responsabilidad ante el Dios Todopoderoso.

Cuando estamos bajo la gracia de Dios, las reglas y regulaciones no son gravosas, son parte integral del cristianismo bíblico.  Somos salvos por gracia sin obras, pero somos salvos para buenas obras: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.  Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Ef. 2:8-10).

Las epístolas del Nuevo Testamento están colmadas de reglas y obligaciones que se espera que los creyentes guarden, asimismo con advertencias acerca de la desobediencia.  La gracia verdadera de Dios no nos deja vivir como quisiéramos, sino que “la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” (Tit. 2:11, 12).  Esta debe ser nuestra norma de vida.

El rechazo a la segunda venida de Cristo

Otro error fundamental de la Iglesia Emergente es su rechazo a la doctrina del retorno inminente del Señor Jesucristo.  Es por eso que la meta de ellos es salvar al planeta, solucionar el problema del sida en África, acabar con la pobreza y llevar a cabo todo tipo de obra social que concierne al Reino para renovar la sociedad.

En la Conferencia Nacional de Pastores, Brian McLaren dijo que la teología dispensacional es peligrosa, porque hace que los cristianos no estén preocupados con las cosas que pasan aquí en la tierra, que en la teología, la escatología siempre gana.  Que por eso es que los fundamentalistas se preocupan tan poco por el medio ambiente, porque están convencidos que el mundo será destruido pronto.

El señor McLaren hizo mofa de las expectativas de los fundamentalistas sobre una segunda venida literal del Señor Jesucristo con los juicios subsecuentes, y asegura en la página 305 de su libro Una Ortodoxia Generosa, que el mundo continuará así cientos de miles de años.

El rechazo al Rapto antes de la Tribulación es una de las características de la Iglesia Emergente en todos sus aspectos, incluyendo el lado más conservador.  En la página 146 de su libro Escuchando a las Creencias de las Iglesias Emergentes, Mark Driscoll hace referencia a esto, como a un dispensacionalismo pesimista.  Declaró que las personas con creencias escatológicas no son bienvenidas en su iglesia.  Driscoll se burla de la idea del Rapto, de un gobierno mundial con un Anticristo que impone una marca a la humanidad para que pueda comprar y vender.  Asegura que la doctrina del Rapto es evidencia de un cristianismo enfermo y se ríe abiertamente de esos cristianos que esperan desaparecer del planeta antes que descienda el tornado del juicio de Dios y toque a los pecadores.  Según él, ¡la doctrina del juicio venidero es sólo el producto de la imaginación calenturienta de algún novelista!

La actitud del cristianismo “moderno”, es simplemente lo que se nos dice de éstos en los postreros días, justo antes de la partida de todos los salvos a la presencia del Salvador.  Bien lo describe todo esto el apóstol en 1 Timoteo 4:7: “Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad” y en 1 Timoteo 6:3-5: “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,  está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales”.  ¡Qué título el de los “maestros modernos”!  Pero esto no es todo en Judas vs. 10-13 dice: “Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.  ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.  Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;  fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas”.  Pero… ¿tienen seguidores estos engañadores?  En 2 Pedro 2:1-3 dice: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.  Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado,  y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme”.

J. A. Holowaty, Pastor

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